La débil luz de la mañana te invita a abrir los ojos.
Esta vez es distinto, todo es diferente.
No duele mirarse al espejo, no duele recibir el día con el viento sobre las mejillas.
No pesa el alma, no pesa el corazón ni un amor viejo y desgastado.
Sonríes y sientes la vida, estás viva.
La música dejó de doler.
Ahora bailas, sientes, amas, te amas.
Vuelves a brillar, a soñar, a querer.
Un mensaje, una sonrisa y nerviosismo.
Habías olvidado lo bien que se sentía.
Lo bien que se sentía comenzar, lo bien que se sentía avanzar.