Antonia Me Llevó A La Locura

Capítulo 13

Me concentré en la promoción, aunque Antonia siempre se encontraba a mi lado definitivamente algo se había roto entre nosotros, ahora no tenia dudas, todo lo que se decía de ella era verdad, lo de sus padres, lo que supe por boca de Alina, estaba seguro que había matado también a su primer esposo para heredar sus millones.
A pesar de todo, la amaba, quería seguir a su lado, sentía que sin ella no era nada, la necesitaba y ella lo sabía y se aprovechaba de ello.

El libro fue un rotundo éxito, mas que el primero, el dinero llegaba a montones, pero así mismo Antonia gastaba, compraba todos los días, joyas, ropa, zapatos, de todo lo que veía, eso me preocupaba, yo quería ahorrar algo de dinero, pues en este oficio no pegas éxitos todos los días, pero ella parecía no entenderme, o sencillamente no le importaba.

Luego de España, pasamos por Francia y Portugal, dos meses en cada lugar, de allí a Alemania e Italia, 3 meses en cada país y por ultimo al Reino Unido donde estuvimos por casi 5 meses.

La vida me sonreía, pero ya no me sentía feliz, no sé por qué, empecé a desconfiar de ella, cada vez mas a menudo pensaba que en cualquier momento podría matarme.

Regresamos a casa, haríamos una pequeña gira local, en la cual visitaríamos varias ciudades, me sentía aliviado de por fin volver, me tomé dos semanas de descanso mientras iniciábamos la promoción nacional, Antonia estaba un poco distante, casi no hablábamos, pero en cuestiones sexuales la situación funcionaba muy bien, era una mujer muy seductora y yo, muy débil y fácil de convencer, no me resistía a ella, a sus encantos, su aroma y su cuerpo me tenían hipnotizado; en ocasiones se me olvidaba lo que había hecho y me dejaba llevar por el deseo de hacerla mía, me encantaba cuando se quedaba dormida entre mis brazos completamente desnuda, la veía como la primera vez que hicimos el amor, tan inocente y vulnerable, hasta llegaba a dudar de su culpabilidad.

Lastimosamente no podíamos hablar de ningún tema porque todo terminaba en discusión, me llevaba la contraria en todo, quería seguir gastando dinero a manos llenas y yo no estaba de acuerdo en ello, así que le bloqueé las tarjetas, eso la enfureció y amenazó con dejarme varias veces, pero nunca lo hizo.

Esas dos semanas en casa fueron un infierno para mí, era pelea tras pelea, empecé a tener problemas de sueño, no sabía como manejar la situación y esto me estaba desesperando. 
Inició la promoción local en la universidad, fue grato regresar allí, mis compañeros y maestros estaban orgullosos de mí, yo era el ejemplo para muchos, eso generaba mas responsabilidad para mí, me obligaba a ser mejor y a no fallar.

Mis maestros eran muy amables conmigo al permitirme flexibilizar mis clases para poder cumplir mis compromisos con la editorial, en todo caso, la universidad también se estaba beneficiando con mi éxito.

La gira nacional fue bastante extensa, tenía muchos seguidores, era una locura total, pero me encantaba sentirme reconocido, las mujeres empezaban a asediarme y eso a Antonia no le gustaba ni un poco, no se separaba de mi ni un instante.

Empecé a notar la presencia de una mujer en todos los lugares donde me presentaba, nunca se acercaba a mi mesa, me miraba con timidez desde una esquina, sentí que me perseguía, pensé en  comentarle a Antonia pero me daba miedo su reacción. 
“¡Un rotundo éxito muchacho!” me dijo el presidente de la editorial al terminar la gira, “no puedo esperar a ver tu próximo libro, sé que superará mis expectativas” añadió. Sentí que me presionaba, pero no le presté  atención.

Con el pasar de los días mi vida fue regresando a la normalidad, bueno, dentro de lo posible. Regresé a clases a la universidad, Antonia dictaba talleres de vez en cuando pero permanecía en casa la mayoría del tiempo.

Pasaron meses y empezaron a sugerirme que era hora de sacar otro libro. Yo no quería, deseaba primero terminar mi carrera, además estaba pasando por un fuerte bloqueo de escritor, no se me ocurría nada, Antonia era quien más insistía en el tema, ella quería seguir dándose lujos innecesarios, a mi no me preocupaba eso, con el dinero que tenía podría vivir de manera modesta por varios años, desafortunadamente ella quería seguir aparentando ser una elegante dama de sociedad frente a una cantidad de gente vacía e hipócrita.

Me hacia ir a reuniones con esa gente,  para hacer según ella “amistades convenientes”, odiaba eso, se lo hice saber un par de veces pero no me prestaba atención, “las conexiones siempre son importantes” me decía cada vez que me negaba a asistir a esos lugares.

Un día me cansé y tuvimos una fuerte discusión, me negué a ir a lo que ella me dijo: “Esta bien, púdrete en una vida miserable y pobre, veo que no quieres ser nadie importante, no te voy a rogar, me iré sola, porque a pesar de todo yo si pienso en nuestro futuro y bienestar”. Salió y azotó fuertemente la puerta.

Casi todos los días salía y regresaba a la madrugada, siempre con olor a alcohol, ya no le prestaba mucha atención a sus actos ni a sus reproches, no quería mas discusiones, pero ella siempre buscaba la forma de sacarme de casillas, seguía insistiendo que debía escribir, que el dinero se acabaría pronto y no volvería a su vida miserable.

La situación era peor cada día, las peleas eran por cualquier cosa, era evidente que se estaba cansando de mi, me exigía que le comprara cosas y yo me negaba, varias veces no llegó a dormir a casa, regresaba al otro día en la tarde, le reclamaba pero no me daba razones. Estaba seguro que tenia un amorío con alguno de esos hombres que frecuentaba, le vi un collar muy lujoso y sabia que no lo había comprado, le pregunté y contestó: “Lo que tu no me quieres dar lo puedo conseguir por mis propios medios”.

Le di una bofetada y le grité que era una cualquiera, salió muy molesta, quise seguirla pero me contuve, me encerré en mi villa, quería escribir pero nada salía, estaba muy frustrado y lo sigo estando, distraía mi mente de mi realidad pasando canales en el televisor, un día buscando alguna película vi que Antonia estaba en televisión dando una entrevista donde decía que nos habíamos divorciado y que ella regresaría a Europa, habló una cantidad de sandeces sobre mí, dejó mi reputación por el piso, me acusó de ser un hombre maltratador y de haber seducido a Alina para que aceptara mi primer manuscrito y lo peor del caso, insinuó que se había quitado la vida porque yo la abandoné.



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En el texto hay: asesinato, ambicion, empoderada

Editado: 12.10.2020

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