Piensa en mí, por favor.
Hazlo, por favor.
Sólo te tomará un momento.
Espero que una tarde como esta, a tu mente llegue mi rostro.
Resuene el sonido de mi voz y de golpe me extrañes.
Piensa en mí, por favor.
Piensa en mí, cuando no tengas con quien hablar a altas horas de la noche.
Cuando no tengas con quien compartir un momento de dicha o cuando estés sin ánimo y no tengas con quien desahogarte.
Piensa en mí, en esas mañanas frías en las que nadie te dedique un mensaje de buenos días.
Piensa en mí, en esas tardes de lluvia en las que no tengas a quien besar.
Antes de dormir, piensa en mí.
Así tal vez, al despertar, te den ganas de regresar.