El miedo de que algo acabe es un sentimiento que podría derivarse de la impotencia y cobardía
misma.
—Respira.
Uno, dos, tres.
No es ese sentimiento de miedo cuando regresas de una fiesta y crees que alguien te está siguiendo.
Es aquel que está entre el "si" y el "no". Miedo a que algo acabe.
—Respira y tranquilízate, sólo inténtalo, por favor.
¿Pero qué ocurre cuando los papeles se invierten? ¿Cuando alguien está del otro lado con el alma en
los labios muriendo de miedo por lo que te pueda pasar?
—Por favor, sé que tienes miedo, pero no va a pasar nada. Te lo prometo. Sólo no te aferres a una idea errónea.
La cobardía es uno. El miedo es uno. Sin embargo, todo puede reducirse a uno. ¿Es este el
significado de la vida?
La puerta se abre y ella corre hacia mi, tirándose de rodillas a un lado, seguido me abraza y
ocasiona yo sollozo.
—Tranquilo, estoy aquí.
¿Como alguien puede hacerte sentir tanto y después dejarte vacío en un corto tiempo?
Se separa un poco y me obliga a mirarla, tiene los ojos llorosos y me siento culpable por haberle hecho todo esto. Por haberla asustado. Me siento tan mal que no tengo la valentía suficiente para seguir sosteniéndole la mirada, aunque ella se aferra a mí. —Luke, no estás solo.
¿Y si las palabras son solo eso? Sin valor alguno, con falacias desbordando por doquier. En algún
momento todo se olvida, todo se aleja, todo se pierde.
A pesar de que ella esté hablando, lo único que sé en ese momento, es que las personas no son para siempre.
Esta es la manera en que la vida se mueve, el tiempo pasa y crearemos una muralla de sentimientos,
eso será nuestra defensa, casi como un bolwerk. Una defensa.