Al abrir la puerta noté que estaba molesta, me hizo seguir, me ofreció vino, yo acepté y en un tono algo burlón me dijo: “¿y que tal las vacaciones?, supe que ibas en muy buena compañía, ¡qué bien! Al negarme a ir contigo te largas con la primera que se te cruza en el camino, ¡eres un idiota!”.
No sabía que decir, me quede en silencio y agaché la mirada… Antonia me seguía reprochando por haber ido con Alina y no con ella, la verdad no entendía su molestia si fue ella quien no me quiso acompañar, para mí su reclamo no tenia fundamento.
Tratando de evadir un poco el tema le dije: “Hablé con tus padres”. Creí que se calmarían un poco los ánimos pero me equivoqué, empezó a gritar como loca, se me lanzó encima y me golpeó, estaba totalmente fuera de control, entre tantas cosas que decía apenas pude entender un par de frases… “¿qué te han dicho de mí?”, “¿por qué tenias que ir a ese mugroso pueblo?”. Su actitud me dejó claro que todo lo que dijeron sus padres era real… sentí un profundo escalofrío recorrer cada fibra de mi piel…
Me puse de pie y me fui, no quería escucharla más, le dije que cuando se calmara hablaríamos, iba saliendo yo del edificio, Antonia se asomó por la ventana y gritó: “Tú y tu maldita golfa me la van a pagar”. No le presté atención y seguí mi camino.
Llegué a casa de Alina y le conté lo sucedido, no teníamos claro como se había enterado que fuimos juntos al pueblo, pasé la noche con ella, la verdad me estaba enamorando, pero no sabía si era un sentimiento correspondido, así que no diría nada por el momento hasta estar seguro. Nos levantamos muy temprano, ella salió para su trabajo y yo para mi apartamento a bañarme y organizarme para ir a la universidad.
Cuando llegué, Antonia estaba allí, “¿vienes de su casa verdad?” “¿Dónde quedó todo el amor que decías tenerme?” me dijo con voz entrecortada; “No empieces por favor, tu no quieres tomar lo nuestro en serio, ¿qué quieres que haga? No te voy a esperar toda la vida, necesito a mi lado alguien que no tenga secretos, que sea la misma persona al levantarse y al acostarse y tú estas muy lejos de ser eso” le dije mientras me acercaba a abrir la puerta.
Me tomó fuertemente el brazo y me dijo: “no voy a sacrificar todo lo que he conseguido por tus berrinches”. ”perfecto, no lo hagas, adiós” dije mientras entraba, quiso ir tras de mí pero le cerré la puerta en la cara.
Definitivamente algo malo tenía ella, no quería hacer nuestra relación pública pero tampoco me permitía estar con otra persona, me trataba como si fuera su juguete y ya no estaba dispuesto a permitírselo más.
Salí hacia la universidad y recibí una llamada de Alina, me dijo que me esperaba en la tarde en su oficina que debía decirme algo importante. Supuse que tendría que ver con nuestra investigación sobre Antonia.
Cuando llegué, había un gran alboroto, pasé por un lado pues no era de esos “curiosos” que se quedaban a ver cuanta cosa acontecía, pero mi percepción cambió al ver el auto de Antonia volcado en medio del campus, me invadió la deseperación y corrí a buscarla, estaba en el suelo inconsciente, los paramédicos la habían inmovilizado, se escuchaba la sirena de la ambulancia que se aproximaba, la subieron y se la llevaron para el hospital; se suspendieron las clases pues debía llevarse a cabo una investigación por temas de seguros y otras cosas.
No lo pensé dos veces y me dirigí a buscarla, no me importaba nada más en ese momento, cuando llegué, el decano se encontraba allí y le pregunté como seguía la maestra Sophia, me dijo que aún la estaban examinando pero que aparentemente no era nada grave.
Salió una enfermera y preguntó: “¿alguno de ustedes es Ernesto?, la paciente lo llama”. El decano me miró y me dijo: “¿y por qué te busca a ti muchacho?” “pues quedamos de trabajar hoy en su taller en un proyecto que estamos desarrollando en conjunto, me dijo que tenía algo para enseñarme” le dije esperando que me creyera.
La enfermera me hizo seguir, estaba bastante golpeada y me dijo: “Alguien intentó matarme, el carro estaba sin frenos, temí por mi vida, te amo y te prometo que las cosas van a cambiar, pero por favor, no me dejes, no puedo vivir sin ti”.
La vi tan vulnerable, me dio mucha tristeza verla en ese estado y estaba dispuesto a darle la oportunidad de mejorar, total, aún sentía muchas cosas por ella, pensaba que si aclarábamos todo, dejábamos los secretos y las mentiras de lado seríamos muy felices.
Olvidé por completo que debía pasar a la editorial, no quería separarme de Antonia, pero aproveché que le harían otros estudios y fui a ver a Alina, pero no la encontré... Su secretaria me entregó una carta…
Ernesto:
Gracias por este tiempo, fueron muy importantes los momentos que pasamos juntos, pero la verdad es que no quiero hacerte daño, las diferencias entre nosotros son muy grandes y a largo plazo serán difíciles de sobrellevar. Llegué a tomarte mucho aprecio, pero no puedo permitir distraerme de mis objetivos por una aventura.
Esta es mi carta de despedida, te pido que no me busques, decidí aceptar un empleo fuera del país que ni un tonto rechazaría.
Por último, te cuento que tu libro fue aceptado y dentro de poco te contactaran para organizar algunos detalles importantes para su publicación; eres un hombre muy talentoso, por favor, no pierdas tu norte por quien no lo vale.
Te quiero y siempre te recordaré…
Alina
Me quedé de una sola pieza, me dio mucha tristeza su partida, pero debía seguir adelante, me enfocaría en reparar mi relación con Antonia.
Editado: 12.10.2020