Al bajar estaba un enanito barbon, vestido de smokin con cara de pocos amigos.
--- nombre, dijo el enanito con la voz más lúgubre y gruesa que jamás habían escuchado.
En ese preciso momento dijo Toño algo burlón y en voz baja.
--- se me hace que esté fue el que le chingo su voz a Karonte, el enanito volteó a verlos como si los hubiera escuchado, los vio con una mirada penetrante que tuvieron que hacerse mensos.
--- Pasen por aquí, indico con su manita, subieron por unas escaleras hasta un portón enorme, que decía en la entrada: "Bienvenidos al colegio de fantasmas del más allá, dónde lo que ves, no es lo que parece".
Entraron y parecía el metro Pantitlán a las siete de la mañana, filas y filas, unas muy largas otras muy cortas, mucha gente que iba de un lado a otro, afortunadamente donde tenían que ir a formarse solo habían cinco.
--- en un momento los atienden dijo el enanito con esa voz de ultratumba.
Por fin le tocó a Liborio pasar a ventanilla.
--- ¿nombre?, preguntó una señorita muy pálida, con grandes ojeras, un cabello largo y negro, sostenía una pluma para escribir, pero se distingian fácilmente marcas de que se había cortado las venas.
--- Liborio, contestó temeroso.
--- viene al curso de fantasmas, ¿verdad?, preguntó la señorita nuevamente.
--- si, de hecho vengo con mis amigo la muerte y mi primo Toño, dijo alegremente Liborio abrazando a sus cuates.
--- le explicó, dijo la señorita: despidase de su primo él no está registrado, solo se quedará con su mentor que es la muerte, él le enseñará todo conforme al programa, se les asignará una habitación compartida, el curso empieza mañana, aquí se les proporcionará todo lo que necesiten, podrán llamar una vez cada semana a su familia, el curso debe ser intensivo para que estén listos para la noche de brujas, se le hará un exámen final al señor Liborio, si lo pasa recibirá un título al terminar y recibirá todo el apoyo del más allá para hacerlo famoso, pero si no pasa el examen, se convertirá en solo una lucesita que vagará por toda la eternidad, si está de acuerdo firme aquí, si no, váyase con sus amigos.
Liborio se quedó pensando unos instantes y firmo, tuvieron que despedirse de Toño sin saber si llegarán a volverse a ver, se dieron un gran abrazo.
--- pasén por esa puerta y sigan las flechas amarillas, dijo la señorita, a la vez que les daba un manual.
--- adiós primo Toño.
Los amigos entraron por la puerta, está daba a un pasillo largisimo, en el piso había flechas amarillas, azules y rojas; según el manual las flechas amarillas es para novatos, las flechas azules para intermedios y la roja para avanzados, comentó la muerte.
Las tres flechas llegaron a un patio circular, ahí los esperaba Hugo, era el mayordomo mayor y encargado de repartir las habitaciones.
El colegio era muy cómodo, tenía cafetería, restaurates, bar, salón de eventos, salones de clases y gymnasio, pasen por favor, dijo el mayordomo, solo tengo una habitación con vista exterior al lago y con literas, las demás son interiores, comentó Hugo.
--- Tomamos la de la vista al lago por favor dijo la muerte.
--- hay servicio al cuarto, preguntó Liborio, observando el lugar que era estilo Luis XV, digno de reyes.
--- su habitación es la 301 A y sus clases las tomarán en el salón 56 apartir de mañana a las 8 am sin hora de salida, le rogamos sean puntuales, si no llegan a la hora no podrán pasar a clase e irán perdiendo privilegios, el laboratorio para sus prácticas es el laboratorio no. 25 A está abierto en el momento que deseen, chiquilín los llevará a su habitación es el botones de aquí del colegio, solo firmen estos documentos los dos.
Ya tenían mucha emoción por iniciar las clases, chiquilín que no tenía nada de chiquito, era un tipo robusto, ojos verdes, guapo, en buena forma y muy amable, les iba a dar un Tour por todo el colegio.
Editado: 09.03.2020