La pequeña bebita se llamara Anita, ha revolucionado el hogar de los Warren, sus días han cambiado, los primeros años de la pequeña niña transcurren con mucha paz, mientras Alice cuida a la niña Frank lee el periódico sin su cigarrillo pues había que erradicar de aquel lugar el humo o cualquier olor, por el bien de la pequeña.
Antes del año Anita comenzó a caminar y poco a poco fue desarrollando su personalidad, le gustaba escuchar a su madre tocar el piano, jugar con sus muñecas de trapo, escuchar por las noches historias de princesas maravillosas.
La historia continua entre los primeros 10 años de vida de Anita, en donde el tiempo de la niña fue dividido entre las clases por las mañana pero en la tarde el tiempo de la niña se esfumaba entre Francés, Inglés y Ballet Alice pensaba que no habría tiempo para descansar, su hija debía estar preparada para el futuro y eso era un asunto importante.
Entre los escasos descansos de las clases Anita disfruta de andar en bicicleta e ir hasta el centro del pueblo con su madre, para comprar algún libro, pero su pasatiempo favorito era mirar a las adolescentes pasear con sus chaperonas, siempre le pareció algo absurdo que las mujeres no puedan andar libres por la ciudad y siempre debían ser vistas con sus damas de compañía para cuidar su honor, no era algo que los hombres debían hacer también, ellos solos andaban por la vida sin cuidado alguno.
Por las noches cuando su madre le llevaba un vaso de leche antes de dormir, Ana planeaba su vida, calculaba cuando terminaría sus estudios y luego se iría a alguna ciudad aledaña para estudiar abogacia y quién sabe si en algún momento enamorarse.
A los 13 años Ana ya debía obedecer las órdenes de su madre, pronto seria su presentación en sociedad ya era hora de llevar chaperonas a donde sea que valla, ya casi era una joven dama y para su madre es importante cuidar el honor familiar y no pensaba ceder en eso.
La joven y su madre fueron a las tiendas más costosa del lugar, Ana se los probo a todos los vestidos, ninguno le gustaba pues ese vestido era significado de que nunca seria libre, rogó a su madre por piedad pero ella no la escucho, Anita sentía que faltaba cada vez menos para ser desposada, sus sueños se romperían en mil pedazos nunca seria quien quisiera ser, nunca se enamoraría de algún joven inteligente de ciudad, nunca podría elegir que hacer ella no quería ser una esposa tonta que se junta cada semana con sus amigas a hablar de frivolidades pasajeras.
Al llegar al hogar la joven lloro con furia sin poder creer su desdicha, increpo a su madre y le dijo...
- Madre: No quiero tener esa disparatada y loca presentación.- Se percibía que realmente había un profundo enojo en ella.
-Alice: ¿de qué hablas?.- Intento demostrar que no entendía los pedidos de su hija.
-Ana: de que me estas obligando a presentarme en esa estúpida y absurda fiesta de presentación.-El enojo iba en aumento.
-Alice: sabes que debo proteger tu futuro, se hará como yo lo decida.- Alice intentaba mantenerse en calma.
-Ana: yo no quiero un marido, no quiero una familia a menos de que me enamore realmente.-
-Alice: esta conversación termina aquí jovencita.-
-Ana: madre yo quiero mi libertad, quiero ser alguien sé que puedo ser capaz de vivir en el mundo real, me niego a casarme con un hombre, yo realmente no quiero. - El solo pensar en casarse entre cortaba la voz de Ana...
-Alice: es la costumbre Ana no hay nada que yo pueda hacer, debes enorgullecer tu apellido cumpliendo con esto.- El tono de Alice se puso completamente serio.
-Ana: ¿Dónde queda lo que yo desee para mi vida?-se notaba la frustración en su voz.
-Alice: debes comprender que en esto esta nuestra reputación en juego.-
-Ana: sinceramente no hay razón alguna para que me busques un hombre con el cual casarme en el futuro, no está bien y no aceptare nunca lo que me estas pidiendo.-
En ese momento Ana corrió hacia su alcoba encerrandose con llave se recosto en su cama y lloro con su rostro pegado a la almohada grito como nunca lo había hecho..