En cuanto pudieron divisar el colegio, Toño y Liborio quedaron sorprendidos de aquella estructura enorme y terrorífica, un castillo como incrustado en una montaña, rodeada de agua, pantanos, árboles grandísimos, secos y sin hojas, en los pantanos sobresalía a la superficie, grandes henrredaderas con espinas enormes, la entrada custodiada por el enorme cerbero el perro del averno de tres cabezas, ladraba y babeaba sin cesar; a lo lejos se veía como llegaban los nuevos alumnos, había de todo, niños y niñas, jóvenes, señoras, señores, viejitos, se distinguían varías lucesitas que parecían luciérnagas pero no lo eran, eran almas perdidas que no encontraban la luz y que su destino era diambular por toda la eternidad.
--- ¿te gusta? le preguntó la muerte a Liborio, con una mirada tierna, como cuando una madre ve a su hijo en su primer día de clases... Liborio solo sonrió y asintió con la cabeza, Toño que vio todo, soltó una carcajada, jajajaja, ¡no sean mamones!.
--- ¿cuántos años tiene el colegio de construido?, preguntó Liborio.
--- tiene siglos, ¿porqué?, Contestó la muerte.
--- los arquitectos fueron chingones, le dieron un estilo Luis XV ¡poca madre!, pero los albañiles son más chingones no se les a caído, no desgaja como los de Santa fe, dijo Liborio muy serio, jajajaja.
Los tres amigos se dirigieron a la entrada y se registraron, ahí había otra muerte en la recepción que solo indicaba con sus huesitos de sus dedos dónde debían firmar, firmaron y la otra muerte señaló que debían formarse en la fila, había como veinte por pasar, la niebla tan espesa no dejaba ver qué había adelante.
--- para que nos formamos, preguntó Liborio viendo a su amigo muerte, a lo que esté respondió.
--- yo si se, pero es sorpresa y además tengo prohibido decirte sino se pierde lo enigmático.
--- y esa muerte de la entrada porque no habla, preguntó Toño.
--- ¿a esa?... ¡es mamona! si habla y mucho, ahí tiene prohibido, no hay quien la calle pero fuera de su chamba, luego se las presento es buena onda, dijo la muerte.
Estuvieron en fila como tres horas, hasta que les llegó su turno, la niebla seguía igual de espesa, solo dieron un paso y chocaron con una lancha enorme...
--- ¡Ay wey!, dijo Liborio sobándose su cabeza dónde se pegó al chocar con la lancha.
Estaban por subir y los espanto una mano huesuda que salió de entre la neblina.
--- ¡Ay cabron!, exclamó Liborio viendo la mano pidiendo algo.
--- ¡y ahora que pedo!... Jajajaja soltó una risa la muerte, al mismo tiempo que ponía una moneda en esa mano huesuda.
--- es Karonte, nos va llevar en su lancha hasta la entrada del colegio, son quince minutos.
Karonte comenzó a remar, tenían casi que juntar sus caras para poderse ver, paso un rato y la neblina bajo, ahora sí podían ver a Karonte, una calaca con vestimenta de monje, no se podía ver su cara, pero era un tipo de casi dos metros y medio, la lancha era muy larga, aproximadamente de ocho metros, el silencio era abrumador, apenas y se escuchaba como remaba karonte, pero el silencio se rompió cuando la muerte habló.
--- ¿que tal la chamba Karonte?, ¿cómo está tu familia?... dijo la muerte
Y con un voz chillona de lo más cómica, dijo Karonte:
--- ¡Muerte, que milagro hermano! ¿cómo estás?, Contestó Karonte a la vez que descubría su calva cabecita, dónde decía: "soy gay", en eso les dice la muerte en voz baja a Toño y a Liborio, yo le grafitie su cabecita en una peda, se quedo durmido, jajajaja.
--- yo aquí en la chamba, trabajando como negro, ya hasta enflaque, jajajaja, todos soltaron la carcajada...
--- ¿que vas invitar o que? dijo la muerte...
--- lo que quieras hermano contestó Karonte muy amable, al mismo tiempo que jalaba una cuerdita del agua para sacar un six de cervezas bien heladas... se veían a la vista varias cuerditas que seguramente tenía congelando varios six.
--- ¡a wuevooo! sabía que no eras culey, dijo bien emosionada la muerte al mismo tiempo que repartía las chelas.
Así fueron cotorreando por tres horas, en una de esas, comentó Liborio.
--- pensé que tenías una voz más terrorífica, la tenía, pero en una peda me quedé dormido a la orilla del colegió y alguien me la chingo, como saben magia y todo el pedo, pues cuando desperté y hablé así me escuché, ya ni pex.
Apesar de que el cruce es de quince minutos ellos hicieron más tiempo porque en el cotorreo se le calló el remo a Karonte y no supo dónde se le calló, entonces tranquilamente seguía remando con su mano huesuda, no se preocupen por mi en la orilla tengo otro remo, jalaron todas las cuerditas eran cinco six en total, llegaron a la entrada del colegio de fantasmas y la muerte invito a Karonte para seguir echando desmasmadre, digo bueno relajo, pero Karonte dijo que tenía que chingarle.
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Editado: 09.03.2020