Corria por cada pasillo de un pequeño Hospital como si todo fuera a derrumbarse pronto encima mío. A Tae-Yang no le agrada mi forma de ver las cosas, pero sé que tarde o temprano lo entendería.
Yo solo corría con ansias, mi vida parecía no tener precio, es más el disgusto que se llevó Tae Yang, al enterarse que yo realmente una vez fui su más fiel amigo.
Mis pasos cada vez se habían acelerado más, Después de 28 años de espera, había sido mucho para mí, mientras que Jung- Su solo pensaba en la supuesta familia que había formado.
Yo no era más que un joven cual vida había sido tomado por el destino, era cualquiera en el cuerpo que no era el mío.
Al mismo tiempo que mi ser, se destrozaba por dentro. Corría por el largo camino hacia el fin de mi viaje.
Apenas logre salir a la puerta, cruce la calle sin mirar atrás. El llanto me comía por dentro, sin importarle cual fuera el resultado final.
Y con poco, un dolor en el corazón me empezaba a apuñalar. Al mirar a mí alrededor vi como un autobús se acercaba a toda velocidad. La pista era enorme, y muchos otros carros le seguían el paso.
Tae Yang, salió del pequeño Hospital.
Gire la cabeza, y lo mire fijamente a los ojos, y con una sonrisa le dije aquello que tanto temía decirle durante tantos años….
Diciendo aquellas insoportables palabras corrí hacia la pista, dejando que aquel robusto y poderoso autobús, aplastara mis sueños y futuros junto con migo.
¿Toda mi vida había pasado por mis ojos? Vaya, ¿qué vida abre tomado mía?, para que al fin y al cabo. Todo no sea más que un simple y pequeño viaje. Y como fin de todo, todo vuelva a caer en la oscuridad y regrese a aquel invisible mundo sin fin.