Aquellas noches de Julio

Capitulo XIX

OPHELIA

Junio 22, 22:33

Once meses.
Más de 334 días habían pasado, desde que regresé del verano a mi vida normal de siempre.

Resumiré todo lo mejor posible:

•Mamá no sabía como me sentía con los comentarios que hacía mi familia sobre mi, así que me seguía obligando a ir a reuniones familiares.

•Un par de veces había sentido que me ahogaba y una leve taquicardia, pero lograba desviar todo eso distrayéndome con otras cosas.

•Mi "grupito de tres" se fue a la mierda. Nunca me dejaban hablar, y si en la acera no había espacio para caminar juntas siempre me mandaban atrás. Comenzaban a salir ellas solas sin invitarme a ningún lado.

//Spoiler de vida: Las amistades de tres NO SIRVEN; siempre el apego entre un par es más grande, y el tercero termina sobrando.//

Pero yo seguí buscándolas y pidiendo que me dejaran estar con ellas.

En los últimos meses no sé qué me pasó pero me comenzaba a aterrar el quedarme sola.
Así que aceptaba cualquier tipo de compañía, sin importar que tan dañina fuera. 

//La Ophelia de antes habría preferido estar sola antes que compartir aire con gente que no lo vale.//

La buena y nueva noticia era que por finales de Diciembre había conocido a alguien, así que desde entonces habíamos estado saliendo.

Primero comenzamos una amistad y unos meses después me pidió que fuera su novia.
6 días antes de mi cumpleaños de hecho, más exactamente nuestra relación oficial comenzó un 16 de Abril.

La conocí por un curso de pintura y dibujo, mis papás me habían regalado la inscripción por Navidad, y decidí darle una oportunidad. Y gracias a eso la conocí.

Ella me salvó, en todos sentido, y mi mayor miedo anteriormente era entregarme por completo a algo serio y oficial.
Era justo por eso que todos mis ligues y parejas anteriores eran solo temporales.

Mi temor era dar el 100% de mí y que no le dieran la importancia suficiente o ellos no dieran ni el 50%.

Pero con ella no, todo era diferente, era la primera vez que me animaba a algo serio, y si veía un futuro. Estaba oficialmente enamorada.

—Mely ven para acá linda, ponte junto a Ophelia para tomarles una foto.—Indicó mi mamá.

Melissa caminó hasta quedar junto a mí luego me giró la cara y me plantó un dulce beso.
En el momento exacto mamá tomó la foto.

—Salieron hermosas.—Nos avisó mientras nos pasaba el celular para que viéramos la foto.

Lo que me recuerda la otra noticia:
Me había comprado un celular nuevo, porque tenía tiempo queriéndolo y el otro se me había roto.

—Bueno hay que darnos un poco de prisa porque estará difícil encontrar estacionamiento.—Dijo Melissa. —Señora Sanz.—Se giró hacia mi mamá e hizo ademán de despedirse.

—Me la regresas sana, salva... y sobria si es posible.—Dijo mi madre riendo, refiriéndose a mí.

—No tomaré mamá, no te preocupes, y Liss tampoco, tiene que manejar de regreso.

Era mi fiesta de graduación, decidimos vestirnos en pareja, ambas con vestido rojo.

Liss (Como la llamaba de cariño) conducía siempre porque yo apenas me estaba enseñando, de hecho era ella quien me estaba enseñando a manejar.

Nos estacionamos afuera del salón donde sería la recepción, y justo cuando nos estábamos desabrochando el cinto, sonó una notificación de su celular. Ella lo tomó y su mano tembló un poco. Levanto la vista y me dedicó una mirada.

—¿Es lo que creo?—Le pregunté, y por su mirada no necesite más palabras.

—Sí, son los resultados.

—Sea lo que sea,—Tomé su mano libre.—estaremos bien.

Me regaló una sonrisa nerviosa e hizo un clic a la pantalla del celular, su expresión era indescifrable, luego volvió a dar una par de clics más.

Finalmente salieron lagrimas de sus ojos, y una sonrisa de oreja a oreja se formó en su cara.

—Amor...sí estamos—Chilló.—!SÍ ESTAMOS!

No pude evitar gritar, y zafarme del  asiento para poder abrazarla, y besarla. No cabía tanta emoción en mí, estaba llorando, estábamos llorando.

Me dio un último beso largo para luego decir:

—Bien, hora de festejar esto, bailaremos hasta no sentir más los pies.

—Anda, que la noche apenas comienza.—Le dije.

—Aunque si te queda energía para algo más, por muy cansada que esté, sabes que no pondré objeción...—Me susurró junto al oído.

Le dediqué una mirada junto a una sonrisa que ambas sabíamos perfectamente que significaba, y nos dimos un beso para después adentrarnos en la fiesta.

Horas después estábamos recostadas en mi cama, habíamos llegado de la fiesta y mamá dejó que se quedara para que no manejara de madrugada sola.

—Sobre lo de la nueva noticia...¿Cuando le avisarás a tus papás?—Me pregunto Melissa.

—Liss, trataré de hacerlo hoy.

—Recuerda que es dentro de nueve. Y el tiempo pasa muy rápido, tienes que avisarles cuanto antes, no puedes esperar hasta que se den cuenta por si solos.—Me recordó.

—Lo sé, en la hora de comida les diré. Se que estarán realmente felices por eso.

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—Yo quería comentar algo.—Dije temerosa.

Mis papás dejaron los cubiertos en el plato y me dedicaron toda su atención. Lo cual hizo que mis nervios aumentaran.

//Ni siquiera hay porque sentirte así, literalmente es la mejor noticia de tu vida.//

—Yo...bueno no. No, sí, es decir... yo sí, pero no sola, yo y mi novia, dentro de nueve... No.

Ellos tenían cara de confundidos por mi mala explicación.

Así que respiré hondo para avisar, de una manera demasiado rápida, la noticia que ni siquiera yo misma creía aún.

—Liss y yo hace meses aplicamos para una beca en una universidad de Artes en Londres. Ayer recibimos los resultados, y estábamos preocupadas por si una sí quedaba y la otra no, pero amabas fuimos admitidas.




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