Me pediste confesarte mis anhelos y miedos te conté eso y más, pero tú nunca hablabas de ti.
En cambio, siempre debía ser yo la causante de los problemas
Aunque la notable diferencia de nuestras edades no era un obstáculo al inicio, cada día salía a relucir más.
Pero sabes...
Me pido perdón, por bajar la cabeza a tus constantes burlas hacía mis sueños, por tus señalamientos y abusos
Por aceptar todo lo que decías sólo para no molestarte
Por alejarme de mis amigos a causa de tus inseguridades
Mi yo, del presente, le suplica perdón a aquella mujer que usaste, que traumaste con tus humillaciones sólo por ser unos años mayor.
Sobre todo, doy gracias por haber cumplido una de las múltiples veces que te fuiste, gracias por quedarte lejos y demostrar que solo ocasionabas daño, en realidad nunca me amaste.
Gracias por irte y mostrarme que aún podía ser herida de otra manera