Capitulo nueve

No lo hice tan mal.

Al menos, las siguientes sesiones fueron menos penosas que la ultima vez estas fotos realmente habían salido bien y hasta yo misma me puse contenta porque me sentí a gusto con lo que había logrado como resultado final y la sensación era rara pero buena.

Agradable.

No podía decir que me estaba acostumbrando a la idea de enfrentarme a una cámara todo el día pero quizás ya no me daba tanto miedo como antes aunque las inseguridades aparecían de vez en cuando sobre todo en el momento que Ana comenzaba a hacer su trabajo demostrando porque era la mejor modelo de la empresa o incluso de Florida.

No hay forma, Ana está hace años y yo a penas hace un día....Las comparaciones en este momento son estupidas.

Siempre las comparaciones son estupidas, debería entenderlo. Maldigo cuando mi estómago suelta un gruñido y al parecer el aporte de Liam con ese chocolate no había sido suficiente para llenarme, agradezco que este llegando al fin de mi segundo día y que también han sido menos horas, he tenido suerte.

Saco mi teléfono celular para escribirle a Matt

"¿Quedamos para almorzar en 30 minutos?"

Muerdo mis uñas rogando que la respuesta sea si, en realidad odio salir sola.

"¡Por supuesto! Se me antoja una hamburguesa con muchísimo queso y papas"

Mi estómago gruñe más fuerte y me quedo en plan: Vale amigo, ya entendi.

"Que sean dos!!"

Estoy tan metida en mi teléfono que ni siquiera me doy cuenta de cuando choco con alguien de no ser porque el aparato en mis manos casi sale volando. Me pongo seria cuando veo de quien se trata y arrugo la nariz con desagrado.

—Siempre terminas, encontrándome de alguna forma. —Dice y respondo con una mirada en blanco su soberbia me aburre.

—Si, seguro estoy maldita.

—Cómo si no te agradará verme...—Opina entre cerrando los ojos y suelto una risa, me río en su cara porque es tan fácil y divertido ver como Liam se auto humilla con cada estupidez que dice.

—¡No sabes cuanto! —Exclamo con una emoción fingida para después volver a ponerme seria.—Muevete.

—Se dice permiso.

—Se dice...No te pregunte como demonios se dice, solo largo de aquí porque tu presencia me molesta.

Liam se acerca a mi rostro con una sonrisa divertida como si insinuar algo, seguramente alguno de sus estudios comentarios otra vez los cuales no estoy de humor para escuchar.

Mi Clary diablito grita en mis hombros: ¡Pateale las bolas!

Y mi Clary angelito asiente mostrando estar de acuerdo.

Curioso.

Pero antes de que pueda llevar a cabo dicha acción la voz de Kate Ross invade todo el ambiente mostrando que si existe algo celestial como muchos dicen en realidad esta a mi favor.

—¡Osito, aquí estás!

No habla de mi. Liam se queda inmóvil y luego su rostro se torna de un color rojizo, vale que pena por el. Mientras por mi parte hago muchísima fuerza para no reirme ¿Osito, Liam? Más que un osito Liam sería como ese muñeco de la infancia con el que te daba miedo jugar.

—Mamá...—Murmura, confundido viéndola. Y tal parece que gracias a Kate Ángel de la guarda Ross se había olvidado de mi presencia.

—Clary cariño, no te había visto. ¿Ya terminaste? —Asiento—Oh que bueno, lamento los inconvenientes de hoy.

Cruzo miradas con Liam ¿También lamenrara ese inconveniente al que llama su hijo? Bueno, la mujer no tiene la culpa de que sea un imbécil.

—Esta bien, señora Ross en realidad ya estaba yendo a almorzar.

Ella sonríe

—Bueno, que tengas lindo día.

Saludo a la mujer y cuando la tengo de espaldas veo que Liam todavía me esta mirando, levanto una ceja y aguanto todas las ganas del mundo que tengo de decirle osito

****

Matt esta esperándome impaciente y no debería hacerlo esperar cuando tiene hambre después de tantos años de amistad se que en eso somos muy parecidos. Esbozo una sonrisa inocente cuando me siento con él.

—Disculpame, me retrase un minuto porque me encontré a mi jefa.

—Esta bien ¿Qué tal todo hoy, ya mataste a alguien? —Unas personas que nos rodean voltean a vernos con curiosidad después de ese comentario.

Sonrio.

—Todavía no, pero hay alguien que parece estar ofreciéndose como voluntario.

Matt muestra curiosidad y al final nuestras comidas llegan. Alegrando un poco más el ambiente.

—¿Ana? —Niego dándole un sorbo a mi coca-cola, Matt levanta una ceja curioso. — ¿Entonces?

—Se trata de Liam, el hijo de la señora Ross. Es un estupido importante.

—¡Ah, si! Cassie dijo que lo estuvo stalkeado todo el fin de sem...—Sus palabras se quedaron en el aire cuando fije mi mirada en el. —Mierda.

—¿¡Hablas en serio!? —Exclame indignada. — ¡Le dije que no lo hiciera!

—¡No lo escuchaste de mi! ¿De acuerdo? No quiero convertirme en pure para gatos.

—¿¡De que diablos hablas, Matt!? Joder, pero que incómodo. Solo espero que Cassie no me cuente nada de lo que investigo sobre Liam.

—Obvio que lo hará, pero finge sorpresa cuando lo mencione.

Me quedo seria, cuando Cassie hablo sobre stalkear a Liam yo simplemente me negué. No quería saber nada sobre el y menos investigando a sus espaldas, era raro e incómodo. Además no estaba tan interesada en el como para saber eso.

—Lo evitare.—Decido mordiendo mi hamburgesa.

—¿Ah? —Pregunta Matt confundido.

—A Liam, tonto. Evitarlo será lo mejor.

Esboza una sonrisa burlona y sigue comiendo, me quedo sentada comiendo en silencio también y al nosotros estar callados puedo escuchar como alguien habla atrás de mi.

—¿Es ella, no? —La voz de una chica cuestiona, en susurros que en realidad son bastante audibles.

—Si, es la que estaba con Scott.

Casi me ahogo ¿Estaban hablando de mi?

—No es tan guapa en persona, sus cejas son extrañas.

—Seguro usa photoshop ¡Que rabia! No deberían poner a cualquiera al lado de Scott. —Responde la otra.

—Además ¿Por qué esta comiendo eso? Debería dejarlo a la gente normal, si sigue así su carrera como modelo no durara nada.