[Un año después]
Tuvimos una semana, una semana llena de alborotos después de ser encontrados, ya que nuestros conocidos decidieron esparcir la alerta de búsqueda, porque después de los tres meses que pasaron, aún no dábamos señales de vida. El mundo "se puso a buscarnos", así que nuestras caras eran conocidas. Por lo que, cuando aparecimos, fuimos noticia; nos entrevistaron y yo no podía estar más incómoda con eso. El mundo siempre está necesitado de noticias moda, y en esa ocasión nosotros estábamos en el ojo del huracán. De hecho, tendríamos que estar algo agradecidos por la atención, ya que por eso descubrieron el gran talento de Eric para plasmar las ideas en los lienzos.
Johanna volvió a ser la que era antes, claro que la Leucemia no se fue, pero se disculpó una vez tras otra, pidiéndome que volviera al departamento con ella, cosa que acepté de inmediato, ya que la había extrañado horrores. Fred tambien se disculpó y limamos nuestras asperezas.
Por otro lado, Zack, Dean y Eric eran como perros guardianes; ninguno me dejaba ni a sol ni a sombra, mucho menos el último mencionado. Fue una semana realmente extraña.
Ya no he vuelto a tener pesadillas y Eric tampoco; así que he puesto toda mi concentración en terminar mi licenciatura y la verdad es que lo estoy llevando muy bien. En mis tiempos libres voy a la galería de Eric para ayudarle o sólo para pasar el tiempo con él. Nuestra relación ha avanzado tanto que de verdad conocemos cada pequeño detalle del otro y justamente hace dos semanas, el 8 de mayo de 2015, nos hemos comprometido. No es que haga falta firmar el contrato, es sólo que a ambos nos ilusiona intentar algo de lo que fuimos privados durante tantos siglos. Todo el mundo está volviéndose loco entre los gemelos de Rae y Kurt, el hecho de que Zack se haya ido a México para recorrerlo completamente y nuestro compromiso; pero todos estamos bien, finalmente puedo decir eso y ser honesta.
Enero 2016
Mi pulso está muy acelerado, tomo una profunda respiración con la esperanza de que mis nervios cedan tan solo un poquito, pero es casi imposible para mí. Siento un nudo en la garganta que sé que si hago el más mínimo intento de expresar una emoción, pueda explotar cual granada. Entro al lugar, puedo ver cómo las personas fijan sus ojos hasta donde me encuentro. Me recuerdo de inhalar por la nariz y exhalar por la boca para tranquilizarme. Comienzo a caminar del brazo de Johanna tratando de contener mi sonrisa, tratando de parecer "delicada", como me habían dicho Jo, Rae y Maddie minutos atrás, pero simplemente no puedo. Conforme me acerco, lo puedo ver; puedo ver lo brillosos que están sus ojos, cómo trata de tranquilizar su respiración al igual que yo.
Al estar frente a él, a centímetros uno del otro, no me contengo más y unas lágrimas resbalan de mis ojos, pero Eric las retira rápidamente tratando de contener las suyas, pero igualmente, lo traicionan y suelta unas pocas. Ambos reímos y nos sonrojamos, nos tomamos fuertemente de las manos y juntamos nuestras frentes para cerrar los ojos y suspirar. La ceremonia da inicio y sé que esto nunca tendrá fin, porque somos demasiado fuertes y libres como para alejarnos el uno del otro.
Marzo 2017
— ¡BARRETT!— mi grito podría ser capaz de ser escuchado hasta en China, pero estoy tan asustada que no sé cómo reaccionar, siendo crudamente honesta. Veo cómo Eric sale corriendo en solo una toalla alrededor de la cadera, al verme palidece.
— Oh no...
— ¡OH SÍ! ¡APÚRATE!— le grito de vuelta y él sale corriendo de la sala hacia la habitación, escucho cómo suelta maldiciones a diestra y siniestra, dos minutos después sale con dos mochilas y completamente vestido.
—Vamos amor—toma el lado izquierdo de mi cintura con una mano y con la otra toma mi mano derecha para guiarme. Mi barriga es enorme, he engordado muchísimo y tengo los pies muy hinchados.
Llegamos al auto y en diez minutos más ya nos encontramos en emergencias. El labor de parto es difícil, pero después de horas y horas, lo mejor que te puede pasar es el escuchar el llanto de la niña que creaste junto a tu alma gemela, eso no tiene comparación con nada más en este mundo. La maldición se rompió, vencimos la esclavitud y por fin puedo abrazar a mi bebita, sostenerla entre mis brazos.
—Amor mío, lo hicimos— Eric está de pie a un lado de la cama de hospital, ambos nos encontramos admirando a nuestra hermosa bebé, él acaricia mi cabello y me da un pequeño beso en los labios—. Nuestra pequeña Robin.
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Editado: 14.01.2019