En la noche, alguien tocó la puerta. Creí que se trataba de Miguel. Y a partir de aquí, se produce un gran cambio desfavorable. ¿Quién es el responsable?: Randy Calle -Hola, Lucas. Disculpa por molestar a esta hora, solo venía a devolverte tus medias. -Gracias por traerlas, Randy. No me fijé en dónde las dejé. -De nada. ¿Y cómo va todo con Miguel?
-Bien. Ya estamos mejor que antes.
-Me alegro mucho por los dos. Que descanses, Lucas.
-Igualmente, Randy.
Se va. Me pareció un poco raro que él venga a dejarlas. Creí que Miguel lo haría-como de costumbre-. Tal vez Miguel no pudo por alguna razón.
*****
El sábado por la noche, acompañé a Nigel a la fiesta de graduación de su mejor amiga Helen. Resultó ser en Rodalein, en las afueras de la ciudad. Después de las diez de la noche, ningún autobús recorre fuera de la ciudad. Nos tocó tomar un taxi de regreso a casa.
Nigel se bajó en el parque de Dasholeei, un poco lejos de donde vivo. Yo me bajé en una esquina y caminar media manzana. Entonces, un muchacho más alto que yo aparece en la penumbra.
-Dame tu celular o te mato.
-No tengo celular.
-No mientas. Todos tienen un celular.
-Yo no tengo un celular.
Empezó a buscar en mis bolsillos. Creo que treinta segundos después, escuché que alguien le dijo:
-Ya te dijo que no tiene celular, ¿o acaso estás sordo?
Se trataba de Randy, quien parecía muy seguro de sus actos.
-¿Qué quieres tú ahora?
-Déjalo en paz.
-Randy, ¿qué haces?
-No hables, Lucas. No es buen momento.
-¿Crees que eres un héroe?
-No. Deja en paz a Lucas. ¿Quieres agredir a un chico por su orientación sexual? ¡Eso es un crimen muy grave!
-Randy, basta.
-Deberías hacerle caso a tu amigo. O le irá mal.
El sujeto sacó una navaja, dispuesto a usarla para herirme.
-Será mejor que te vayas o lo mato.
Cerré los ojos. Lo último que escuché fue un disparo. Después, Randy me pidió que abra los ojos.
-¿Por qué le disparaste?
-Solo fue un tiro. Además, no lo maté.
-¿Por qué me protegiste?
-Eres muy importante para mi hermano. Y yo sé que él se pondría mal si te pasa algo.
-Entonces creo que debo agradecerte por eso.
-No es necesario, Lucas. Nos importa tu bienestar.
-¿Nos?
-A Miguel y a mí. Por cierto: ¿por qué estás fuera de casa a esta hora?
-Vengo de una fiesta. Me gustaría que no le cuentes esto a Miguel.
-Tranquilo, Lucas, no se lo diré. ¿Un abrazo?
-¿Quieres abrazarme?
-Sí. Eres parte de la familia Calle. Ven.
Abracé a Randy sin tener otras intenciones.
-Si Miguel te oliera, creería que saliste a seducir a alguien más.
-Eso no es cierto. Me gusta oler bien pero no para otros.
-Perdón, no era mi intención.
-¿Puedes soltarme, Randy?
-Sí.
Me soltó.
-Debo llegar ahora o mis padres se preocuparán.
-Iré contigo, Lucas. -Gracias, Randy, pero creo que ya has hecho suficiente por mí.
-Tranquilo, Lucas, esto lo hago con todo gusto.
-Randy...
-Vámonos ya porque es tarde.
-Bueno.
Nos detuvimos frente a la puerta del 20-donde yo vivo-. Él me dijo:
-Le diré a Miguel que estás intacto. Así estará más tranquilo.
-No lo hagas. Yo debo hablar con él.
-Está bien. No le diré nada.
-Oye, lo del abrazo...
-Discúlpame por hacer eso. No quería ser imprudente.
-Te noto más...amable.
-Sí, lo sé. Ya te dije que eres como un familiar para mí. Así que no necesitas hacer grandes cosas para pagarme el favor.
-De acuerdo. Entonces hablaremos mañana.
-Descansa, Lucas.
-Igualmente, Randy.
Entré al departamento. En parte estoy aliviado por no recibir algún golpe o puñalada con el arma que traía ese sujeto sospechoso. Randy fue un poco más cordial en este momento. Me pregunto si realmente le importo como a un miembro de la familia.
Miguel entró a mi habitación mientras yo dormía(otra vez).
-Lucas-su voz resonaba en mi cabeza con tanta dulzura.
Regresé a verlo.
-Miguel, ¿qué hora es?
-Son casi las ocho. ¿Cómo dormiste?
-Bien.
Giré todo el cuerpo y me senté.
-Randy me dijo que te vio anoche llegar acá. ¿Dónde estuviste?
-En una fiesta con Nigel. Era de su mejor amiga.
-¿Y por qué no me pediste que vaya contigo?
-Pensé que no querrías ir. Además, apenas pude alistarme.
-Pues acertaste. Casi no me gusta salir a fiestas en la noche. Aparte de eso, estaba muy cansado.
-Miguel, quisiera descansar un poco más.
-Ya, pero me dejas abrazarte estando acostado.
-Bueno.
Miguel se arropó con la sábana y se apegó a mí.
-Lucas...
-Dime.
-Te amo.
-Yo también.
-¿Así de simple lo dices?
-No sé cómo quieres que te lo diga.
-Con un beso sería mejor.
Besé su boca.
-Yo también te amo, Miguel.
-Pero yo más, Lucas.
Sentí que me besaba el cuello y la espalda.
-Miguel, no sigas.
-Ya, está bien.
Me rodeó con sus brazos. Su abrazo es agradable y tierno. Por unos segundos, recordé cuando abracé a Randy. Fue acogedor y gentil.
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Editado: 01.01.2024