Había brujas y brujos, como Elliot, que podían tener visiones pero yo no era de esos. Por eso estaba segura de que el libro en verdad estaba brillando. En mi estante sólo había cinco libros y estaba sobre mi cama, eran libros que yo consideraba especiales. Ya les dije que muy pocas cosas en el mundo de la magia me parecían realmente interesantes. Estos libros eran los que para mi tenían las mejores enseñanzas de vida. Ese libro en particular, no era mío
Tomé a pelusa con mis brazos y lo arrojé al estante a ver que sucedía, pero simplemente logré que el libro cayera y asusté al pobre gato. Me acerqué con algo de miedo y observé que su tapa era de un color dorado y decía " misterio de la aprendiz". Hice lo primero que cualquier bruja de 16 años con sentido común haría: llamé a mis padres
- Parece un libro magico- dijo mi padre mientras acomodaba sus gafas y miraba con asombro
- Rick, creo que eso es algo que nuestra niña ya sabe
- Gracias mamá- respondí rodando los ojos
- De hecho, yo si sé lo que es
La miré asombrada. Mis dos padres eran brujos pero no solían usar sus poderes, preferían vivir como gente corriente en el mundo humano y casi nunca sabían algo de magia, era como si hubieran olvidado todo. Pero al parecer algo quedaba intacto en la memoria de mi madre
- Este libro elige a un brujo especial, un brujo que sea aprendiz pero que a la vez tiene algo que nadie más tiene. Lo elige porque lo cree capaz de resolver el misterio que hay dentro
¿ yo? ¿ Capaz de resolver un misterio? Pero si era una simple aprendiz,apenas sabía unos cuantos hechizos y dos pociones
- No puedo hacerlo- dije a mi madre y coloqué mi cabeza en mi almohada
- Claro que sola no, pero puedes buscar la ayuda de al menos dos brujos. Tu padre y yo lo haríamos pero...
- Ya, ya. Nada de magia- la interrumpí y ellos sonrieron y asintieron a la vez. Algunas veces me daban miedo
- Mientras tanto ¿ porque no descansas?- sugirió mi papá- te hará bien después de este largo día
Ellos se fueron. Pero yo no podía conciliar el sueño, tenía la tentación de abrir el libro y ver que contenía, pero decidí no hacerlo hasta encontrar a los dos brujos que me ayudaran. Sólo tenía a una amiga en el mundo magico y yo necesitaba a dos personas.
Miré por mi ventana y vi que la luz del cuarto de David estaba encendida. Abrí cuidadosamente la ventana transparente y pude escuchar que tocaba su guitarra, era una hermosa melodía. Me habría gustado pedirle a él que me ayudara con el misterio pero sabía que era imposible
No aguanté más y llamé por celular a Amanda, sabía que eran las cuatro de la mañana pero también sabía que esto era urgente
- ¿ Hola?-escuché desde el otro lado de la línea seguido de un bostezo
- Soy Ángela- respondí lo más rapido que pude- ¿ que sabes sobre el misterio de la aprendiz?
- ¿ Ese mito sobre el libro? Eso no es real Ángela, ya vuelve a dormir
Sabía que mi amiga estaba cansada pero no me importo, necesitaba su sabiduría ahora más que nunca
- El libro me ha escogido a mi- le expliqué- y no sé porqué
Hubo un largo silencio desde el otro lado. Pensé que se había dormido hasta que escuche un grito
- ¡¿ entonces es real?! ¿ No estaré soñando?
A Amanda si que le sorprendía todo. Ella tenía una madre bruja y un padre humano. Su madre al casarse con su padre renunció a sus poderes, por lo que Amanda tenía muy poco contacto con el mundo de la magia.
- Ojalá fuera solo un sueño- respondí haciendo una mueca. Ella estaba emocionada, en cambio yo estaba aterrada
- ¿ y a quiénes elegirás ?
- A ti- respondí sonriendo- y... no hay nadie más a quién me atreva a pedirle su ayuda
-Pues veamos, ¿ con quiénes hablas más del mundo magico?
- Contigo, con Susan por los trabajos que hay que hacer y Ben.
Ben era un chico muy tímido pero muy simpático cuando lo conocías realmente, lo considaraba un buen amigo pero no para pedirle una tarea tan importante. Además era muy torpe, como yo y era más probable que dos torpes lo arruinaran que uno solo
- Olvidas a alguien...
El tonó burlón de Amanda y pensar en él no me agradó para nada
- Elliot- bufé
- Es el mejor de la clase y aceptaría sin dudas ayudarte
- No estoy muy convencida de que sea...
- Si no se lo pides tú, lo hago yo- me interrumpió- no hay nadie más
Odiaba que tenga razón siempre. Le dije que llamaría a Elliot y colgué. Si no lo hacía ahora, probablemente no lo haría nunca.
Solamente pensaba " por todos los hechizos, que no conteste el móvil, que no conteste el móvil..."
- ¿ Hola?- respondió con voz ronca, se notaba que lo había despertado
- Lamento molestar pero...
- Preciosa
Pude oír como sonreía desde el otro lado de la línea y yo quería golpearlo en el rostro
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Editado: 24.05.2018