16 DE OCTUBRE DE 2014
18 AÑOS DE EDAD
Ella estaba de pie al frente de mí, yo sentía como todo el jugo gástrico subía hasta mi esófago, la
mirada de Bella era suave y neutra, tratando de hacerme sentir seguro, yo no podía seguir
sosteniéndole la mirada, por lo cual la bajé.
—Ya no puedo seguir así— su voz hizo eco entre las cuatro paredes de mi habitación—. Esto no
está funcionando.
Pasaron unos segundos y me dije a mí mismo que tenía que ser valiente. Que no podía retener a
alguien sólo por necesidad, sólo para no sentirme solo. Había tratado mal a Bella durante los
últimos meses de nuestra relación, ella era demasiado para mí y yo no intentaba hacer un cambio
para corresponderle.
Tomé una gran bocana de aire y lo expulsé con lentitud. Me atreví a alzar la mirada y sus ojos
chocaron con los míos, yo le sonreí a medias y asentí.
—Lo sé— dije, finalmente—, y tú no te mereces todo esto. No tienes la obligación de aguantarme
cada que me drogue, tampoco pasar angustias cada que desaparezca o soportar mis malos tratos—
relamí mis labios y proseguí—. Los sentimientos no son mutuos— confesé—. Ya no.
Los ojos de Bella se cristalizaron y me sentí impotente, no podía hacer nada, pero tampoco podía
seguir así, no podíamos seguir de esta forma. Yo la lastimaba y eso me hacía sentir terriblemente
mal.
—Descuida, Luke— sonrió —. Es mejor que seamos sinceros a seguir con mentiras, fingiendo
algo... pero puedes estar seguro que te quiero, que todo lo que he hecho es para ayudarte, porque me
importas realmente, no quiero verte mal y no sabes cuánto me duele verte llorar, lamentarte y
culparte porque algo que no es así.
—Bella...— quise hablar, pero ella siguió.
—Y quiero que te des cuenta de ello, no cuando sea muy tarde, cuando te arrepientas y no puedas
retroceder. Quiero que abras los ojos— ella dio unos pasos hacia mi y llevó su mano a mi mejilla
para acariciarla con ternura—. Eres una gran persona, eres más de lo que crees y no te das el tiempo
de valorarte. No importa lo que te digan los demás, eres un gran humano que cuando se derrumba es
el ser más maravilloso y frágil que puedas conocer. Tienes que abrirte, tienes que detener el dolor,
pero no como tú crees. Morir no es la solución.
Parpadeé unas cuantas veces y varias lágrimas descendieron, haciendo un recorrido húmedo por mis
mejillas, sus palabras me estaban doliendo porque a pesar de estar terminando y confesarle de una
manera cobarde que ya no la amaba, ella seguía siendo tan dulce y comprensiva.
—Lo intento— murmuré con dificultad—, pero no... no sé. Es díficil cuando estás en la piel de la
persona que está sufriendo.
—Es díficil, pero no imposible— aludió—. No vuelvas a intentar acabar con tu vida, por favor—
pidió—, porque si lo haces, no conocerás al amor de tu vida... ¿lo recuerdas?
Sus labios esbozaron una sonrisa y no pude evitar copiar su acción. Le había dicho sobre la promesa
de Jack y me resultaba de alguna manera incrédula que a pesar de todo esto, tuviera el valor de
pronunciarlo. A ella nunca la llevé al callejón, no le hablé exactamente del lugar, pero si le había
dicho que Jack quería que conociera a mi verdadero amor. Que ridículo era eso.
—¿Cómo puedes fingir que no te duele?— demandé, con la vista borrosa.
La chica formó una línea con sus labios y se encogió de hombros, alejó su mano de mi mejilla y
suspiró.
—No lo estoy fingiendo, me duele— asintió—, pero algunas cosas no son para siempre. A veces
son lecciones de vida.
Jamás me arrepentí de haber conocido a Bella Adams, una chica maravillosa, honesta y dulce.
Alguien algo madura para su edad y comprensiva, alguien que intentaba hacerte sentir bien aún
tuvieras un horrible día.
La última vez que la vi fue cuando se despidió de mí en el aeropuerto, ella se había ido de
intercambio hasta Canadá, yo la felicité mucho y me hizo prometerle muchas cosas, dijo que
volvería, pero realmente mi interés se había esfumado poco a poco con el tiempo, André era el
único que seguía teniendo contacto con ella, pues era su mejor amigo. Bella me mandaba saludos y
yo le decía a mi amigo que le dijera un simple "yo igual se los mando", para después seguir con mi
cigarrillo.
Sin duda, fue una gran etapa de mi vida.
—Si caes, te levantas y sigues, pero más fuerte que antes. Y eso debes tomarlo como consejo— ella
había murmurado en mi oído
—¿Así de fácil? — ironicé.
—No, así de valiente.
[…]
04 DE DICIEMBRE DE 2015
19 AÑOS DE EDAD
Observaba el cuadro entre mis manos y sonreí ante los recuerdos de ese día, Dios, aún tenía todo tan
vivo en mi mente. Las risas y, lo que hicimos antes y después de esa fotografía.
—Si Hasley viera como le sonríes a la foto posiblemente te mataría— André rió. Alcé mi vista hacia
los ojos de mi mejor amigo y negué.
—No, no sabe quién es— me encogí de hombros y coloqué el retrato donde estaba.
—¿No le has dicho?
—No, aún no. No he encontrado el momento exacto, pero le diré quien fue Bella, le diré sobre los
problemas con mi familia, sobre mi hermano Ben, sobre mi amistad con Neisan, lo de la foto por la
que se armó un escándalo en el instituto, le diré hasta la ubicación de cada lunar en mi cuerpo—
dramaticé y carcajeé.
—¿Bien?— André dio una risotada.
Saqué la cajetilla de cigarros y le hice una seña de que si podía fumar aquí dentro de su casa.
—Adelante, de por si vivo solo— rodó los ojos y extendió su mano para que le diera uno—. Tiene
días de que ya no fumas marihuana, eso me ha sorprendido mucho.
—Y no sabes cuánto me ha costado— formé una mueca—, pero es lo que quiero, dejar esta vida y
centrarme en mis prioridades.
—Que orgullo— dijo y fingió que se secaba una lágrima, entrecerré los ojos y él rió, encendí el
cigarro y después le pasé el encendedor, antes de prender el suyo, volvió a hablar—. ¿Crees que lo
tome bien? Digo, le hablaras de tu ex, alguien que fue importante para ti. Será incómodo y la harás
sentir muy celosa.
—Lo sé — asentí, tomé una calada y después expulsé el humor—, pero a quien amo ahora es a ella,
si estoy haciendo todo esto es para que yo esté bien y brindarle algo mejor a ella. Mi pasado es eso,
pasado. Quiero enderezar mi camino y volver a empezar. Weigel entenderá que Bella fue alguien
importante para mí, me ayudó, que me enseñó tantas cosas y aprendí de todo eso, pero eso fue antes
de ella.
—Demonios— André negó—. ¿Te estás escuchando? Eres otro y eso me hace sentir tan bien, voy a
llorar— dramatizó y lo empujé—. Estoy orgulloso.
—Lo que importa ahora es mi presente y mi futuro, y todo eso es y será con Hasley.
—¿Y yo dónde quedo?— el chico se hizo el indignado.
—En mi corazón— toque mi lado izquierdo del pecho y después, empezamos a carcajear.
Nos volvimos a quedar en silencio. André terminó su cigarrillo y lo dejó en el cenicero. Me hizo
una seña para que le pasara otro y le di la cajetilla. Él se quedó jugando con el encendedor durante
unos segundos y yo desvié mi vista hacia el suelo. Por el momento todo estaba bien con Hasley, no
teníamos problemas y sabía que así era al inicio en la mayoría de las relaciones, posiblemente
tendríamos más adelante, pero podríamos manejarlo.
Y quizá en el ámbito familiar, con mi padre, las cosas no mejoraban, sin embargo, tampoco habían
empeorado. Ben ya estaba en la ciudad y eso significaba una sola cosa; pronto partiría. Él ya había
hablado con mis padres, tuve que decirle todo a mi madre, lo que le oculté y porqué lo hice, fue la
primera vez después de tanto tiempo que hablamos bien como una familia sin golpes e insultos. Ben
estaba furioso con mi padre, él al igual que yo no era capaz de denunciarlo, y yo le había dicho a mi
madre que no lo hiciera, que no valía la pena ya, mi hermano mayor le había dicho a papá que
tendría que ir a una plática familiar y él me llevaría con él fuera de Australia y su esposa.