Antes del Alba

XII

"Shake it out, shake it out, shake it out, shake it out, ooh whoa..."

 

 

Cuando llegamos al club me siento emocionada, ojalá ahora sí baile conmigo. Nos dirigimos, tomados de la mano, a la barra y Eric pide cervezas. Una vez que las bebemos intento cumplir mi cometido.

— ¿Vamos a bailar?— me pongo justo en frente de él y hago cara de perrito abandonado. Me mira fijamente pero después de algunos segundos él asiente y me regala una linda y pequeña sonrisa. Yo ensancho mi sonrisa y me emociono, doy un brinquito y lo tomo de la mano para así dirigirnos a la pista donde todos se mueven al ritmo de la música, esto es fenomenal, me siento tan bien. Empezamos a bailar juntos y bromeamos y nos reímos, en una canción, Eric decide tomarme por la cintura y acercarme a él, así que estamos bailando más juntos. Esto es genial.

Pasan los minutos, quizá horas, sin embargo seguimos bailando y vamos notando cómo la gente a nuestro alrededor está cada vez más ebria y a mí ya me duelen los pies. Reviso mi móvil y son las dos de la madrugada, ¡el tiempo sí que vuela!

<<Y más si estás con él>> contesta mi subconsciente.

— ¿Quieres que nos vayamos?— me pregunta al notar que miro mi teléfono. Subo mi mirada y le sonrío.

— Si tú te quieres quedar, nos quedamos otro poco— él se ríe y sacude la cabeza.

— Me duelen los pies, ya mejor vámonos— y se rasca la nuca. Asiento y nos vamos a la salida, noto que sigue habiendo fila para entrar al club y no es de los más famosos o exclusivos de aquí, es porque es viernes y hay como una necesidad en los jóvenes para liberarse de la presión de la semana o tal vez están de vacaciones. Una vez fuera del club Eric se vuelve hacia mí.

— ¿Quieres hacer algo más?

Hago muecas y pues no se me ocurre nada interesante, la verdad. Sólo sacudo la cabeza y Eric asiente.

— Entonces a casa, señorita— me toma la mano y la besa como si fuera un príncipe de cuento. No puedo evitar soltar un suspiro que me ataca desprevenidamente. Eric lo nota y me mira con una ancha sonrisa y yo me sonrojo. Se yergue y besa mi frente. Cuando estamos en el carro una duda me asalta: ¿somos pareja? De pronto estoy muriendo de ganas de hablar de eso, pero no sé si le parezca conveniente a Eric... No, me da igual.

— Oye Eric...— empiezo con voz bajita y actuando un tanto tímida, él dirige una fugaz mirada hacia mí—. ¿Puedo preguntar algo?

Suelta una risita y me mira.

— Sí, Ellie, lo que quieras— me derrite la manera en la que me dice Ellie. Trago saliva y me preparo, aunque no tengo idea del por qué estoy tan nerviosa.

— Okay... Hm... ¿Qué somos? — Eric aparca el auto a un lado de la acera y me mira directamente a los ojos, se notan serios.

— Janelle...— toma mis manos y creo que esto no me va a gustar—. Somos humanos, corazón. Tú eres una hembra y yo soy un macho.

Entrecierro los ojos mientras lanza una estruendosa risotada, pienso en ello unos segundos y es un imbécil. Lo sigo en sus risas hasta lloramos por tanto reírnos.

— Eres un tonto, en serio— digo aun entre risas. A esto, Eric me guiña un ojo y se muerde el labio inferior. Se ve tan sexy. Como acto reflejo yo también muerdo el mío. Nos miramos un poco más.

— Eric. A lo que me refiero es a nosotros dos, ¿somos pareja?

— Hm... Sí, algo así— me contesta de manera simple, ordinaria y siento que trato con un cavernícola.

— Okay...— me quedé seria. Es que ya no sé qué más decir. Me siento algo estúpida por pensar que iba a contestar diferente, no sé por qué esperaba algo más. Ahí demuestro que soy ingenua. Tengo que seguir adelante, intento dejarlo pasar. Eric al ver que no hay más comentarios por mi parte, pone de nuevo el auto en marcha. Vamos escuchando la radio y yo voy tarareando las canciones de manera bajita. Cuando llegamos a las afueras del edificio en donde vivo, Eric coloca su mano sobre mi muslo izquierdo y busca mi mirada.

— ¿Estás bien?— me pregunta con inquietud. Le brindo una pequeña sonrisa.

— Sip, solo tengo sueño y me adormecí por el camino y la música— le vuelvo a sonreír. Él solo asiente y sonríe.

— ¿Quieres que te acompañe a tu apartamento?

Hago una mueca.

— ¿Qué?— estoy al borde que romper a reír. Creo que él no está bromeando—. ¿Hablas en serio?




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