Sophia
En la mañana habíamos estado en el lago, nadando. No habíamos hablado mucho de lo sucedido en estos años, preferimos dejarlo para otro día, con un café o con varios para ser sinceros.
Estaba en la habitación de Dahiana, pero estaba sola, había estado hablando con Nicholas sobre autos antes de entrar y las chicas ya estaban listas, planeabamos ir a cabalgar, yo me estaba terminando de vestir cuando alguien tocó la puerta, solo me faltaban los zapatos así que fui a abrir y me lleve una sorpresa.
— Marco…
— Podemos hablar un momento no te quitare mucho tiempo
— Ok, pasa.
En cuanto cerró la puerta se acercó a mí.
— ¿Qué haces?
— Sigo enamorado de ti, muy enamorado, todo este tiempo intenté sacarte de mi cabeza o en vez de sentir amor sentir odio, pero no pude, no podía odiarte, solo podía amarte, preguntarme cómo estabas, qué hacías, si pensabas en mí, pero ya no puedo contenerme. Te necesito Sophia, te necesito cerca de mi, necesito tus caricias, tus besos, tu amor.
— Cuando te conté todo no lo hice para volver contigo.
— Lo sé, y fue lo que más me dolió. Pero, en su momento no tuvimos la despedida, el final de la historia correcta, y está es la oportunidad de tenerla- Marco empezó a besarme y yo le correspondí, no sé si lo hice porque él tenía razón en algo y es que nos merecemos un final bonito para nuestra historia, una historia tierna, la de dos adolescentes que se amaban y darían la vida el uno por el otro si fuera necesario. A pesar de que ya no sintamos ese amor que mataría por esa persona, nos queríamos, recordábamos cada momento que pasamos juntos, fuera triste o de mil risas o porque hace siete meses que no me acostaba con alguien y me sentía segura en brazos conocidos., Marco empezó a quitarme la ropa y a besarme el cuello, se alejó de mí, se quitó la ropa.
Y volvió a besarme apasionadamente, solo llevábamos la ropa interior puesta, llegué al borde de la cama y me senté en ella.
Marco llevó sus manos a mi cintura y me acarició con cariño, con dulzura pero eso no impidió que los recuerdos volvieran.
Me tomó de las caderas y empezó a embestirme mientras lloraba y ruego que me dejen en paz.
— Cuando terminemos lo haremos.- dice el hijo de puta que me está violando, mientras el otro mira con una sonrisa.
— ¡Para!- me voy a la otra esquina de la habitación rápidamente haciendo que se confunda.
— ¿Qué pasa?- pregunta acercándose, comienzo a dar pasos hacia atrás y chocó con la pared.
— Déjame sola- dijo con un hilo de voz y las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas.
— ¿Qué te pasa?- preguntó preocupado, se quedó quieto a unos pasos de mi.
— ¡TE DIJE TE VAYAS!- grité sin querer.
Dio unos pasos hacia atrás, alarmado, confundido, pero eso no me hace retractarme.
Intenta volver a acercarse.
— NO ME TOQUES. ¡VETE!- se aparta sorprendido por mi reacción.
En ese momento la puerta de la habitación se abre y por ella entra Nicholas.
— ¿Qué pasa…-se queda callado en cuanto nos ve, Marco solo lleva el boxer y yo estoy en lencería, y llorando— ¿Estás bien?- me pregunta.
— Solo…- me cuesta respirar y las lágrimas me hacen ver borroso— ¿Pueden dejarme sola?- continuó con un hilo de voz mientras que con la espalda pegada a la pared me deslizo hasta quedar sentada en el piso con las piernas pegadas al pecho.
— Marco, sal de aquí.- dijo Nick en un tono serio, vi como Marco cogia su ropa y se la ponía rápidamente y salía de la habitación sin decir más, sabía que después me pediría una explicación, una respuesta a todas las preguntas y escenarios que su cerebro creó a base de mi reacción.
— ¿Segura que quieres que te deje sola?
Es tierno, deberías dejar que te de su hombro para llorar. Es lo que necesitas.
— No.
— ¿Estás bien?- dijo acercándose y poniéndose en cuclillas frente a mi.
— No lo sé.- sollocé con la cabeza sobre mis rodillas. Nick se sentó a mi lado y me acarició la cabeza, se quedó en silencio, esperó a que me calmara. Cuando logre para de llorar levante la cabeza y vi a Nicholas ahí, a mi lado, me acarició la mejilla y me apartó un mechón de cabello de la cara y me miró expectante, como si esperase que le dijera algo, pero al mismo tiempo comprensivo.
— ¿Te sientes mejor?
— Eso creo.
— Deberías vestirte, las chicas deben de estar esperándote.- hasta ese momento recordé que solo llevaba puesta la ropa interior (brasier de encaje rosa pálido y bragas diminutas a juego con el brasier) —Pero imagino que no quieres ir, así que ¿qué te parece si les envías un mensaje y les dices que veremos una película o que te llevare a la reserva animal que hay aquí cerca.
Se me curvan los labios con una sonrisa. Gracias conciencia.
— Gracias Nick.- me levanto y me pongo los pantalones vaqueros y el crop top que llevaba más temprano. cogí el móvil para escribirle a Dahiana— ¿Podemos ver la película?.- preguntó con una pequeña sonrisa mientras apartó las lágrimas que aun caían por mis mejillas