Me quedo enfrente al chico que impaciente parece esperar una especie de explicación supongo que de mi presencia, aunque descarto esa idea porque supongo que ya tuvo esa conversión con su madre sobre esto. Además, estaba harta de explicarle a todos mi presencia en el lugar.
Se que quizá mi outfit no era el más indicado para una compañía de modelos, pero había algo en mi que a Kate le gustaba y al igual que ellos yo también estaba tratando de descubrir que era. Miro a Liam sin decir absolutamente nada, quizás podríamos hablar sobre como anoche arruine su camisa de la forma más estupida del mundo. O quizás podríamos hablar sobre lo extraño que es verme aquí.
—¿Te estabas yendo? —Pregunta, niego con rapidez aunque si lo pensé en un primer momento, no sería educado de mi parte escaparme del trabajo que me ofrecieron por más penoso que sea. — Porque parecía que si
—Pues ya ves que no. —Respondí, rodando mis ojos. El volvió a examinarme y entonces me tomé el atrevimiento de hacer lo mismo. Lo observé de arriba abajo descaradamente.
Nada mal. Aún así, no recuerdo haberlo visto en carteles publicitarios como a Scott. Liam, tenía un estilo británico que era increíble y posiblemente ya me encontraba boca abierta babeando por el. Al notar las estupideces que estaba pensando, negué.
Joder, esto de madrugar me estaba jugando una mala pasada.
—¿Acaso te ha dado miedo nuestro mundo?
¿Alguna vez escucharon esa frase de "Calladito esta más bonito" ? Pues aplica para Liam, noto un tono de soberbia en su voz. El cual hace que todos los pensamientos lindos que tuve sobre el desaparezcan en el aire.
—No me ha dado miedo, no estoy acostumbrada a tanto circo.
Parece que mi comentario ha dado en el clavo porque hace una expresión de disgusto y se cruza de brazos, como si con eso pudiera lograr algo.
—Si no te gusta puedes irte.
No puedo en realidad hasta que algo mejor llegue hacia mi. Una propuesta de trabajo en la que no tenga que sentirme completamente humillada.
Chasqueo la lengua y sonrio con diversión.
—¿Por qué te enoja lo que digo?
—Porqué estas siendo hipócrita, dices que no te gusta nuestro mundo sin embargo estas metida en el.
Me muerdo el labio y es una mala señal, aún así me enfado por dentro. Ni siquiera sabe porque motivo lo hago, y como dije antes si tan solo tuviera una oportunidad me iría lejos. Pero a veces la vida no nos da las oportunidades que creemos merecer y tenemos que conformarnos con lo que nos toca, aunque no nos identifique.
—No quiero que su mundo me contamine.
Liam esboza una sonrisa hacia mi, de nuevo arrogante. Como si el supiera más de todo esto que yo.
—Tu estás contaminada de ante mano, cariño.
Aquello me molesta, quiero golpearle el rostro pero lo único que lo impide es que es el hijo de Kate Ross y no quiero ofender a alguien que fue amable conmigo lastimado a su..Estupido hijo.
—No estoy contaminada.
—Si lo estás, te llenaste de prejuicios de un mundo que ni siquiera conoces por dentro. ¿Qué te hace pensar que todos los modelos somos malos o idiotas?
Ana y tú.
—¿Alguna idea entonces, listillo?
—Otra observación al creerte más que nosotros estas dejándote ver tu como idiota, Clarissa.
Doy una mirada en blanco cansada de esta convención. Además ese estupido ni siquiera sabe mi nombre.
—Hablas demasiado.
—Vuelve al estudio y demuestra que no eres tan mala como ellos piensan.
Ante su respuesta me quedo atónita, no recuerdo haberle preguntado algo sobre eso.
—¿Quién te dijo que creen que soy mala?
—Bueno, por algo estás aquí afuera y no ahí adentro.
—No tengo miedo.
—Entonces demuéstralo.
—¡BIEN!
—Bien.
La situación me enfada tanto que Liam Ross termina convenciendome de que vuelva con los demás. Al parecer todos están esperando por mi y Rodrigo esboza una sonrisa de alivio al verme.
—Estoy lista.
O eso creo.
****
No estuvo tan mal.
Luego de esforzarme Rodrigo pareció feliz al ver que hubo fotografías que realmente salieron buenas. También tuve ayuda de Scott quien hizo que me olvide de la intimidante mirada de Ana durante toda la sesión.
Al final fue una buena jornada después de todo, aún así las palabras de Liam y esa especie de conversación que tuvimos todavía no se iban de mi cabeza. Quizás no estaba tan equivocado después de todo pero al fin y al cabo ese era mi mecanismo de defensa.
Al llegar a mi casa lo primero que veo es a Drake, sentando en el sillón tomando un helado sin querer esforzarse demasiado, ladeo mi cabeza y suelto una risa cuando un pedazo se cae ensuciando su pantalón.
—Estas grande para hacerte encima. —Señalo levantando una ceja. El me mira enojado.
—No, lo viste. El chocolate se me cayó.
—¡Yo no he visto nada! —Grito mientras camino hacia la cocina para buscar un poco de agua fresca para tomar. Cuando regreso Drake está tratando de limpiar su pantalón.
—¿Cómo te fue en el trabajo? —Pregunta sin mirarme. Yo por entretenimiento si le presto atención.
—Al principio mal, luego bien. Discutí con alguien y me crucé a Ana. Oh y también me encontré con Scott Lewis.
—¿El de los carteles?
—SI, ese mismo.
—Genial ¿Crees que si dejara mi carrera podría vivir del modelaje? No estoy nada mal, además podría servir como imagen de inclusión o algo así.
Me río negando.
—Eres bueno en tu carrera, imbecil.
El me respondió con una mirada en blanco.
—Soy bueno en todo lo que tenga ganas. ¿Con quién discutiste?