Capítulo XVIII

Lunes 30, 22:47

Casi dos días habían pasado desde que nos despedimos, y él no había aparecido.

//Tal vez esa era su sorpresa, desaparecer.//

¿Me sentía triste? Sí, algo.
No había respondido ningún mensaje ni llamada. Su teléfono ya mandaba directo a buzón.

Y aquí estaba arreglada y sentada en la sala, como una niña esperanzada, con la ilusión que tocará la puerta.

No me importaba que no hubiera sorpresa, tan sólo necesitaba que estuviera conmigo un momento más. Mínimo para despedirme, y agradecerle por todo.

No llevábamos más de un mes de conocernos, lo más a lo que habíamos llegado eran besos abrazos y turistear; y yo ya sentía qué tal vez en algún futuro podría llegar a quererlo.

//Alguien por favor deme el premio a la estúpida y aventada del año.//

23:22

Estaba leyendo el tercer libro que me regaló, hasta que ya no pude y lo dejé en la mesita.Dediqué una mirada al reloj de la pared y confirmé la hora en la pantalla de mi celular.

//Aún no se acaba el lunes, tal vez será como esos cumpleaños sorpresa donde todos son indiferentes hasta el último momento.//

Martes 31, 0:02

Miré el reloj por última vez, me levanté del sillón, me puse la pijama, y con una sábana cubrí la sorpresa que le tenía a Henning.

Le mostraría mi trabajo final de la clase, había recreado su pintura, pero le había pintado a los chicos en una orilla, al mar y él en otra, y yo bailando en el centro, en una noche lluviosa y llena de estrellas.

//Ahora me parece ridículamente cursi.//

Sí, así había sentido el verano, entre mis nuevos amigos y él. Los viajes y las pláticas. Por un momento sentí que renací, que era una nueva vida.

//Que estúpida soy, toda la felicidad era sólo un verano, y lo olvidé por completo. Aquí vamos...
De regreso a mi miserable vida.//

Me dormí con una sensación extraña en el pecho.
Mañana sería mi último día, el último antes de volver a la horrible realidad.

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8:32

—Bueno...—Pasé mi mirada por todos mis compañeros.

Fred me levantó los pulgares y me dedicó una mirada tranquilizadora.

Respiré, me paré más derecha, y sólo lo hice.

—Este es mi proyecto, yo... bueno, así es cómo sentí este verano, como una lluvia fresca en la noche, con las personas que conocí y me hicieron sentir como si aquí fuera mi...

Recordé todas las veces que había salido con los chicos y me había abierto con ellos, y las veces que me enamoré de los paisajes de la ciudad, junto a Henning.—...hogar.—Finalicé.

El maestro y la clase miraron la pintura, aún olía a óleo porque la había terminado pocos días antes.

—Bien, me gusta, es...expresivo. ¿Quién es el artista de la obra original?—Preguntó el maestro.

Respiré y traté de no recordar los últimos tres días, y tan sólo pensar el resto del mes, y toda la felicidad y emoción que había vivido.

—Vitale D'angelo, Henning.

-Oh, me parece haberlo escuchado hace unos meses, es pintor Europeo ¿No?

Sólo asentí con la cabeza.

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—Tal vez pasó algo y no se pudo comunicar. Pero cuando pueda te avisará.—Me consoló Michelle.

—¿Pero si recuerdas que todos nos vamos hoy?—Le recordó Fred a Michelle.

—Oye, quiero ser optimista, lo último que se debe perder es la esperanza.—Dijo mientras se llevaba un takis fuego a la boca.

—Tal vez se accidentó y está en coma, y por eso aún no te ha hablado.—Dijo Fred tranquilamente.

Me pasó por un momento esa idea, y se me hizo un nudo en el estómago.

Mer lo notó porque de inmediato dijo:
—Ey, es suficiente, la están abrumando. Mejor cambiemos de tema... —Le regale una mirada de agradecimiento.—¿Algún chismesito novedoso?

—Me gustaba Leam, pero está saliendo con una chica de la clase de derecho. —Soltó sin más Fred.—Además yo estuve saliendo con un brasileño de informática.

Nos quedamos con los ojos como platos, anonadadas. Le dedicamos una mirada que decía a gritos "¿Por qué?".

—Besa muy bien, no me pueden juzgar. —Añadió.

—Si no te juzgamos por eso, te juzgamos porque nos lo contaste hasta ahora, que es la última vez que nos vemos.—Aclaró Mer.

—¿Te gustaba Leam?—Le preguntó Michelle a Fred.

—Sólo me confundí, porque me agradó mucho, tenemos demasiado en común y pues confundí el afecto con atracción. Así pasa.—Dijo en un tono de restándole importancia.

Siguieron hablando pero no los escuché más.
Solo repetía lo que dijo, en mi mente.

//"Confundí el afecto con atracción."
No te gusta, sólo le tienes aprecio por lo que ha hecho por ti... ¡Claro!//

Y lo use como excusa para no sentirme triste por no poder despedirme de él, no despedirme de Henning.

Ya en la tarde entré al departamento, mis maletas y todo ya lo había empacado en la mañana, estaba todo listo para sólo cerrar e irme.

Cosa que hice, no sin antes mirar mi celular y plantearme el llamar una última vez a su número.

No me permití hacerlo, de hecho, borré su número de contactos.

//Igual voy de regreso a mi país; no es como que vuelva a hablar o ver a alguien de los que conocí este verano.//

No sólo eliminé el contacto de Henning, también el de todos los demás, a excepción de Fred. Con él me había apegado más que con los otros.

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—Te voy a extrañar tanto.—Le dije a Mer mientras la abrazaba.

—Yo igual, si necesitas algo, o hablar, o si estás aburrida, háblame.—Me dijo.

Finalizamos el abrazo y me dirigí hacia Leam.

No dijimos nada pero nos abrazamos muy fuerte, a él no le había contando tanto de mi, pero por alguna extraña razón me sentía protegida y a salvo junto a él.
Como el hermano mayor que nunca tuve.

Luego de ese abrazo me giré arrastrando mi maleta conmigo.