Aquellas noches de Julio

Capitulo XXI

OPHELIA

1 Julio, 07:15

—Ok, me parece bien. —Mi Liss estaba terminando de hablar por teléfono con los encargados de la mudanza.

Caminó hacia el sofá, se sentó junto a mí, pasándome un brazo por la espalda y escondiendo su cara en mi cuello.

—¿Aún no las tienen? —Pregunté, aunque sonó más a una afirmación.

—No todas, pero dijeron que las que ya encontraron las traerían hoy por la tarde.

El servicio de mudanza había retrasado la entrega de nuestras cosas. Y nadie nos había advertido que pasar pertenencias de un continente a otro es todo un show.

—¿Y si no llegan?—Pregunté nerviosa.

—Creo que si podemos permitirnos el pasar un par de noches en algún hotel. Además les bombardearé el buzón de quejas y sugerencias.

Su respuesta me causó gracia, aunque sabía que no lo haría.

—Bien, es hora de que nos preparemos para ir a clases.—Dije mientras la acomodaba junto a mi, y me levantaba del sofá.

Liss soltó un gruñido entre flojera y frustración.

—Anda,—Le dije mientras la jalaba del brazo para que se levantara.—es el primer día. No será tan pesado, además, podremos hacer nuevas amistades.

—Con estas ojeras ¿Crees que alguien querrá acercarse a mi? —Me preguntó mientras señalaba sus ojos.—Tengo cara de que no he dormido en mil años, y que mi humor está del demonio.

Me reí mientras negaba con la cabeza.
Pero luego me acerqué junto a su oído.

—Si te sirve de consuelo, así con esa cara, a mi me pareces el doble de sexy.—Le susurré.

Se puso completamente roja y soltó una risita.

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—Hay sólo bebidas,—Dijo Liss mientras pagaba el jugo en la cafetería.— dicen que aquí no venden comida.

—Te lo dije,—Reclamé mientras paseaba la mirada por todas las personas que estaban entrando a los edificios.—debimos haber desayunado antes de llegar aquí.

—Igual no sirve de nada lamentarnos, además siem...—Liss continuó hablando pero yo no logré escuchar más. Quedé demasiado sorprendida.

//Le monde est petit!//

Ahí caminando, cargando un bonche de ropa, estaba Fred.

Él era el único del verano pasado con el que seguía hablando, aunque nunca le conté de la noticia sobre la beca y el cambio de país.

Nuestras miradas se cruzaron, y nuestras sonrisas se ensancharon. Corrió hacia mi, aun con todo lo que iba cargando. Yo igual corrí en su dirección.

Y cuando por fin nos alcanzamos, nos dimos el abrazo más largo que pudimos.

—¿Por qué carajos no me avisaste que estabas en Londres? Te hubiera preparado una bienvenida, o un tour por la ciudad, o algo así.—Me reclamó en un dulce tono, mientras nos separabamos.

—Yo... es que con la mudanza, la emoción, y todo eso, se me pasó. Lo siento.

—No sientas nada, tranquila, los mejores planes son los inesperados. Luego se me ocurrirá algo para celebrar que estás aquí. —Dijo emocionado.

—¿Vas en esta universidad?—Pregunté en un tono que denotaba ilusión.

—No, una amiga está en la Facultad de Diseño y Moda; y me ofrecí a traerle unos materiales.

—Que cool, Liss igual está allí, y yo estoy en la Facultad de Artes y Diseño.

—Liss,—Repitió.—lo último que supe fue que formalizaron todo, ya no me contaste más.

—Aún seguimos juntas, de hecho aplicamos a esto ambas, está aquí, ven.

Le hice una seña para que me siguiera y volví donde estaba ella.
La tomé suave por el brazo y ella giró su cabeza para mirarme y sonreírme.

—Liss, él es Fred.—Los presenté con una seña.—Y Fred, ella es Liss.

—Es un placer,—Dijo Fred mientras le daba la mano.—Ophelia me ha hablado mucho de ti.

Y era cierto, cuando recién la conocí, le había platicado todo a Fred por FaceTime; aunque luego me centré más en estar con ella y perdí comunicación con él, y algunos otros amigos.

—Espero haya dicho cosas buenas.—Dijo en broma, Liss.

Los tres soltamos una risita. Fue muy cómodo y ameno.

De pronto sonó la alarma de mi celular.
Lo saque de mi bolsillo y ellos lo siguieron con la mirada.

—Las clases ya van a empezar.—Dije un poco angustiada.—Y ni siquiera sabemos donde es.

—Yo puedo llevas a Liss, es justo donde le llevaré esto a mi amiga.—Dijo refiriéndose al bonche de ropa que cargaba.

—Sí por favor, sería de mucha ayuda.—Dijo Liss.

—Bien...yo me encargaré de buscar el área de mi facultad. Te buscaré cuando salga.—Le dije a Liss.—Y Fred... luego planeamos algo, nos vemos.

Me despedí de ellos con la mano, y me apresuré a adentrarme en el gran lugar.

Tardé unos minutos en encontrar dónde era, pero ya estando en el salón de clases, me senté en las filas de en medio; como siempre.

—Bien jóvenes...—Dijo la profesora mientras entraba.—Pues es el primer día, ya están en universidad así que nos ahorraremos eso de presentarnos; se irán conociendo mientras trabajen y...

No pudo continuar porque la puerta se abrió y todos volteamos a ver quien había entrado.

// ¡Mer! //

Era Mer, nos miró a toda la clase, apenada y la maestra sólo le hizo una seña para que pasara, mientras continuaba con su indicación.

Ella paseó la mirada por él aula, buscando un lugar donde sentarse.

Me sentí de nuevo como en la secundaria, porque levanté un poco mi mano y le señalé un asiento delante de mí, que estaba disponible.

—Ophelia.—Susurró emocionada, mientras tomaba asiento donde le había indicado.

—No sabía que estabas aquí. Que alegría, justo hace un rato vi a Fred.—Le dije, inclinada hacia adelante para acercarme más a su asiento.

Su cara se pasmó primero en duda y luego en asombro.

—¿Fred? ¿Fred, el del verano pasado?

—Sí..., no tenemos ningún otro Fred en común.—Dije en un tono de obviedad.

—Ay, cierto.—Dijo apenada con una risita.

Y le sonreí.
Aunque pensé que nunca la volvería a ver, me sentía muy feliz de que estuviera ahí.




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