Acto IX: Desesperación

—¿Qué? —fué mi inmediata reacción.

Mi padre seguía conduciendo el Jeep entre las solitarias calles de la ciudad.

—¡Escuche algo similar! —exclamó Sara, mirando a mi padre.

Me llenaba de curiosidad. Mientras que mi padre, le fijó por un instante la vista.

—Antes, visitaba muy a menudo el mercado de mi ciudad, comprando alimentos, y utensilios de necesidad. Siempre visitaba a un señor, que vendía hortalizas y frutas. El señor era muy humilde, su cara estaba muy arrugada y en su cabeza no había un solo pelo. Una vez me dijo algo muy extraño. Me contó que una madrugada salió temprano hacia una zona rural junto a dos amigos en una camioneta, a comprar productos a campesinos como de costumbre. Pero cuando iban por la carretera todo oscuro se percató de que más adelante había un camión del gobierno. Era sumamente extraña la apariencia de ese camión. Tenía muchos tubos que se introducían hacia el camión, y salían de este. Los tubos eran transparentes, se podía ver que por ellos viajaba alguna especie de gas que hacía un extraño sonido, unos zumbidos como alguna especie de ruido blanco. El no le dió mucha importancia, hasta el momento en que intentaron rebasar el camión.

»Cuando pretendían rebasar el camión, el auto sin mas, se apagó. De inmediato, por todo su cuerpo sintió una extraña sensación de escalofríos, que le subían a la cabeza y le bajaban hasta la planta de los pies. Me contó, que luego de que el camión avanzó un poco más adelante la camioneta como si nada, volvió a encender. Entre ellos se comentaban eso. Al final, le restaron importancia y siguieron su camino.  —Dijo Sara, mientras observaba el camino que recorríamos.

Mi padre se limitó a decir suavemente.

— Hay algo extraño... dudaba sobre ese suceso que me había ocurrido. Dudaba en contarle a alguien sobre eso. Pero ahora creo que en realidad hay un gran entramado y el gobierno tendría algo que ver... no, todos los gobiernos deben de ser cómplices... pero ¿cuál sería la razón? Pero entonces... ¿Todo fue tramado por Corea del Norte como sabemos actualmente? O ¿En realidad, todo estaba entramado entre las naciones? Aún así, si los infectados son resultado de corea del norte, y por lo tanto todo fue planeado en conjunto todos los gobiernos, el ejercicio mata a los "Infectados", pero el ejército trabaja para el gobierno... ¡No tiene sentido!

La brisa suave me pegaba en el rostro mientras, más confundido no podría estar. Me encontraba tratando de encontrar una explicación para todo lo que decían.

—Qué tal si en realidad todo esto tiene que ver con los infectados. Porque a ver, los sucesos que relatan sucedieron en el comienzo de este apocalipsis o antes. Pero, ¿Corea del norte no tendría nada que ver con todo? Tal vez, los gobiernos del mundo trabajaban en conjunto a corea del norte, desarrollando el virus. Lo que no sabemos entonces es la razón. Pero a decir verdad, es muy dificil de creer.

Dije, mientras me los miraba, tratado de extraer de ellos, una respuesta. Aún con mi rostro algo frustrado.

— En realidad, no siento como si ambas cosas se relacionaran mucho. Los infectados fácilmente podríamos decir que son resultado de aquel misil balístico. Pero los sucesos que aquel señor y usted señor Esteban sufrieron, no sé qué decir. La tarjeta... escalofríos. Ha .. ─Sara Suspira─ a decir verdad, pensar sobre todo esto, frustra demasiado.  —Dijo Sara, mientras se mostraba algo confundida, mirando hacia diferentes lugares.

—No, espera Sara. Cuando estábamos hablando con la infectada, sentí por mi cuerpo escalofríos que recorrieron mi piel. En aquel entonces no presté mucha atención a eso, aunque me llegó a molestar bastante. —Mis dos manos tapaban mi rostro lleno de confusión. Estaba frustrado pensando en todo. Las cosas no encajaban, aunque muchas de las pruebas en sí, lo hacían.

A mi padre le cambió el rostro. Y de repente, sin previo aviso, detuvo el Jeep y dirigió su mirada abruptamente hacia Sara

— ¡Sara! ¡¿Cuando el señor te dijo todo eso?!

Sara se puso nerviosa

— Señor.. Esteban..? ¿Qué le pasa?

— ¿Cuando el señor te contó eso?¿Qué año fué?

—2030, fue en ese año. Un año antes del... ataque de Corea del norte. Pero, ¡Esto no explica nada! ¿o si?

—El suceso que me ocurrió fue en 2029... dos años antes del ataque

—Entonces, eso quiere decir que, ¿El tema de los infectados y esos sucesos no están relacionados?

— Aún así, los sucesos son extraños. Como dijo Sebas, cuando estábamos junto a la infectada, también sentí un escalofrío, como en aquella vez. Fue muy similar a lo que me ocurrió en la capital. Pero todo ocurrió antes del ataque. Todo se vuelve aún más confuso. Es un hecho que no debemos de tapar con un dedo, muchas cosas señalan que todos los gobiernos estaban planeando esto, pero a la vez el suceso de Corea del Norte nos explica lo de los infectados.Pero, no me sorprendería que lo del misil, estuvieran todos aliados para ello. Pero, ¿Para qué?

—Ahhh Vaya, ahora no sé qué pensar. Todo se pone más y más confuso, cuanto más lo pienso. —dije haciendo un profundo suspiro sintiendo desesperación por no comprender del todo lo planteado.

El cielo empezaba a oscurecerse, las nubes se reunían y se hacían aún más grande. El viento me daba un beso frío en la mejilla, mientras aumentaba la velocidad del mismo. El sonido de las gotas caer sobre el techo del Jeep sonaban metálico pero se escuchaban muy acogedor. El viento lanzaba hacia nosotros miles de gotas de agua, que mojaban nuestra ropa y rostro.

—Oh vaya, va a llover. Parece que se acerca una tormenta.  —dijo Sara, sacando la mitad de su cuerpo Por la ventana, y observando el cielo, qué se hacía oscuro.

— Debemos de seguir. Ya deben de estar muy preocupados en casa.
—Dijo mi padre, con la cara mojada.

Toda la conversación declinó al puro silencio. Solo el sonido de las gotas caer sobre el techo del Jeep, se escuchaban hablar. La lluvia fría me tocaba la piel, y me causaba un estado de relajamiento total, luego de haber experimentado la sensación de terror puro, era lo mínimo que podía disfrutar.