—¡¿Que?!—preguntó estupefacta Doll poniendo las manos en la mesa.
La maestra, en frente de ella, se acomodó los lentes.
—Por favor, Doll. Toma asiento—invitó la joven mujer haciendo un ademán con la mano.
La niña hizo una mueca, pero al final obedeció.
—Es que... No lo entiendo—admitió viendo la palma de su mano—. ¿Como piensa que sea la tutora de Elizabeth?.
—Elizabeth no conoce a muchas personas aquí, y tú eres excelente en esa materia, se que serás buena con ella. Además, he visto como te mira, seguramente quiera ser tu amiga—aseguró la mujer con una sonrisa.
«O tal vez me este acusando con la mirada» pensó Doll para si misma. Suspiro y se rasco la nuca pensante.
—Escuche, maestra. No creo que sea buena idea que me involucré en esto, hay personas más buenas que yo. Solo... No me sentiría cómoda con su presencia o ella con la mía—admitió encogiéndose de hombros.
—Vamos Doll. Ella quiere aprender, ella misma me dijo que si le podía dar alguien con quien estudiar... Para ser francos, te pidió a ti. Creo que de verdad quiere ser tu amiga. Incluso dijo que eras una persona brillante—dijo la maestra emocionada.
«Que mordaz» pensó irritada. Doll suspiro nuevamente bajando la cabeza, sabía que no importaba lo que dijera, la maestra no iba a aceptar un no por respuesta.
:::: :::: :::: :::: :::: :::: :::: ::::
Emily miro confundida a Doll.
—Así que... Así es como es—dijo Doll apocada—. Por eso los otros días no pude acompañarte a casa.
Emily miro a lado de Doll, ahí se encontraba Elizabeth sonriendo sosteniendo su mochila con las dos manos.
—Y-ya veo...—murmuró Emily con una mano en la boca—. Bueno, bueno. No te preocupes por mí, puedo ir a casa por mi cuenta. Nos vemos Doll... Adiós, Elizabeth.
Sin decir nada más dio media y salió corriendo en dirección a su casa. Doll suspiro, no quería estar con Elizabeth ni un minuto más.
La nueva le sonrió a Doll y empezó a caminar en dirección opuesta, Doll no hizo más que seguirla mientras jugaba con una de sus coletas nerviosa.
Habían pasado dos días desde que Doll se volvió la "tutora" de Elizabeth, lo cual no le agradaba para nada. Elizabeth resolvía los ejercicios sin dificultad y después de eso se quedaban en un silencio incómodo que ninguna rompía. Sin contar que la nueva no tenía consideración acerca del espacio personal, lo cual molestaba a Doll ya que creía que se pasaba de lista.
Doll caminaba intranquila observando sus pies sin querer verla ¿en serio solo era por trabajo?. Alzó la vista solo un momento, ahora que la podía observar más de cerca se veía tierna, igual que Alice, tal vez la podía matar, esa idea le gusto y empezó a imaginarse su muerte. La sangre en las paredes, Elizabeth en el suelo y Doll con un cuchillo.
Para Doll siempre existía algún tipo de víctima, ella prefería a las lindas y tiernas. Pensaba que su piel era más blanda y más fácil de cortar.
Sin darse cuenta estaba sonriendo y ya habían llegado a la casa de la Elizabeth. La nueva sin decir nada abrió la puerta e hizo una seña a la otra para que pasara. Doll paso observando todo.
—Mi hermano llega al rato, la sala estará ocupada, estudiaremos en mi cuarto. Puedes subir, es la puerta del final del pasillo—indicó dejando su mochila.
—Ah... S-si, permiso.—Doll un poco confundida asintió y subió las escaleras.
Llego hasta el último cuarto del pasillo y ahí se encontraban dos cuadros muy extraños a lado de la puerta. El primero era una chica, era humilde puesto a su ropa y llevaba una canasta con solo manzanas, en la otra mano llevaba un paraguas con agujeros. Su cabello era café atado a una hermosa trenza y sus ojos azules como el mar. La otra mujer estaba sentada a orillas del río mientras peinaba su rubio cabello, sus ojos eran verdes brillosos y de fondo habían muchos árboles. Doll los miro confundida, sacudió su cabeza y entro al cuarto.
Ella se sorprendió al ver muchas cosas tiradas, sobre todo libros y cuadernos.
En los pies de la menor se encontraba un cuaderno, dejó caer su mochila y recogió el libro para verlo, en el estaba dibujado la cara de una persona, Doll al verla mejor pudo notar que tenía gran parecido a ella, su peinado, sus facciones, y la sonrisa amable que siempre traía, la calidad del dibujo era impresionante, como si lo hubiera dibujado un experto.
—¿Quieres tomar un poco de jugo?—dijo una voz a sus espaldas. Doll por reacción cerró el cuaderno y volteo viendo a Elizabeth con una charola, un bote de jugo y dos vasos—. Perdón el desorden.
Doll se sintió incomoda, no planeba andar husmeando en cuarto de otros.
Después de sentarse en el suelo se habían quedado en un silencio incómodo mientras las dos tomaban la bebida.
—¿Qué es lo que toca hoy?—preguntó Doll rompiendo el silencio.