Anillo en las Vegas

2*

Apenas puedo abrir los ojos, siento como si un autobús hubiese pasado sobre mí.

Estoy perdido por un momento, siento mi mundo dar vueltas pero recuerdo que estoy en la Vegas con los tres ducklings faltantes. Seguro que me pase, mucho, de tragos terminando en el sillón donde me encuentro.

Recordar la noche anterior me provoca un encuentro agridulce, saber que pensé en algún momento en el concierto sobre Keali me hace sentirme vacío.

Ella, seguro era una chica tan vivaz, seguro le gustaba disfrutar de todo lo que la vida le daba. Pensar que ella ya no está en este mundo, se fue a una corta edad sin saber mucho sobre la felicidad.

Esa que en tantas ocasiones dijo que no quería cuando apenas tenía los días contados.

Me atrevo a abrir los ojos, para dejar de pensar en Kaeli y pensar en más cosas que no debería, me arrepiento al sentir el dolor en mi cabeza es inmenso.

Al levantarme del sillón el mundo me da vuelta, no sé dónde estoy, porque está no es mi habitación.

Me doy cuenta que el rubio está en otro sillón cerca a mí, tiene un cojín blanco abrazándolo y noto como su cabello cae por su cara.

En el piso puedo ver a Dixon está sobre una manta y solo está en boxer, me gustaría presumir pero seguro esos son los boxer que utiliza London, mi sobrino de seis años, sus boxer son de cars esos cochecitos de la película.

Me levanto sintiendo el piso frío en la mis talones. Creo que podría decir que me encanta eso ya que en esta ciudad hace un calor de muerte, es como estar en un horno gigante.

Tomo el puente de mi nariz con mis dedos, es un dolor punzante.

Juro que no volveré a tomar, bueno quizá sí, pero no de la manera que lo he hecho anoche.

Me imagino como están mis compañeros de sala y Braxton que posiblemente esta en la recámara, entonces todo conecta en mi mente; estamos en el hotel.

Escucho un quejido venir desde el pasillo de la recámara.

Noto a un Braxton con el cabello revuelto, pasa una mano sobre ese cabello tan negro que tiene y de inmediato se acomoda.

Siempre le he tenido envidia a ese cabello de Brax, también a su piel tigreña, lo único que no envidio es su barba porque yo tengo una que nadie pude decir que no es más perfecta que la de Braxton.

Cuando dejó de divagar en el aspecto de mi amigo me encuentro con su mirada insípida.

Parece no entender nada de lo que pasa y menos yo, parece que todos vamos a tener una laguna inmensa.

Aunque puedo apostar que él solo recuerda a una rubia vestida de novia.

—Mierda, que dolor. —la voz es de Dixon que se sienta en el piso sobre su manta. —¿Qué hora es?

—No tengo ni idea. — le respondo haciendo que me mire. — ¿Braxton?

— Las once, me quiero morir que maldita resaca. — el moreno se presiona las sien con sus dedos. — Jodida manera de irse de esta ciudad.

— Yo solo quería quedarme a descansar pero no. Eso sería malo.

Me quejo notando el dedo corazón de Dixon hacia a mí, el ruido altera el sueño del rubio que aún dormía.

Nos miramos los cuatro notando el desastre que somos, me imagino las cosas que nos dirá Abraxas y solo me puedo estremecer.

Sé que alguien de nosotros queremos preguntar algo que nadie tendrá la respuesta.

—¿Qué es lo que pasó ayer? —nos toma por sorpresa la voz de Abraxas.

Todos lo miramos. Parece tener una cara de pocos amigos, su entre cejo está tan ceñido, tiene un traje negro en donde se ve imponente.

De hecho nos toma por sorpresa que Braxton no le diga “cazador” ,siento un nudo en la garganta. Bajo mi mirada notando las náuseas, odio beber.

Mi mirada cae en uno de mis dedos, tengo un anillo que brilla con intensidad.

Es dorado con algunos diamantes incrustados de color rojo creo que lo mire en otra parte. No recuerdo dónde.

» Entonces ninguno de ustedes hablara. 

No parece que nos pregunta, entra Chiara con una bandeja que tiene cinco vasos llenos de jugo de naranja, algo extraño ya que somos cuatro y se nota que Abraxas no ha tomado.

— No sé que pensar de todo esto. Pensaba algo mejor de ustedes después de algunas experiencias. Nunca pensé que tú, Ryder me dieras un problema tan grande.

Me señaló, no entiendo de que problema habla pero noto esa furia contenida en sus ojos, la última vez que me miró de esa manera fue hace ya varios años cuando bese a Samantha Warner en un programa internacional.

No miento cuando digo que esa chica me traía loco en esa época, desde que la vi me cautivaron sus ojos hermosos.

Ahora no era lo mismo, ella tiene a alguien rondando su espacio y es un gran amigo.

Aprovecho el momento de silencio para tomar el vaso de jugo que me da Chiara, veo que los otros ducklings están tomándolo mientras llevan una pastilla a sus bocas.

Los imitó, después de que la alemana me diera una pastilla de color azul, me sonríe negando con su cabeza.

Ella sabe mi problema y nadie me puede decir de qué se trata.

— ¿Cuál es mi problema? — al parecer hacer esa pregunta cabrea más a Abraxas, me mira apretando sus labios entre sí. — Lo siento, pero seguro estaba demasiado borracho para enterarme hoy que fue la gran mierda que hice.

— Eso que hiciste fue grande pero no diría que mierda. — parece que su vena notable de la frente va a explotar. — Cuando veas con tus ojos, te darás cuenta que no es nada de mierda. De hecho, creo que fue algo bueno que no fuera alguna loca.

Sus palabras me deja con la duda y el sabor amargo en mi boca.

Braxton mira a Abraxas de una manera que me dan ganas de matar a ambos. Sin embargo, me detengo porque hay un ruido proveniente del lugar donde está la puerta de madera lustrada.

Mi mundo deja de moverse cuando noto esa cabellera roja, esos ojos verdes, esa piel blanca y ese cuerpo menudo.

Me percato de la situacion.

Es la pelirroja hermosa, Shania Stevens.

Aún sigue llevando su vestido plateado en sus manos están sus zapatos altos y su cabello está en una coleta que deja muchos mechones sueltos.



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En el texto hay: banda de musica, amor forzado, fama musical

Editado: 21.05.2021

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