Unas pisadas rápidas vibraban el pasadillo del sector izquierdo, su inquietante sonido era el único tañido que reprimia el ambiente.
Narra Cassiel
El segundo piso no hacia ninguna queja de alguna rara manera todo era muy silencioso y eso es preocupante.
Aún mi mente no podía comprender lo que sucedía sentía mucho dolor en mi pierna izquierda pero ahora era lo de menos; un eco se pronunciaba desde el final del pasadillo apreté fuertemente mis puños, mi cuerpo sudaba y temblaba. Eran unas pisadas rápidas y desesperantes, el sonido era cada vez mas cercano.
Una silueta apareció en el pasadillo se acercó rapidamente, sus mangas estaban rotas, su pecho estaba teñido con sangre, su cabello rubio estaba alborotado, era todo un desastre; jamás me senti tan alegre al ver a alguien, tal vez sonreí sin querer no lo sé.
Caminó fijamente hacia mi, pero tal vez...
Sus ojos estaban alterados; podría ser uno de ellos, cada vez se acercaba más con pasos un poco acelerados; estaba apoyada de la pared sabía que no tenia escapatoria, se acercó a mi solo nos separaba un metro, un ligero metro.
Entonces ocurrio miré sus ojos y de alguna manera sabía que era como yo; mi cuerpo se relajo sentí como mis músculos, mi respiración se tranquilizaba.
-¿Estás bien?- preguntó con una voz muy ligera mientras miraba mi pierna izquierda.
Asentí con la cabeza, es la primera persona normal que he visto desde el fragor.
Unos turbulentos sonidos desde lejos interrumpieron mis pensamientos.
Ambos miramos el final del pasillo, mis puños oprimian mi uniforme sentía la humedad en mis manos.
Aparecieron dos monstruos eran como Tilsa...tenian su misma piel, uno de ellos tenía la mandívula salida podía ver sus dientes; el otro tenia todo su pecho destrozado. Comenzaron a caminar, detrás de ellos aparecieron más...muchos más.
Mire al chico rubio por un instante y comenzamos a correr. En el momento que intentamos escapar; ellos, comenzaron a perseguirnos sentía toda su fuerza detrás de nosotros; el suelo vibraba, tenía miedo de voltear y tener que ver sus fríos rostros.
Traté de sacar toda mi fuerza para correr lo mas rápido posible.
Escuché un pequeño crujido perdí el equilibrio y caí al suelo, el rubio volteó y trató de levantarme, era difícil caminar.
No me importaba y ignoré lo que sucedía solo lo único que mi mente podía compreder era que tenía que escapar.
"Ellos" corrían muy rápido eran veloces, sin control, sin vida. Pasamos por varios pasadillos que cientos de veces lo había trascurrido pero no sabía donde estaba corría sin visualizar mi espacio.
-Aqui!!!
-venid aqui!!!
Escuché una voz conocida, volteamos, en seguida vi a una chica estaba detrás de una pared, hizo señas que debíamos de ser más rápidos.
Corrí lo más veloz , llegué donde estaba la chica de mechones rosas al instante que entramos a un cuarto, cerró la puerta y puso un pequeño carro de instrumentos médicos trancando la puerta.
Respiré profundo, la reconocí rapidamente era Catalina Skolky
del doudécimo grado, es la capitana del equipo de porristas. Llevaba un martillo de emergencia en su mano derecha toda su mano estaba teñida con sangre.
Un golpe interrumpió todo el turbio ambiente, la puerta vibró fuertemente; estaba en la sala médica había una camilla, el estante de medicina estaba en el suelo y tambien muchos medicamentos.
-tenemos que salir.- Escuché a Catalina su voz trepidaba. La delgada puerta se desestabilizaba. Estamos atrapados.
-Tenemos que romper esa ventana- dijo el rubio muy asustado. Catalina le dió el martillo, la ventana era como un rectángulo muy delgado felizmente lo suficiente pero estaba arriba, pusimos una camilla para que pueda alcanzar la altura de la ventana, se preparó para dar un golpe con el martillo giré mi cabeza por seguridad esas cosas estaban apunto de romper la puerta eran demasiados. Escuché el crujido del cristal y cientos de pedazos volaban en el aire.
- Vamos pasa rápido- La voz de Catalina se escucho casi como un grito, la puerta estaba rota lo único que impedia que pasen era el carro de instrumentos médicos, sus manos carcomidas atravesaban moviendolas con deseperación.
Subí a la camilla y puse mis manos en la pared aunque senti como algunos pedazos de vidrios se incrustaban en la palma de mi mano continué, atravesé la pared y caí al suelo mi cuerpo estaba adolorido me paré rapidamente estaba en una aula.
Sentí como aquellas cosas entraron en el mismo momento que Catalina atravesó, ayude a levantarla.
-vamos, el pasadillo esta desocupado- dijo el rubio mirando el pasadillo; seguro todos aquellos se habían entrado a la enfermería por lo que el pasadillo estaba desolado.
Salimos rápidamente, mi pierna estaba muy herida lo cual mis pasos era lentos y era la última, escuhé unas fuertes pisadas.
-ya vienen!!!- dijo Catalina con un desgarro mientras giraba la cabeza.
Giré mi cabeza y vi muchos de ellos que se acercaban, volví a girar Catalina giró por una esquina llegando al pasadillo central del segundo piso, entonces una puerta se abrio rapidamente Catalina y el rubio entraron, traté de apurarme pero mi pierna me lo impedia en eso apareció un chico era ¿Stanly ? su corbata estaba desajustada, sus primeros botones de su camisa estaban desabrochados y tenía la misma expresión que todos, se acercó y extendió su mano seguramente en otra oportunidad hubiera sido distinto, tambien salió un chico pelirrojo con un trozo de fierro y nos Miró
Logré entrar al aula en el mismo instante, Stanly y el pelirrojo cerraron la puerta de modelo francés y pusieron un pupitre muy grueso algunas carpetas y unas cuantas sillas.
Mire el alrededor era una aula espaciosa con algunos estudiantes con el mismo rostro de que tal vez seria el fín.
El lugar estaba en completo silencio, cada uno en su propio mundo con la mirada baja talvez deseando la muerte o deseando que sea una pesadilla.