Desearía poder regresar todos
esos momentos en que pensé
que realmente no valías la pena.
La manera en la que me abrazabas,
debí haberte puesto primero.
Estaba equivocado, lo admito.
Me congelé por tu beso mientras
te deslizabas entre mis dedos.
Se me va el aliento por todos los
errores que cometí, por todas las
cartas que guardé.
Esto es todo lo que no dije.
Desearía que pudieras quedarte,
soy el único que tiene la culpa, sé
que es un poco tarde. Espero sepas
que por ti me sacrificaría para
hacerlo bien esta vez. 95
Everything I didn't say (5SOS)
13 DE AGOSTO DE 2014
LUKE HOWLAND
El dolor de cabeza que cargaba me estaba matando y la voz de la profesora no ayudaba en lo
absoluto. Comenzaba a sentir náuseas, quería salir corriendo de aquí e ir al baño para vomitar. 4
Tallé mi frente mientras soltaba un bostezo y desvié mi vista hacia la esquina del salón, Zev estaba
con Daniel, un integrante del equipo de rugby, ambos murmuraban algunas cosas para después reír.
Me preguntaba cómo es que la maestra no les llamaba la atención o siquiera se percataba de ellos,
no era porque quisiera echarles la mala suerte...
Bueno, sí, si quería.
Nos habíamos dejado de hablar desde aquel día del incidente. Creí que me haría la vida imposible,
quiero decir, él era demasiado popular, tenía ventaja porque no era un superficial y se portaba
amable con los demás, y yo era el chico que bien podía usar como un blanco para joderle la vida,
porque la mayoría sabía que me drogaba.
Demonios, que triste sonó.
Sin embargo, no lo había hecho, simplemente me ignoraba y no es como si antes nos lleváramos
muy bien dentro del instituto. De hecho, cada uno iba por su cuenta, nunca nos saludábamos como
si fuésemos buenos amigos, a menos que una seña con la cabeza contara.
Tragué saliva cuando sentí nuevamente la presión en mi cabeza y me sentí decaer. Mis manos
comenzaban a sudar y sabía que no podría aguantar, tenía que irme. La necesidad de querer ir a mi
casa y dormir era la primordial en ese momento, a la mierda con las demás clases.
—Bien, chicos, pueden retirarse— la profesora indicó—. Recuerden que la bibliografía para el
trabajo la quiero en formato APA, si no es así, les bajaré puntos.
Di otro bostezo y guardé... nada. Porque no había sacado nada desde que mi trasero tomó asiento.
Colgué mi mochila sobre mi hombro y caminé hacia la puerta, empujé a un chico que iba saliendo
para que yo pudiera hacerlo primero y sólo escuché como se quejó, lo miré sobre mi hombro
enarcando una ceja, él no volvió a decir nada y simplemente siguió su camino.
Regresé mi vista hacia el frente y mi topé con una escena un poco fuera de mi agrado, Zev abrazaba
fuertemente a su mejor amiga ocasionando que ella le dijera que la soltara, Neisan se burlaba junto
a Daniel de ellos. Zev la soltó diciéndole algo, lo que hubiese sido, provocó que la menor cubriera
su rostro con ambas manos.
Sonreí.
Hasley Weigel era ese tipo de chicas que veías en algún grupo de puros hombres. En mi vida la
había visto con alguna chica, tan cercana que pudiera denominar "amiga", no, ella vivía bajo la
sombra de Zev, su mejor amigo. Siempre los veías juntos, eran como chicles y aquello había
ocasionado muchos rumores sobre una supuesta relación entre ambos, pero yo sabía que aquello no
era así.
La mirada de Zev se encontró con la mía, él le dijo algo a sus amigos y pasó uno de sus brazos
sobre los hombros de Hasley para traerla hacia su cuerpo y alejarse de donde se encontraban. 54
Relamí mis labios y reí por lo bajo. Zev lo sabía, sabía que Weigel me atraía de alguna forma. A
Jane se le había salido de la boca decirlo, en ese instante tenía miedo porque yo estaba con Bella,
pero él sólo se limitó a decirme que no diría nada porque lo mío con su mejor amiga era un gusto,
en cambio, yo quería a Bella.
Y era así.
Hasley solo se me hacía atractiva, en mi opinión, creo que se le veía muy bien el cabello largo y
también tenía conocimiento que sus ojos eran azules. Jamás los había visto de cerca y,
posiblemente, nunca lo haría, pero eran de un azul muy intensos, porque para que pudieran destacar
a una distancia, lo tenían que ser.
Mierda.
Paso mis dedos por mi cabello y me dirigí hacia la salida para irme del instituto, en el camino saqué
mi celular para mandarle un mensaje a Bella y decirle si se encontraba disponible. No podía ir a mi
casa a estas horas, mis padres estarían y yo quería descansar hasta tarde sin que nadie jodiera.
Cuando tuve una respuesta afirmativa por parte de ella, me dirigí a su casa.
Aún estaba tan agradecido al cielo porque los resultados del embarazo habían dado negativo, al
parecer las pastillas anticonceptivas que ella empezó a tomar hace algunos meses descontrolaron su ciclo y ella al ver su atraso, hizo que el estrés y los nervios la comieran viva provocando que su
período se atrasara aún más.
A penas llegué y toqué la puerta, esta se abrió. Bella me miró con una sonrisa y me dio un corto
beso sobre los labios, le confesé que quería descansar, que me sentía pésimo y ella me dio una
mirada de decepción. Por un momento, me sentí mal porque estaba harto de esas miradas, sin
embargo, mi interior se estabilizó un poco cuando rodeó mi torso con sus brazos, apoyó su mejilla
contra mi pecho y no pudo evitar regresarle la acción.
—Fumaste mucho, ¿no es así?— preguntó. Ella no se alejó y yo tampoco lo intenté, cerré mis ojos
por unos segundos sin querer responderle, aunque sabía que con Bella no todo se quedaba a medias
—. Descuida, fue una pregunta muy tonta— se separó de mí y me observó de pies a cabeza—. ¿Son
mas fuertes que la otra vez?
Yo asentí y formé un gesto de cansancio. Tallé mi frente con el dorso de mi mano al sentir como
todo me daba vueltas, ahora estaba mareado, sentía que caería en cualquier momento, entonces sentí
como las náuseas aumentaban.
—Necesito vomitar— avisé en un murmuro.
Bella rodeó uno de sus brazos por mi cintura y me ayudó a ir hacia el baño de su habitación, abrió la
puerta para que yo pudiera pasar y me dejó en frente del escusado, a penas me soltó, caí de rodillas
y devolví todo lo que pude. Mi garganta dolió y mi cabeza quiso explotar en ese momento.
Sentí pena por un segundo al saber que la chica estaba presenciando esto y me sentí muy mal al caer
en cuenta que ella no debería de aguantarme, no tenía obligación de estar viendo por mí y soportar
las escenas tan desagradables que yo le aportaba. Aún no entendía cómo es que seguía aquí
conmigo, no en este escenario, sino, a mi lado, en una relación, siendo yo su novio.
Me senté en el suelo una vez que terminé y alcé mi vista, sus ojos marrones me veían con un mohín,
a pesar de que mi estado era tan pesimista y asqueroso, le sonreí. Bella relamió sus labios y caminó
hacia la pequeña cómoda que había en el baño, cogió una toalla y me la tendió.
—Báñate— indicó—. Trata de no entrar en ansiedad, por favor, sólo relájate. Necesitamos que los
efectos pasen, te traeré algo de comer... estoy haciendo sopa. En mi armario está tu camisa negra de
Green Day, pontela. Prenderé el clima para que se refresque la habitación y puedas estar cómodo—
avisó con calma, sus ojos nunca abandonaron los míos en todo en transcurso de sus palabras, estaba
a punto de irse hasta que se volvió para hablar—. No te duermas, tienes que comer.
Ella sentenció y se fue.
Bella era tan jodidamente demandante, clara y paciente.
Tosí varias veces y, minutos más tarde, ya me encontraba bañándome, lo cual no fue mucho porque
solo necesitaba sentirme fresco, que el agua cayera por toda mi piel y tratara de alejar la sofocación
que había empezado a sentir.
Salí del baño para ir en busca de mi camisa y ropa interior. Estaba terminando de vestirme cuando
Bella entró a la habitación con una bandeja de comida, vaya, al parecer esa bandeja la usaba más
conmigo que para algo más, estaba seguro de eso. Colgué la toalla y caminé hacia su escritorio, ella
dejó la comida sobre este y me miró con una sonrisa.