Capítulo 5
Combatiendo balas contra mentiras
–Con una desconocida en nuestros brazos y un largo camino por recorrer, Leandro y yo notamos que la luz que había emanado el ángel, antes de entrar, había asustado a todos los sirvientes Demorianos en las cercanías, incluyendo a las Sirenas del desierto que con sus llantos escapaban nadando entre la arena.
–Leandro se asomó por el risco notando como ellas huían y con alegría estaba feliz de que obtuviéramos otra oportunidad para salir con vida.
–Las sirenas del desierto… ¡Están huyendo! – Dijo Leandro, con alegría.
–¿Podemos salir? – Pregunté, mientras tomaba a aquella persona envuelta en sabanas con mis brazos.
–Sí. Pero no tenemos mucho tiempo antes de que vuelvan – Dijo.
–Hay que irnos entonces – Comenté, ejerciendo fuerza para cargar con el cuerpo entre las sabanas.
–Leandro sintió una fuerte curiosidad por saber quién era la persona que llevábamos sobre nuestros brazos. Rara vez me comentaba que podría tratarse de que estemos cargando con una especie de cadáver, lo que explicaba las sabanas ensangrentadas.
–Pero debido a lo que escuché, y a la leve respiración que sentía de ella no parecía ser un cadáver.
–Sin tener oportunidad de ver su rostro. Leandro y yo lo único que teníamos en mente era huir a un lugar seguro donde los Sirvientes Demorianos no nos molesten.
–Por otro lado. La puerta de luz en donde se encontraba las águilas doradas continuaba emanando una energía intensa que retumbaba la tierra.
–Sus dispositivos detectaron otra luz provenir al éste desde esa dirección, por lo que se encontraban confundidos ante los comportamientos de las puertas.
–¡Señor! – Gritó un soldado de las águilas doradas, trayendo consigo el dispositivo.
–Soldado Reynolds… – Dijo el comandante luego de ver al soldado acercarse.
–¡Tiene que ver esto! – Dijo el soldado, entregándole la tableta.
–¿Otra de las puertas arcanas se activó? ¿Hace cuánto? – Preguntó el comandante.
–Hace quince minutos – Contestó el soldado – ¿Quiere que vayamos a examinarlo? – Preguntó.
–Aún no… Encarguémonos primero de esta puerta antes de que… – Dijo el comandante, siendo interrumpido.
–La luz comenzó a intensificarse y los rayos a expandirse, tanto que hasta uno de ellos impacto sobre uno de los vehículos dejándolo inoperativo.
–Impresionados, todos los presentes cubrieron sus ojos sintiendo como la intensa luz los cegaba por completo, aún con sus cascos puestos y sus vidrieras ahumadas. Segundos después, la luz de la puerta se extingue dejando en su lugar a una pequeña figura arrodillada bajo el umbral.
–Los soldados apuntaron sus armas contra esta figura, al igual que los vehículos.
–Para el director Newman los preparativos de su plan se habían tardado. No lograron ejecutarlos antes de que esa figura apareciese.
–¿Qué es esa cosa? – Preguntó Reynolds, impresionado.
–No lo sé – Contestó el comandante.
–Entrando a la sala de pilotaje del Elephant, entra el capitán Smonrrow con apuro, preguntándose sobre lo que ocurría.
–¡Comandante Smith! ¿Qué está pasando? ¿Por qué el director Newman no derrumbó la puerta? – Preguntó el capitán Bradley Smonrrow, confundido.
–Fue demasiado tarde… – Contestó el comandante.
–Eso no es excusa. Pudieron haberlo hecho en cualquier momento – Dijo el Capitán.
–Lo sé. Pero ahora debemos descubrir como detener a esa cosa… – Dijo el comandante mientras observaba a la figura bajo el umbral.
–¿Eso es un Demoriano? – Preguntó el capitán, enojado.
–Aún no ha enseñado las alas pero su túnica negra y la falta de resplandor en su silueta nos confirma que es un Demoriano – Dijo el Comandante, observando detalladamente la figura.
–El idiota utilizó una puerta arcana para llegar a nuestro mundo. ¿Qué estará pasando del otro lado? – Preguntó el capitán Bradley.
–No lo sé – Responde el comandante – Pero tampoco nos quedaremos aquí a observar.
–En ese instante, una voz de mando se hizo escuchar en todo el lugar, desde el megáfono del Elephant en el que se traslada el comandante Smith.
–Seguro de su decisión, planeaba estratégicamente sus movimientos de detener al Demoriano quien en ese momento se encontraba quieto.
–¡Toda la infantería! Rodeen al Demoriano y abran fuego de inmediato – Dijo el comandante Smith, en voz alta – Equipo cuatro, escolten al Director Newman de regreso a la ciudad ¡No dejen que el Demoriano se le acerque! – Agregó.
–Obedeciendo las órdenes del comandante, la infantería comenzó a acercarse a la puerta de luz. Con sus armas de asalto en mano apuntando contra el Demoriano arrodillado bajo el umbral.
–Una sonrisa se desenvolvió en su rostro, pero no era como una hermosa sonrisa humana, pues sus colmillos amarillos en lugar de dientes eran tan grandes y afilados como el de un perro, y su sonrisa de punta a punta alcanzaba llegar hasta la oreja. Al sonreír desenvolvió sus alas mostrándolas ante los soldados, revelando su identidad Demoriana.
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Editado: 10.08.2020