Parallel Story | Dilemas de media noche
El reloj marcaba las 12 en punto, un horario regular donde gran parte de la ciudad bajaba la guardia a merced de un suave colchón junto a sus delicadas sábanas y una esponjosa almohada.
Es hora.
Debo ir por aquella sustancia paralizante utilizada anteriormente.
A pesar de estar en lo más alto del castillo, hace ya un tiempo me las ingenié para construir rutas alternativas conductoras hasta los pisos inferiores fuera de mi propiedad.
Los problemas no solo se encuentran más allá de las murallas, también existen dentro de InfinyTopia. Es un mundo enorme, plagado de aberraciones, cada día nacen y mueren miles de vidas, lo que hace imposible culminar con este ciclo interminable. Nunca sabré cuando se avecina la próxima catástrofe, es debido a ello que requiero dar forma a mi propia supervivencia.
Ni amigos, ni enemigos. No hay tiempo de crear vínculos sociales ni preocuparse por personas específicas, es necesario usar un método más profundo.
Analisis.
En promedio, hay ciertas emociones que van ligadas a conductas repetitivas: Alegría, tristeza, coraje, asco, miedo y pasividad; Estos son las características presentes en un enorme grupo de personas esparcidas por la ciudad.
Es sencillo adoptar una postura que se asemeje o contrarreste estos tipos de temperamento. Sirven para guiarlas en orden y con gran asertividad hacia el camino que elija.
Mi objetivo es investigar a cerca de nuevos cambios.
Claro, hay ocasiones en que la gente expresa rasgos especiales o poco comunes, incluso ejemplos donde no muestran ni una pizca de color, como viene a ser una de ellas la actitud neutral: Ni derecha, ni izquierda, ni A, ni Z, tienden a no hacer nada o a hacerlo todo, es tan enigmático e impredecible.
Odio ese tipo de rasgo, imposible de manejar y complejo por destruir.
Hace no mucho, experimenté con mi propia carne aquellos ojos fríos sin vitalidad, quebrantando mi eterna calma después de muchos años.
Descargué contra el suelo un pisotón lleno de furia.
Bah, tonterías, debo controlar estos aspectos adecuadamente.
Tomé una vela y encendí la mecha con un pequeño encantamiento de fuego.
Suelo usar distintos medios de iluminación dependiendo el lugar y camino correspondiente. Los Fokus transmiten mucha potencia de luz, siendo muy llamativos en sitios donde no desearía ser encontrada.
En esta ocasión me dirigía al Sanatorio, por lo que tendría que atravesar el alcantarillado subterráneo para llegar a mi destino.
Siempre hago movimientos poco llamativos debido a mi posición como miembro de la nobleza, no tengo la libertad de andar por las calles sin un camuflaje que esconda mi rastro cada vez que lo necesite.
Faltaba mucho para llegar, así que dejé llevar mi mente en retrospectiva una vez más.
El letargo escarlata no trajo consigo un aumento en el número de víctimas, pero tampoco alguna solución ante esta amenaza, debido a Cinthia quién abandonó su puesto en medicina, llevando como consecuencia que las pruebas y el desarrollo de una cura se detuvieran.
Ahora tengo tiempo para dedicar mi atención concretamente en la enfermedad.
En los próximos días continuaré de manera exhaustiva con más experimentos que llevarán a la raíz principal del problema.
Primero, debo deshacerme de los estorbos merodeando con libertad por mis calles.
Esta mañana, recibí informes sobre la repentina revelación de Terra, una vieja y antigua junta de personas vivientes en el subsuelo, por fortuna, hubo personas que lograron mitigar algún resultado catastrófico cerca al Sanatorio. Estos seres continúan con vida más de lo debido, si tienden a repetir mismos actos a la luz del del sol no habrá muro ni ley que los proteja, tomaré acciones inmediatas por mi propia cuenta.
Tampoco soy perfecta, cometo errores a diario como gran parte de la gente, es por eso que busco alguna solución rumbo a la excelencia.
A veces dejo llevar mi mente fuera de lo planeado, estropeando ciertos rubros que mantenía vigilados.
Controlar el manejo de mis emociones es un gran ancla obstruyendo mi camino desde pequeña, meses de entrenamiento para dar cortos pasos en escalones cada vez más extensos, se supone que el crecimiento logra desarrollar naturalmente este aspecto.
Soy tan terca por querer acelerar el proceso. Como sea, basta de autocrítica.
Soporté el horrendo y maloliente aroma del agua para esto, ya me encontraba en el acceso al sótano del Sanatorio.
Introduje el brazo dentro de mi bolso sin fondo para sacar la llave que daba con la cerradura de esta pequeña puerta camuflada. Debido a imperfectos del encantamiento, en su interior, las cosas suelen moverse de lugar cada cierto tiempo, lo que requiere más esfuerzo por encontrar algún objeto específico.
Maldita cosa defectuosa...
—... Aquí estás.
Guardo muchas cosas importantes dentro, sería una pesadilla no poder cargar con varios recursos para soluciones simples.
Al ingresar, todo seguía en su lugar, una polvorienta sala utilizada como almacén a la cual nadie tenía permitido entrar. Fue tachada para realizar un mantenimiento debido a los roedores que se colaban por las alcantarillas.
Luego de salir, accedí silenciosamente por los oscuros pasillos, rumbo a las escaleras. Si alguien me veía no sería un problema ya que este era un ambiente seguro, también se encontraba resguardado por personal de combate y vigilancia. Sin embargo... prefiero mantener una distancia moderada.
Este piso era el último y menos transitado, por lo que no era necesario mantener un ojo aquí.
—Subir y bajar... Todos los días. No tengo otra... ¡B- Buah---!
Estaba lista a pisar el primer peldaño, de no ser por repentina sorpresa que llevé tras mis espaldas.