Volví mi mirada a la bandeja que estaba en frente mío.
— ¡Estabas mirando al camarero te vi Hazel! —exclamo Marcus— ¡Eres una perra ese hombre es mío!
— ¡Yo lo vi primero! —exclamo ella.
No quería comentar ni decir nada al respecto en lo único que pensaba era en lo mal que me sentía y Tanner.
— ¡Buenas! —exclamo el sentándose a mi lado.
— ¡Gente! —Gared se sentó a mi otro lado.
— Hola chicos —levante mi cabeza y ahí estaba la perra.
Mire a Marcus y a Hazel, los dos las miraron mal.
— ¿Y a ti quien te llamo? —pregunto Marcus después de que ella se sentara al lado de mi hermano.
Todos miramos a Marcus ya que había sido demasiado directo algo que me encantaba de mi amigo.
— Solo vine… —ella bajo la cabeza y luego volvió a mirar a Marcus con una sonrisa— vine para estar con Tanner ¿Verdad?
Mire a Tanner fulminándolo con la mirada, el me miro a mi y luego a Sendy.
— Estem… no creo que yo —abrí mi boca y empujé mi mejilla con mi lengua.
Puse los ojos en blanco y mire a Gared que estaba conversando con Hazel.
— Ris… ¿Qué debo hacer para que aceptes salir conmigo? —pregunto el mirándome a los ojos.
Su pregunta me dejo sorprendida, aunque no era la primera vez que insistía. Pero el solo recordar la indecisión de Tanner me hacía enojar.
— Esta bien —dije con una sonrisa.
— ¡Deja de hacerte rogar Ris! —comento Marcus riéndose.
— Es tu momento amiga… y tu ten mucho cuidado con lo que haces —Hazel apunto con su dedo a Gared.
— Me entero de todo Gared incluso de todo lo que bebes cuando sales —dijo mi amigo levantando sus dos cejas.
Gire mi cabeza al sentir que Tanner estaba pegado a mi y al ver mejor Sendy no dejaba de hablar y tocarle el brazo.
— Apártate —dije con enojo empujando a Tanner.
El levanto una ceja y yo puse mis ojos en blanco. Volví a mirar a Hazel y ella también puso los ojos en blanco.
Al regresar a casa lo ignore por completo no quería dirigirle la palabra.
— ¡Oye no te encierres! —dijo el desde el otro lado de la puerta.
— ¡Lárgate! —exclame enojada— ¡No te abriré la puerta Tanner Harrison!
— ¡Rissie! ¡Ábreme o tirare la puerta! —el volvió a golpear.
Me puse de pie y abrí la puerta, y me crucé de brazos. Puse mi mano en frente evitando que el se me acercara.
— No quiero hablar contigo —el estaba confundido o eso pretendía parecer.
— ¿Estas celosa? —el empezó a reírse.
— ¡Vete o te golpeare! ¡No me respetas! —grite para luego empujarlo.
— Ris mi corazón y mi ser todo te pertenece a ti —aprete mis labios.
Otra vez ese mismo pensamiento apareció en mi mente. Quizás el si tenía necesidad de hacerlo era obvio.
El siendo el más guapo y capitán del equipo, con dieciocho años aún era virgen.
¿Cuánto podría durarle eso? Conmigo no podía hacerlo y era obvio que buscaría complacer esos deseos.
— ¡Largo! —exclame enojada.
De repente unos pasos se escucharon.
— ¿Qué sucede? —mama estaba de pie en medio del pasillo.
Tanner miro a mama y luego frunció el ceño.
— ¡Rissie tiene mi cargador! —exclamo el con enojo.
— ¡Eres un mentiroso! ¡Quizás lo dejaste en casa de alguna de tus novias esas que tienes por ahí! —respondí como si lo dijese en serio.
— ¡Hijos! Dios mío no tienen por qué pelear —ella me miro a mi— Y tu tampoco le grites a tu hermana.
Me cruce de brazos y sonreí como si hubiese ganado. Éramos buenos actores hasta mama se había puesto de mi lado.
— Tengo que salir por favor no discutan —ella nos miró a los dos y se fue de allí.
El avanzo para querer meterse en mi cuarto pero lo detuve.
— No… quiero estar sola —dije evitándolo mirar a los ojos.
— Estaré en mi cuarto solo háblame —dijo el con tristeza.
Me tire en mi cama mirando hacia el techo. ¿Y si el no quería a Sendy pero la veía como alguien para pasar el rato?
Otro día en la escuela me sentía cansada de completar trabajos y mas lo que se sumaba del entrenamiento. Ser capitana era más difícil de lo que pensaba.
Tanner y yo habíamos tomado nuestro espacio, pero a pesar de eso ninguno de los dos tenía tiempo. Aunque no quitaba su atención a mi a pesar de yo seguir enojada.
Camine por el desolado pasillo hacia la biblioteca debía buscar el libro para terminar el trabajo.
Hasta que una voz que reconocía a la perfección estaba hablando.
— Una oportunidad solo eso hare lo que sea —Sendy poso su mano sobre el pecho de el— lo que tu quieras solo quiero estar contigo.
— Sendy eres una mujer sexy y créeme que te deseé —me hice hacia atrás.
¿Tanner había dicho eso? O sea que si se había imaginado cosas con ella.
Sentí el nudo en la garganta Sali corriendo de allí, saliendo por la puerta que daba al aula detención.
Empecé a llorar como siempre lo hacía.
<< Maldita debilidad Rissie >>
— Que sorpresa encontrarte de nuevo —esa voz que había estado en varías de mis pesadillas.
— ¿Qué quieres Paul? —dije mirando con desprecio al sujeto que estaba a metros de mi.
— Me entere que te quisiste suicidar que cobarde eres —el me miraba de arriba abajo— no puedes vivir sin mi… te veías tan linda cuando tu hermano te llevaba a tomar helado después de tus sesiones de psicología.
Lo último que dijo me dejo helada me hice hacia atrás chocando con la puerta del salón.
— ¡Estas enfermo! —grite horrorizada.
— Serás mía antes de que cualquiera te vi con ese imbécil de Gared— el avanzo hacia mi.
Pero alguien lo agarró del cuello torciéndole el brazo y provocando que se callera.
No dude en abrazar a mi salvador.
— ¿Estas bien? Vamos este tipo es un enfermo —dijo el mirando con desprecio al sujeto que tenía una mano sobre su mejilla.
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Editado: 16.08.2022