Antología Vincent Foster Parte I - La Siembra Oscura

Capítulo Siete

Capítulo Siete

 

Para el final del décimo día en la granja, las cosas se habían normalizado en el grupo. Me refiero por ejemplo, a que Dane había vuelto a ser el mismo que era antes del suceso con Peter. Ya no se le veía con una mirada sombría y desconfiada. Casi se podía percibir al chico engreído de antes.

Lenny, a pesar de que aún se la pasaba leyendo, había retomado posesión del rifle, y de vez en cuando montaba guardia, (según él) lo cual yo apreciaba ya que me permitía distraerme haciendo manualidades, o cumpliendo con las labores de mantenimiento del rancho.

Louis, aunque poco, ya empezaba a afincar el pie. Su herida había sanado bastante bien gracias a los cuidados que le suministrábamos. Era algo sorprendente considerando que había necesitado sutura, y que poco antes su pie parecía un pan de hotdog abierto, sin la salchicha pero con mucha cátsup.

Joder, hotdogs... Vaya que los extrañaba.

Jacob y yo nos habíamos vuelto “amigos”, e incluso Copper me buscaba fiesta muy a menudo para que retozase con ella en el patio frontal del rancho Foreman.

Las gallinas daban huevos con frecuencia; eran de esas gallinas ponedoras que parecen no necesitar de un gallo a diario para poner por semanas. Era genial. Y, en relación a esas cosas, no habíamos visto a ninguno en esos días. Era como si nuevamente se hubiesen esfumado de la faz de la Tierra.

A pesar de que no había pasado demasiado tiempo, se sentía como una eternidad.

 

Esa décima noche, sentados en la mesa como una familia dispuesta a cenar, recordé todas las dudas que había estado guardándome hasta ese instante, y supe que era el momento perfecto para descargarlas de una buena vez. Realmente me sentía como si estuviese conteniendo mi aliento a cada instante. Puede que todo haya estado relativamente tranquilo, pero mi mente no dejaba de hacerse bolas, creando nudo tras nudo, diseñando una pregunta tras otra.

Antes de empezar a hablar, tuve claro que no tocaría el tema de Peter, era algo que probablemente lograría comprender si Dane, Lenny y Louis, respondían a mis otras dudas.

Lancé la primera piedra, la cual pareció darle justo en la cara a Dane:

 

―Quiero saber más sobre- Clifford River ―así, sin más.

Se hizo un silencio fatal. Jacob viraba su cabeza entre Dane y yo, un poco desconcertado. Su sombra bailaba a la luz de las velas.

Esperaba que Dane dijese algo. Podía ver un ligero temblor en sus labios, como tratando de expulsar una palabra que se rehusaba a salir.

―Ya es suficiente, Dane. ¿Cuánto más crees que puedes fingir que nada pasó? ―dijo Louis, para mi sorpresa.

―No pretendo que “nada paso”. Solo trato de olvidar lo que pasó. ―explicó Dane, con un tono desgastado.

―Pues, yo no. Y si tú no quieres decirlo, lo haré yo. —Louis estaba determinado a romper con el secretismo, y eso me gustaba.

―Haz lo que quieras. ―soltó Dane como pasando el mando. Luego se levantó de la mesa, y se fue a la habitación donde dormía. Era otro de sus berrinches.

A pesar de eso, ¡estaba sucediendo! Al fin pude sentir que tendría respuestas.

Que, de alguna extraña forma, todo se justificaría.

Louis y Lenny compartieron una mirada sesgada que se prolongó por un par de segundos. Parecían estar de acuerdo en lo que estaban a punto de hacer.

―Enséñale, Lenny. ―sugirió Louis.

Enseguida el largo muchacho se levantó de su asiento, y nos dio la espalda. Luego, se subió la camisa mostrándonos el reverso de su amplio y blanco torso.

Eran apenas visibles, pero ahí estaban; pequeños hoyos a lo largo de su columna, que se expandían hacia afuera, creando una especie de forma geométrica similar a un hexágono, o una flor. Era difícil determinar la forma real.

Los agujeros estaban distanciados unos de otros, por lo que de la base de su columna hasta la nuca, habría unos seis pares de perforaciones. Sin embargo, parecían extenderse hasta la zona del cabello, donde sin duda había crecido un mechón disparejo.

Sentí hielo en la sangre.

Lenny se volvió a cubrir, y retomó su asiento. Mostraba consternación en su rostro.

―Clifford River, es solo un nombre inventado. Uno que tomamos de un viejo rumor que circulaba en nuestro instituto. ―dijo Louis con un tono de misterio. ―Clifford River era supuestamente el nombre de una antigua base militar que estaba donde ahora queda nuestra escuela. En esa base, dicen que hacían experimentos con animales y humanos. Que por eso había fantasmas en los pasillos del instituto. Todo era mentira, claro, tal base nunca existió, pero era divertido creerlo, y asustar a los de primer año con esas historias.



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En el texto hay: apocalipsis zombie, lgbt, multiverso

Editado: 02.09.2019

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