PS | Deseo de justicia

Parallel Story | Deseo de justicia

Fue solo un error, un pequeño descuido.

Ese minúsculo desliz condenó a cada ciudadano dentro de InfinyTopia.

Ancianos, hombres, mujeres, niños...

Mi familia.

Enji... Stella... ¿Por qué...?

¿Porqué pasa todo esto?

Una incomprensible furia llevó mi puño hasta ser clavado dentro del espejo. La sangre escurría tornando roja el agua de la bañera, pero eso no importaba ya. Mi cuerpo se inundaba de la sangre que yo misma derramé.

Me negaba a soportar ver esa espantosa cara, incapaz de seguir luchando.

Antes, tenía una sonrisa deslumbrante. Pero ahora, no la hallo por ninguna parte.

El día de la masacre, mi marido, Enji, planeaba junto con Josh y Keim que haríamos una visita hasta nuestro pueblo natal para convencer a sus padres de mudarse aquí, donde tendrían muchas comodidades a su disposición. Si... Iban a ir ese mismo día por la tarde.

24 horas luego de la tragedia, surgió un misterioso acontecimiento en nuestro pueblo. Todos habían muerto, dando indicios de haber sido devorados por alguna cosa extraña. No había rastro de sobrevivientes.

La noticia llegó a saberse días después, indicando que ya era demasiado tarde.

Mis padres también se encontraban entre las posibles víctimas, así que fue caso perdido. Pude suponer que ya había muerto.

Actualmente, Enji se encuentra en coma, incapaz de recibir alguna noticia desde que cerró los ojos.

Perdió a sus amigos y sus padres, además de quedar inválido.

Antes de desmayarse, colapsó en sus sentido diciendo cosas como encontrarse con nosotras luego de que esta pesadilla acabe; nos daría un fuerte abrazo, para luego llevarnos a cenar en una noche llena de juegos y risas.

Más tarde, Stella preguntó por su padre. Tuve que mentirle diciendo que fue a casa del abuelo, que pronto volvería.

«¿Y papá? El nunca se va por tanto tiempo...»

Seguía así, día tras día, hasta que en un momento esa voz también se apagó.

Stella había enfermado. Amaneció con una contextura desnutrida y la piel oscurecida. Sus ojos perdieron el brillo habitual, mirando hacia un vacío, sin decir una palabra.

La llevé de inmediato al Sanatorio, desconociendo que también era muy tarde para ella.

¿Desde cuándo todo esto se tornó tan gris?

Tomé una toalla y salí de la bañera para sanar la herida que me hice.

Saqué con cuidado los restos de cristal hasta dejar la piel llena de orificios en coágulo.

Sin importar como estaba, coloqué el vendaje. Vueltas y vueltas, pero la sangre aún atravesaba todo la cobertura

—Ah...

Aunque logre parar la hemorragia, esta herida va a infectar en cuestión de tiempo, debido a que no realicé algún proceso de curación.

—... Por supuesto. Soy muy tonta.

Fue cuando comprendí; un problema solo traerá más desgracia si no es erradicado de raíz

—Es tu culpa... El problema eres... ¡Tú!

Si esa persona se iba, gran parte de los problemas serían solucionados.

Luego del baño, cubrí mis manos con guantes plásticos y preparé la última dosis fabricada para probarla en Stella.

Antes, fui hasta el castillo para hablar con Ballery sobre lo que había pensado, pero lamentablemente se encontraba ocupada, como siempre. No tuve más opción que ir al Sanatorio y esperar a que reciba mi mensaje.

Seguía pensando el resto del viaje en esa persona.

Podría creer que a pesar de haber sido apresado, pudo llevar a cabo un plan que cursa a la perfección. Todo fue guiado en línea recta hasta sus intereses verdaderos.

Ballery lleva un ritmo muy lento ahora mismo. Aunque tenga muchas tareas por cumplir, esta es a la que menos atención dedica.

Confert hace lo posible, pero habitualmente limita sus acciones a seguir solo órdenes de Ballery. Tal vez lo fuerce a ayudarme más adelante.

Más tarde, hubo un problema, la nueva dosis no fue efectiva. Las opciones se volvían escasas.

Sigo teniendo esperanza en que Stella aguante por un poco más de tiempo. Solo quiero salvarla.

¿En serio tendríamos que pasar por todo esto? ¿Hasta cuando esperaremos?

No... ¿Por qué debemos esperar?

—¿Unirte al cuerpo de vigilancia?

—Estoy cansada de esto. No puedo quedarme atrás y mirar como la gente sufre... Ya no más.

Ballery escuchó mi mensaje y fue hasta aquí unas horas después. Lo único que necesitaba era perdir ese pequeño favor y que ella lo aprobara.

¿Qué es lo que yo sentía realmente?

¿Odio? ¿Desesperación? ¿Ansiedad? ¿Miedo? ¿Acaso todas las anteriores?

—Cumples un papel importante aquí. Si te unes al campo de batalla, dejarás a varias personas atrás. Personas que te necesitan, Cinthia.

—De todas formas sigo estando a tu servicio, pero ahora... lo haré según mi manera.

Ballery, sin ánimos de discutir u oponerse, asintió dando un ligero suspiro.

—Está bien... Pero no te precipites, tal vez necesites ayuda para lo que presiento que harás. Todo fuera de lo establecido caerá en tu propia culpa.

Antes de que se fuera, noté su ligera preocupación, es un alivio que aún así acepte mi inclusión. A partir de mañana, iniciaré con la búsqueda de ese sujeto.

Si, me negué a seguir luchando, pero solo «De la forma correcta».

No tenía más razones para dejar de pensar un camino definitivo. Si, estoy decidida.

¿Ayuda? ¿No precipitarse?

—Eso es una mierda... Yo misma lo haré.