Anomia: pequeñas asesinas

Capítulo 47- El origen del monstruo

Tiempo atrás.

 

Siempre intentó mantenerla contenta y cumplirle todos sus caprichos aunque ella no quisiera.

No quería que se molestara pues temía que si lo hacía, la abandonaría. 

—Oye—la llamó Doll con una sonrisa pícara—. Sabes lo que es un beso ¿no?

—Por supuesto. 

La sonrisa de Doll se amplió.   

—Hay muchos tipos de besos. He visto como algunos de nuestros compañeros intercambian besos entre ellos cuando los profesores no están viendo—informó.

—¿Y?

—¿Que tal si tú y yo nos besamos en la boca? 

Emily abrió los ojos como plato ante tan inesperada pregunta.

—¿Que dices?... No podemos. Eso no...—murmuro sonrojada.

¿Un beso? Nunca había dado uno en la boca y no planeaba hacerlo todavía. La simple idea la hacía sentirse incómoda.

—Solo es un beso. Vamos, ¡vamos!—insistió—. Siempre he querido uno pero como sabes, odio a nuestros compañeros de salón por ser inmaduros, ¡quiero probar, anda, anda!

—Yo...

—Te diré algo, podemos empezar ligero. Podemos ir practicando. No juntaremos nuestros labios, solo simularemos lo que debe ser un beso. Pondré mi mano en tu boca y acercaré mi boca a la mano, mi mano se interpondrá en el verdadero beso. ¿Vez? Así iremos practicando hasta dar el verdadero beso.

—No lo se...—repuso nerviosa.

Doll aparto la mirada con ojos tristes. El corazón de Emily empezó a latir con fuerza, su amiga había prometido estar con ella pero temía que encontrara a alguien mejor que si cumpliera sus caprichos. Y entonces la abandonaría.

Resignada y con un nudo en la garganta dijo:

—Está bien.

Doll sonrió antes de abalanzarse sobre ella poniéndole una mano en su boca. Se acercó cerrando los ojos y pegó su boca en el torso de su mano. Lo único que impedía que en verdad se dieran un beso era eso: su mano.

Y así, inició su obsesión.

Doll en verdad quería un beso y empezó a escalar para conseguirlo. Lo siguiente fue una bufanda, Emily pudo sentir sus labios contra la tela de esta y... No quería llegar al beso verdadero pero no podía decírselo.

Lo siguiente fue un tapa bocas seguido de una servilleta. Luego llegó el beso de media luna el cual la alteró. Intento decirle que eso era el límite, pero... Cada vez que lo intentaba, Doll se desilusionaba.

No pudo decirlo. No pudo detenerla.

Y llegó el momento.

En su cumpleaños número once, Doll le pidió el beso completo. La arrinconó en la pared sujetándole las muñecas y unió sus labios con los de ella, esta vez, sin nada que se interpusiera entre ellos.

El beso duro cinco segundos antes de que su amiga se apartara con una sonrisa.

Nunca pudo decirle que no, nunca pudo negarse a sus pedidos. Doll la tenía bajo su control sin siquiera intentarlo. Era su marioneta y no se dio cuenta.

Ni siquiera cuando las cosas se salieron de control.

Dejó que todo explotara dentro de ella.

Siempre supo que no era normal. Se veía como el resto de niñas de su edad, era como todas... Si no fuera por algo.

Era incapaz de sentir nada por nadie, no podía preocuparse o alegrarse por nadie, no podía amar u odiar a alguien. Estaba muerta por dentro aunque por fuera se viera como cualquier otra niña.

"¿Que es el amor?" "¿Que se siente el amar?". Esas fueron las preguntas que aparecieron en su mente cuando estaba haciendo un lindo marco de fotos para su madre con las palabras: "te quiero mucho".

¿Que se siente querer? ¿como sabes que quieres a alguien?, ¿que significa "te amo" o "te quiero"? No lo sabía, y por qué no lo sabía, no lo sentía. Muy tarde se dio cuenta que no podía sentir nada, a pesar de pasar años expresando su felicidad por alguien más o su amor por otra persona, en verdad ella nunca sentía eso, solo se manejaba por lo que la gente decía que era correcto, si una persona decía que algo era triste, debía serlo, ¿no?, ella tenía que llorar. Imitaba a multitud, si la multitud felicitaba y reía, ella también. Si la multitud lloraba, ella también. Si la multitud sonreía, ella también.

«Muerta en vida».

Actuó toda su vida sin siquiera saberlo o intentarlo. Desde que lo supo, ella sabia que toda su vida solo sería eso: actuar. Debía actuar que estaba viva. Debía actuar que era humana.

«Me cubriré con un velo. Un velo lleno de mentiras que oculte la verdad de mi interior».

Había intentado tener empatía pero por más que se esforzaba, no podía sentir amor ni preocupación. Pero, las palabras que le dijo Doll la hicieron sentir viva, con algo dentro de ella además de vacío, era la sensación que buscaba.

Aquella sensación desconocida y hermosa hizo querer que su amiga no se apartara de su lado, haría lo que fuera para mantenerla cerca incluso si eso incluía destruirse a sí misma.

Emily era una insensible, un monstruo, un horrible monstruo que no podía sentir nada por nadie, ella no podía ser amada, ella no debería haber nacido. Tal vez ni siquiera era humana.

Pero debía serlo.

Emily se había dado cuenta que Doll la estaba estudiando para actuar como alguien "normal"por lo que Emily tenía que hacer lo mismo para evitar que su amiga se diera cuenta de lo que era en verdad.

Estudio como era una persona normal para que Doll le copiara a ella y fuera "normal". Normalmente actuaba como las niñas que veía en películas infantiles, pero eso ya no sería suficiente. Empezó a leer, estudiar libros de psicología que había encontrado entre las pertenencias de su madre, vio todas las películas de princesas, y las volvió a ver para estudiarlas. Leyó cada libro infantil que encontró, empezó a estudiar el comportamiento de las personas en la televisión, incluso empezó a espiar a las niñas más "lindas" y "honestas" de su curso. Hasta que por fin, pudo darle la niña perfecta que Doll buscaba en ella. Así, las dos estarían a salvo. Y no solo eso, también le daría a su madre la hija que siempre quiso. La hija que había perdido cuando murió Victoria.



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En el texto hay: asesinatos, muerte y sangre, jovenes asesinos

Editado: 22.07.2020

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