Siempre le tuve miedo a la oscuridad.
Soy esa clase de persona que apenas apaga las luces de la sala, corre despavorida hacia su habitación.
Y aún sabiendo sobre mi miedo irracional, mi hermanita se encargaba de molestarme con eso.
Una noche, me quedé despierta para terminar la investigación de mi proyecto final y tuve que salir a la sala porque me dió sed.
Cuando miré por la ventana, descubrí una silueta observándome. La sombra de alguien cuya cara no podía ver.
Al principio pensé que era mi hermana, pero era imposible.
La sombra estaba del lado fuera y nosotros vivíamos en el piso quince de un edificio.