Antonia Me Llevó A La Locura

Capítulo 7

Le mostré lo que estaba escribiendo y llegamos al acuerdo que su cuadro sería la portada de mi libro, obviamente dándole sus respectivos créditos, le permití leerlo y me dijo que era algo realmente bueno, que estaba segura que sería un éxito, que me apresurara a terminarlo y ella me contactaría con una amiga de una editorial. Vaya, ese gesto me hizo ver que de verdad le interesaba lo que sucediera conmigo y mi carrera.

Aproveché cada uno de mis recesos para continuar, estaba muy entusiasmado con la idea de poder publicar, me tomó un poco mas de dos semanas terminar la historia, y otra más corregir algunos detalles, finalmente se lo mostré a Antonia, lo terminó de leer y me dio un número de contacto de una amiga suya, nada más y nada menos que la cabeza de la editorial mas importante de la región, me dijo: “dile que vas de mi parte, no se negará, ella me debe un favor muy grande”. No sé que clase de favor, pero debía ser algo muy importante para que accediera siquiera a leer el manuscrito de un desconocido. 
Inmediatamente contacté a la editorial y después de decir de parte de quién iba me pusieron una cita para el día siguiente a la 8:00 am con una mujer llamada Alina, ¡no podía estar más emocionado!

Esa noche la pasé de largo, me levanté muy temprano y me alisté para ir a la editorial, llegué 15 minutos antes y me anuncié en recepción, no pasaron ni 5 minutos cuando me llamaron, me atendió una mujer muy hermosa, alta, rubia de ojos oscuros y mucho porte, me invitó a sentarme y me pidió mi manuscrito; eligió algunas páginas al azar y las leyó… 
“Has de saber, que tu libro debe pasar por varias manos, revisiones, correcciones y opiniones antes de ser publicado, es un proceso que puede llevar varios meses, hay muchos en espera, sin embargo, traes muy buenas recomendaciones y eso te ayuda, pasarás de primero en la lista”. Vaya, definitivamente algo muy grande le debía esta mujer a Antonia… y averiguaría que era.

Pude ver en su escritorio una foto de ellas, con una leyenda que decía “Recuérdame siempre… SM”. Tal parece que eran muy amigas, o al menos eso pensé en ese instante. 
“Dime algo, ¿Qué tipo de relación tienes con Sophia?” me preguntó, no sabía qué responder, así que me limité a decir que yo era estudiante de literatura en la universidad en la que daba clases, que habíamos charlado un par de veces y que después de enseñarle parte de mi libro me había dado el contacto de la editorial.

“Alguna cosa debe estar buscando, la conozco muy bien y sé que algo trama, solo te diré que no te involucres con ella, todos quienes han pasado por su vida han sufrido y terminado muy mal, eres joven, talentoso y muy atractivo, sería un desperdicio que te perdieras ahí” me dijo con un tono bastante serio. 
Sus palabras me dieron varias vueltas en la cabeza, tal vez esta mujer sabía de su pasado, debía aprovechar su aparente interés en mí y sacarle información.

Le agradecí y me disponía a irme cuando me detuvo y me dijo: “Sé que esto no esta bien pero… ¿te gustaría que tomáramos algo fuera de esta oficina?” acepté de inmediato, me pidió que saliera y la esperara en el parqueadero, así lo hice y al poco tiempo me alcanzó, subimos a su auto y fuimos a su apartamento.

Entramos y vi un par de cuadros en su sala, era ella desnuda, estoy seguro que Antonia los pintó, ella se percató que los observaba y me dijo: “En verdad no luzco así, suelo verme mucho mejor” rozando mi entrepierna con sus manos, me puse algo nervioso pero intenté controlarme, destapó una botella de licor y sirvió para ambos, inició una especie de interrogatorio, del cual siento que salí bien librado, habíamos bebido bastante y entrados en copas me dijo que tenía derecho a hacerle una pregunta personal, solo una y me contestaría con honestidad.

No lo pensé y le dije: “Quiero que me cuentes sobre Sophia y cual es ese favor tan grande que le debes como para aceptar el manuscrito de un extraño”.

“Eso no es una pregunta” dijo, “pero si es lo que quieres saber, te contaré…

Conocí a Sophia en un bar hace casi 4 años, ella trabajaba allí y estudiaba en las noches, yo acababa de graduarme de la universidad y me pareció una luchadora incansable, moví algunos contactos y logré postularla para una beca, lo conseguí muy fácilmente, pues mi padre hacía parte de la junta directiva, nos hicimos muy amigas y con el pasar del tiempo empecé a sentirme muy atraída hacia ella, jamás había pasado por algo así, siempre estuve muy segura de mi sexualidad pero ella me confundía, en ocasiones me daba la impresión que yo le gustaba, pues era cariñosa conmigo y otras distante; yo estaba comprometida con un hombre al que no amaba y al cual desposaría solo por capricho de mi padre, ella me ayudó a confrontarlos, les dijimos que éramos pareja, me botaron de mi casa y ella me acogió en su apartamento, bueno, era una pieza muy pequeña y húmeda pero me brindó lo poco que tenía, a pesar de no tener el apoyo de mi padre, logré conseguir trabajo pronto, empecé a ganar buen dinero y pude rentar algo mucho mejor, la llevé a vivir conmigo, fue un tiempo muy agradable, pero las cosas empezaron a cambiar, me exigía cosas que yo no podía darle, empezó a alejarse, un día recogió sus pertenencias y se fue, al poco tiempo me enteré que se había comprometido con Gerard Stevens, profesor de la universidad, un hombre mayor y bastante acaudalado… ahí comprendí que era una mujer interesada”.

Quedé sin palabras… ¿utilizó a Alina para escalar y cuando no le pudo brindar nada mas la desechó? 
En ese orden de ideas, se había casado, la pregunta era… ¿Dónde estaba el esposo?



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En el texto hay: asesinato, ambicion, empoderada

Editado: 12.10.2020

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