Llegué del colegio para acostarme en la cama. En eso, alguien toca la puerta. Fui a abrirla.
-Hola, Randy.
-Hola, Lucas. Miguel me pidió que traiga a mi sobrino para acá porque tú lo cuidarás.
-Es hasta que él regrese del entrenamiento. De ahí él quiere pasar más tiempo como padre.
Ambos entraron. Cerré la puerta. Randy bajó a Daryl de sus brazos y lo dejó en el sofá para que siga durmiendo. Me miró y dijo:
-Eso es bueno saberlo. Oye, ¿cómo les ha ido a ustedes ya viviendo juntos?
-¿Qué te puedo decir? No ha sido perfecto, pero sí fantástico. Despertar junto al hombre que amo es lo que más me alegra. Todas las mañanas y todas las noches hemos compartido muchas cosas de la relación y de la vida cotidiana.
-¿Estabas ya preparado para este gran paso?
-Estaba con un poquito de miedo, pero a la vez ya me causaba una emoción enorme cuando él me avisó que ya tenemos un lugar. Desde ahí considero que he sido feliz.
-Si no me equivoco ya tienen 1 mes viviendo juntos.
-Casi dos meses. Igual yo me siento muy contento desde que decidí vivir con él.
Randy agachó la mirada y jugaba con sus pulgares. Parecía estar ansioso.
-Oye, Lucas, lamento mucho por lo que ha pasado entre nosotros. Y menos mal que no llegamos al extremo de acostarnos o besarnos.
-Fue lo mejor para ambos, Randy. Además, ahora es cuando debes enfocarte en Nigel. Él debe recibir ese lugar importante en tu corazón si es que lo amas.
-Y eso hago. Desde que lo conocí, me di cuenta que es el indicado para amar. Por eso vine a disculparme por todo.
Apoyé una mano en su hombro. Él se sentía más tranquilo.
-Eso ya quedó atrás. Igual te perdono, Randy.
-Muchas gracias, Lucas. Ya me siento aliviado. Ahora debo irme.
-Que te vaya bien. Cuídate mucho.
-Igualmente.
Randy salió. Como Daryl estaba dormido, lo llevé a la cuna que Miguel le había comprado.
*****
En la noche llegó Miguel con unas fundas de plástico. Le ayudé a cargar hasta la cocina. Las alcé en el mesón. Él me preguntó:
-¿Ha sido difícil cuidar a Daryl?
-No. De hecho, lleva toda la tarde dormido.
Miguel empezó a sacar los víveres de las fundas y unos artículos de limpieza. Después de un rato, dijo:
-Bueno, según me dijo mi madre, yo también era muy dormilón. Ahora no por lo que entreno y voy al colegio. Pero también tengo un trabajo de medio tiempo. Así que he perdido eso. Y también yo puedo hacértelo bien duro, pero sería muy agotador para ambos.
-Miguel...
-Quisiera hacerte gemir tan fuerte que te quedes sin voz por un día.
-¡No!
-Es broma, mi amor. No quiero ser así de violento. Amo cuando te sonrojas por cosas así.
-Miguel, ¿a quién amas más? ¿A tu hijo o a mí?
-A los dos por igual. Son los dos hombres que más amo en mi vida. Tengo que decir que cuando tú llegaste a mi vida, me diste mucha felicidad. Y ahora que tengo a mi hijo, es mucho más grande.
-Ya tiene 1 año el pequeño Daryl.
-Así es. Traje este champú que tanto me pedías, amor. Y la verdad hace que huelas bien.
-Por lo que veo eres muy atento.
-Demasiado.
Le di un beso en la mejilla. Sonrió y acarició mi cabello.
Miguel fue al baño para colocar todo el kit de aseo personal.
-Oye, amor, ¿quieres saber algo?
-Sí, claro.
-Voy a empezar a rasurarme mis genitales.
Miguel me miró y quiso reirse. Lo miré fijamente, casi serio.
-No lo dices en serio, ¿o sí?
-Sí, lo digo en serio. Me ha crecido bastante que parece un arbusto.
-De seguro tienes poco. Si te rasuras, podrías cortarte. Mejor no lo hagas.
-¿Tú no lo haces?
Miguel actuó como si estuviera confundido.
-Vamos, no quieras evitar el tema. Muéstrame por si no tienes nada.
Se bajó el pantalón-y no tenía interior-. Su miembro estaba dormido y recogido. Me comentó lo siguiente:
-No soy muy velludo, amor. Así que tú tranquilo. Y si lo fuera, me los quitaría con máquina. Es menos doloroso.
-Miguel, ¿era necesario que hagas eso? ¿Y porqué no llevas ropa interior?
-Lucas, tenemos bastante tiempo de novios. Así que no tengas pena de verme así. Y aunque no era necesario, quería que lo mires tú mismo. Y no tenía un interior limpio ni tampoco tiempo para lavar.
Se cubrió nuevamente. Al instante, me besó en la boca.
-Te amo demasiado, Lucas. En verdad muchas gracias por estar conmigo todo este tiempo.
-No es para tanto. Yo...soñaba con este momento y ahora que estamos viviendo juntos, creo que es lo mejor para ambos.
-Soy el hombre que nació para hacerte feliz. Y si tú me dejas, quiero seguir haciéndote feliz todos los días de mi vida. ¿Qué dices, mi niño?
-Yo digo que tienes todo el permiso para hacerme feliz a diario.
Miguel me abrazó. Cuando él lo hace, me siento en paz y contento.
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Editado: 01.01.2024