Apocalipsis: Misión Herencia

Versículo 1.- Un día como cualquier otro… Casi

Bajo cielo estrellado y nombres olvidados, resuena entre poco tu renombre. Bajo la vigilancia pálida, con respecto y tristeza, con dolor y perdida, ahora eres tú quien se levanta. Un sol dorado y un sol oscuro y con las almas salvajes, eres tú quien nos enseña. Impredecible, entré bestias, impredecible entre dioses, a todo nos despertaste del mundo oprimido.

 

05/07/2017 06:04 am

Punto De Vista Dan Cross:

Repentinamente abrí los ojos, y lo primero que pude sentir fue el impacto de mi cara contra el suelo… definitivamente este iba ser un mal día. Vaya forma de despertar, rápidamente me levante y mire a mi alrededor mientras mi vista se adaptaba a la pequeña habitación de cuatro por cuatro con dos estanterías llenas de libros de historia, programación y otras cuestiones de poca importancia para otras personas.

La cama era de un soporte de madera con un colchón individual cubierto de una sábana simple de color blanco con rayas rojas. El suelo era un desastre de polvo y en una esquina estaba acumulada una montaña de ropa sucia. Por donde entraba la mañanera luz del sol estaba una ventana y frente a esta un escritorio que era ocupado por distinto cartuchos de videojuegos junto a una laptop, un mouse y un teclado. Algunos cajones llenos de cosa escolares como cuaderno y libros.

Bostece “otro día la misma mierda” dije en mi mente para mí mismo consciente de que en poco tiempo tendría que ir al colegio. Me levante mientras m estiraba, ya perdía la gracia de tener que levantarme cayéndome de la cama. Puse mi atención en el espejo que estaba colgado en la pared. Este me reflejaba, mostrando mi partícula cabello blanco completamente desordenado (Carajo… maldita rara condición) el cual de alguna u otra forma llamaba muchísimo la atención. Mi tez morena acompañado de leves músculos muy poco trabajados (normal cuando la mayor parte de mi tiempo lo único que hago es jugar videojuegos con mi mejor amigo.)  acompañado también de una horrible quemadura en mi mano derecha donde no soy capaz de sentir algo.

— ¡Hijo arriba, ya es hora de levantarse! — grito una voz femenina.

Mientras miraba a la nada recuperándome del trauma de haberme despertado reconocí la voz de mi madre, Mary, ella me había adoptado ya en algún momento que no logro recordar. Vestido con mi pijama de gatos fui directo a la puerta y a abrirla me encontré una sala decente, haciendo memoria recordé rápidamente que estaba en ciudad de México, en Roma Norte… más específicamente en un departamento de esto, aunque no era relativamente importante eso, solo seguía una ruta y luego volvía a este lugar (aunque siempre me encuentro por el camino muchos problemas...).

A mi derecha había una cocina decentemente equipada, con Horno y otras típicas de ello. Dicha cocina estaba siendo usada por mi madre, estaba vestida con elegancia, unos pantalones blancos y una blusa rosada oscura al igual que unas botas militares (ella dice que son muy cómodas… yo no entiendo saca esa idea) y finalmente un delantal negro manchado con harina de trigo. Su tez era clara levemente bronceada un cabello castaño corto hasta los hombro arreglado y acomodado. Una cicatriz en la comisura del lado derecho de los labios que de alguna forma la hacía lucir ruda, aunque ciertamente era muy cariñosa. Parecía una madre de lo más particularmente normal quitando claro sus ojos, ella tenía heterocromía. El derecho era azul claro y el izquierdo un verde normal que resaltaban bastante.

Ella me miro — Un milagro, hoy despertarte temprano — comento ella.

Me encogí de hombros ante aquel comentario y aun somnoliento me acerque a la puerta del baño listo para prepararme hasta que escuche golpes en la puerta un ritmo rápido de tres golpes y un ritmo lento de dos... supe de inmediato quien era. Cambie mi dirección a la puerta de salida, no tarde mucho tiempo para abrir la puerta y encontrarme con una chica de cabello negro rizado y ojos azules, una hermosa tez blanca que hacía juego con sus rosados labios seductores, su estatura era del 1,65, ella era mi mejor amiga, "Sky Caeruleum" curioso pero fascinante apellido.

Me miro con sorpresa — ¿Despertarte temprano? eso si es un milagro — comento ella con una sonrisa coqueta.

La miré con desdén por eso — Mamá dijo exactamente lo mismo — le comenté a ella.

Arqueo la cejas hacia arribas mientras se encogía de hombros, me aparte de la puerta para que ella pudiera pasar, mientras yo cerraba la puerta y colocaba las cerraduras y demás escuche atento a su conversación.

— ¡Sky! temprano como siempre, llegas a tiempo para probar mis famosos panqueques — hablo mi madre alegremente.

Ella celebro — Por algo amo los lunes — gruñí por ello (yo odiaba los lunes) — Sírvame una ronda por fa gran chef — bromeo ella.

Suspiré porque conociendo muy a aquel par de damas se sumergiera en una larga charla, aprovechando que las dos mujeres más importantes de mi vida decidí ir directo al baño junto a mi uniforme escolar, una toalla y lo necesario para mi higiene personal.

***

Finalmente, preparado y ya con un desayuno en mi estomago me encontraba con mi mejor amiga listo para irme nos encontrábamos en la puerta mientras mi madre nos esperaba en la puerta lista para despedirnos.

Sky y mi madre Mary asintieron como si hablaran sin palabra, Sky salió del departamento con algo de prisa no sin ante mirarme y señalar al suelo indicándome que me esperaba en la entrada... en ese momento supe que me estaban por regañar. En el momento que escuche sus pasos alejarse por las escaleras.



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En el texto hay: misterio, mitologia, accion

Editado: 30.09.2023

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