Angeles y demonios

PAULINE Y YO

-¡Aceptalo!¿No es un adonis? Con ese cuerpo quién no suspiraría por él...- Pauline me muestra la foto de un modelo de su revista para chicas. Cuando se describió de encantadora y polémica creo que le quedo corto.

En mi cara se debe notar el desinterés al modelo de la revista, porque suspira y lo cierra. 

-Oye, ¡No seas tan aburrida!- Lo tira al otro lado de la habitación donde veo que hay una recopilación de revistas viejas.

-Lo lamento en serio Pauline, pero en este momento no creo que algo de eso me interese- Me siento en la silla de espera que hay en la habitación. Entonces ella me observa y sus ojitos se iluminan aplaudiendo.

-No me digas ¿Te gustan las chicas?, eso es tan común hoy en día...- Santos infiernos que es lo que ha estado leyendo todo este tiempo.

-¡No! para nada ¿De dónde sacas eso?- Señor mío, aunque su alma tiene forma de niña de niña no tiene nada.

-Entonces ¿Qué pasa?¿Alguién rompió tu corazon?- Ella se acerca a mi observando mis expresiones, desvío la mirada observando la ventana.

-Tampoco, es que no creo que fuera la chica que llamara la atención de alguien... murmuro

-¿Qué chica eras?- Ella se sienta en el piso como si lo que estuviera contando fuera un cuento para dormir.

-El tipo que no tiene tiempo... aburrida y sin gusto por la ropa, nunca la tenía en realidad. Trabajaba y pues, pues ...

-¿Qué dilo?... ¡Desembucha!-  Ella es tan alegre.

- Nunca recibí una invitación.. De acuerdo. Eso fue lo que paso.-

Mis mejillas se sienten calientes ante mi confesión. Lamentamente  Elea en vida era terrible en el aspecto amoroso. Tanto que nunca he tenido un aspecto amoroso. A menos que tomemos en cuenta los de mi imaginación y otros accidentes poco agradables.

-mmm... ¿Osea que tú nada de nada? ¡Virgen hasta los huesos!-  Lo grita a los mil vientos.

-¡Silencioooo! -Le tapo su boca con mis manos porque ella es demasiado escandalosa. Nadie necesita que los fantasmas,almas y demonios de este hospital sepan mi tragedia amorosa en vida.

-Ja ja ja al menos cambiaste de expresión.- Dice ella riéndose de mi actitud.

-Cambiemos de tema. Mejor dime ¿Por qué puedo usar tu cuerpo?

-Número 1: La muerte hizo eso. Tiene sus conseciones ser "Huesitos", yo sólo te preste el cuerpo ya que soy un alma en transición...

-Número 2: Tu alma logra tener un contenedor que te proteja de futuros ataques. Estar muerto es muy peligroso.

-Pero tu alma esta fuera de tu cuerpo, no comprendo eso.-

-Soy un caso particular. Morí unos 40 segundos y cómo que luche a capa y espada regresando al cuerpo. Sin embargo mi cuerpo cayó en un estado de coma.

-¿Cuándo despertarás?-

-Uuu... sí, como que no les gusto la rebeldía de mis acciones y el concejo angelical me dio una reprimenda para expiar mis decisiones. 

-¿Cuál fue?- Me parece tan extraño hablar sobre angeles, demonios y otras cosas como si fuera lo más normal del mundo

-1O años de ... como dijo ese alotas cara de piedra.... de... "Reflexión positiva". Después de ese tiempo podré regresar a mi cuerpo y despertar. Aunque también tengo otra opción.

Su expresión se pone triste y observa hacia fuera, apenas alguna luces encendidas.

-¿Quiénes forman el concejo?- 

-Los Arcángeles por supuesto..., ellos tienen toda la potestad de tomar este tipo de decisiones...  para mantener el buen equilibro entre el cielo, tierra y abajito... me señala al piso.

-¿Cómo conoces a la muerte?- Es una historia interesante pero parece que no mencionó nada de él.

-Oh, con él no, fue mas bien con su subordinado... Josua. Él andaba llevando otras almas cuando un come almas quiso devorarme. Aviso a "huesitos" y se encargo de tomar el asunto en sus manos.

-¿Qué asunto?-

-El de los demonios, a veces ellos se aprovechan cuando los ángelicales no andan en guardia. Muchas almas son atrapadas antes que se vayan al cielo. 

-Pauline ¿Sentiste miedo?- Ella parece no entender a que me refiero.

-Digo estar frente al concejo esperando su decisión.- Me levanto de mi silla y quiero aire para que mis ideas se aclaren.

-Al principio si, después no. Ellos se toman todo muy literal, todo eso de sus normas, cuando no estan en su hermoso equilibrio somos un problema, pareciera que son demasiados frios y hasta crueles.

-Vaya, eso hace que me preocupe más.-

-Todo lo contrario, lo que debes hacer es ser más inteligente.-

Ella flota en la habitación y busca en su colección de revistas un libro. Me lo lanza sin avisar apenas lo atrapo y leo su titulo.

-¿Cómo debe comportarse un alma? Tomo I ¿Tomos?¿Y cuántos hay?¿En serio todas las almas leen esto?- Escucho la risa  de Pauline gozando de mi perplejidad.

-Yo también pense que se les había ido un tornillo... y para tu mala suerte son 7 tomos

-¿Siete? ¿En serio? ¿Qué tanto debe saber un alma del cielo?- No puede ser que deba leer tantos tomos. El libro en sí, tiene como 100 páginas.

-Uhhh.... creéme tienen millones de reglas. A veces creo que cada arcárgel escribió un tomo y cómo no decidieron cuál funcionaba más simplemente lo unieron.-

Ella saca un peine de su vestido y se coloca detrás de la silla.

-¡Sientáte! Te peinare mientras lees el primer tomo. Cualquier duda te la explicare...-

-Siento que estas gozando de mi pena. - Al menos me tendrá muy ocupada.

-En eso tienes razón, lo gozo y mucho. Aunque si fuera por mí, nos iriamos a molestar a las enfermeras. ¡Son muy asustadizas!- Su cabello lo suelta porque al final es su cuerpo y lo comienza a peinar.

Quién nos iba a decir que hasta para ir al cielo hay que estudiar. Qué tortura pero si voy a tener un juicio con los arcángeles es mejor ir un buen conocimiento de sus normas. La muerte ha sido muy amable en realidad. Yo soy el paréntesis en su trabajo y estoy causando mas infortunios con el hecho que los demonios estan tras de mí.  




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