Después de lo ocurrido en la biblioteca, Connor se dirigió a la cafetería cerca de la secundaria Hilton con sus amigos. Estaba claro que su intento de defender a Aurora no había pasado desapercibido, pero las risas y burlas de sus amigos seguían resonando en un alboroto interminable.
—¿En serio, Connor? ¿De verdad perdiste tu tiempo con la Reina del Hielo? —Bromeó Liam, dándole un codazo en las costillas. —No puedo creer que estés tomando en serio esa apuesta.
Connor frunció el ceño, haciendo un esfuerzo por no enfadarse. —Paren ya, chicos. Aurora es solo una apuesta para mí.
—¡Eso Connor! Debes mantener tu figura del más popular del instituto, porque…—de pronto Marcos guardó silencio luego de que Liam le codeara.
—¿Qué quieres decir? —reclamó Connor mirándolos.
—Nada —dijo Liam manteniendo una sonrisa burlona en su rostro. Estaba claro que a ellos le gustaba sembrar esa pequeña espina en Connor.
—Nada, simplemente están diciendo que… —¿Qué, que es lo que dicen de mí? —reclamó molesto.
—Que ya no eres el que encabeza la lista —dijo Liam y Connor sabía que se refería al hecho de que él era el que traía loca a todas las chicas de la secundaria Hilton.
—Que estas enamorado de la nerd —agregó Ryam acercándose a ellos.
—Ustedes saben que es solo por la apuesta —dijo con enojo.
—Nosotros sí, pero nadie en la secundaria lo sabe. ¿Y qué hay de Emma? Ella es la que te da la fama y el prestigio. No la puedes despreciar. —Connor agitó su cabeza de un lado a otro. Sabía que eso traería sus consecuencias.
—Te guste o no, Emma te ayuda a mantener ese prestigio, además, ¿Cómo se te ocurre rechazar a la chica mas hermosa, sensual, sexy de la escuela? Estas demente Connor —dijo Liam.
La presión de sus amigos empezaba a agobiar a Connor. Sabía que su relación con Emma le proporcionaba un estatus que no quería perder, pero también estaba comenzando a valorar a Aurora por quien era, más allá de cualquier apuesta estúpida.
Al día siguiente, Connor tomó una decisión que sabía que podría alterar significativamente la situación. Decidió llegar a la escuela con Emma en su auto, esperando calmar a sus amigos y mantener el equilibrio precario que sostenía su popularidad.
Aurora, por supuesto, fue testigo de todo. Desde la entrada del instituto, observó cómo Connor y Emma se bajaban del coche juntos. Su corazón se encogió, llenándose de celos y confusión. Las dudas que habían comenzado a germinar en su mente el día anterior florecieron, haciéndola cuestionar las intenciones de Connor una vez más.
Aurora hizo contacto visual con Connor y de pronto sintió que algo se instalaba en su pecho cuando él desvió la mirada y continuó su caminata junto a la chica más popular de la secundaria Hilton, como si su presencia allí no importaba en absoluto.
Durante las clases, Aurora trató de concentrarse, aunque su atención se desviaban constantemente hacia Connor y Emma, quienes ingresaron juntos al salón de clases. Cada risa que venía de su dirección era como una daga en su corazón, recordándole su condición en el mundo de los populares. Aun así, decidió mantener la cabeza en alto y no mostrar que la situación la afectaba.
En el almuerzo, Aurora se alejó del bullicio del comedor, prefiriendo un lugar más tranquilo para comer. Se refugió en el jardín trasero de la escuela, donde podía disfrutar de un poco de paz. Se sentó en un banco viejo y abrió su libro, intentando encontrar consuelo en las palabras impresas.
Poco después, Connor, habiendo notado su ausencia, salió del comedor en su búsqueda. La encontró en el jardín, sumida en su libro y claramente afectada por la escena de esa mañana.
—Aurora — llamó suavemente, acercándose. —¿Podemos hablar?
Ella levantó la vista, su expresión revelando una mezcla de tristeza y determinación. —¿Sobre qué, Connor? ¿Sobre cómo llegaste con Emma esta mañana, sabiendo cómo me sentiría con eso?
Connor suspiró, sentándose en el banco junto a ella. —No es lo que piensas. Intentaba mantener a raya a mis amigos y mantener a Emma alejada de ti.
Connor en partes había dicho la verdad. Aurora solo siguió enfocada en su libro.
—Es difícil confiar en ti cuando constantemente recibo mensajes contradictorios. Un día me proteges y al siguiente apareces con Emma como si nada.
Connor suspiró. —Contéstame algo —dijo Aurora de pronto.
—¿Por qué empezaste a hablar conmigo? ¿Reamente es solo por el proyecto de literatura? —La pregunta lo tomó por sorpresa
—¿Qué tiene de malo que quiera hablar contigo Aurora?
Ella se encogió de hombros. —Somos de mundos diferentes —dijo ella levantando la mirada. Connor se había perdido en el color aguamarina de sus ojos por un instante.
—Quería conocer a la verdadera Aurora, detrás de los rumores y prejuicios, quería saber si realmente eres la reina de hielo —respondió, encontrando en sus propias palabras un deseo sincero, porque a pesar de la apuesta que había de por medio, Connor realmente quería conocer mas de ella, sin saber exactamente por qué.
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Editado: 18.07.2024