Capítulo 8: reina madre
Cuando llegamos al reino del aire el ambiente se sentía agitado, los guardias eran menos indulgentes con quienes querían entrar al reino (muy parecido a lo sucedido en el reino del rayo), pero gracias a Tsubasa fue fácil para mi entrar.
El me acompaño hasta mi hogar pero cuando llegue no había nadie, busque de arriba hacia abajo pero no los encontré por ningún lado, comencé a entrar en pánico, hasta que Tsubasa me calmo, me dijo que quizá salieron y que debería acompañarlo al castillo, también se ofreció a dejar un guardia para infórmame del regreso de mis padres. Cuando Salí de la casa una de las amigas de mi madre apareció y con lágrimas en los ojos me dijo que mis padres habían desaparecido, un día salieron del reino debido a una entrega que debían hacer y nunca volvieron.
Me desmorone y todo se puso oscuro, me había desmayado de la impresión. Cuando por fin volví a abrir los ojos estaba recostada en un futon, tenía un paño húmedo en la cabeza y estaba con una ropa diferente, una tunica blanca delgada con una bata color roja y dibujos de flores. Salí de la habitación descalza, no había nadie por el pasillo, seguí caminado hasta que escuche unos ruidos.
- ¡Tsubasa! Cuantas veces te he dicho que te cortes ese cabello tuyo.
- Abuela, ya se lo he dicho muchas veces no me lo corto porque después soy confundido con mi padre por usted.
- ¿De que estas hablando? ¿Cómo confundiría a mi propio nieto con mi hijo? cortarte ese cabello de una vez, desapareces durante años y vienes aquí con esas fachas.
- Abuela, fueron seis meses desde que inicie el último año, y estuve aquí las vacaciones anteriores.
- Yo no recuerdo eso ¡Ahora corta tu cabello!
No pude evitar reírme mientras escuchaba la conversación, nunca había pensado que el príncipe sería tan débil contra su abuela, “de acuerdo no tardo” dijo Tsubasa, quería halar con el pero cuando entre a la habitación, él había salido por otra puerta y ahora me encontraba frente a frente con la reina madre, un mujer con arrugas en las arrugas, un peinado elevado con un broche de colores y un atuendo llamativo de color naranja con diseño de hojas. Sus ojos se abrieron y me miro asombrada, camino hacia a mí y me dio un abrazo, “¡Marguerite!” Grito feliz.
- ¿Has venido a verme? ¿Ese chico tuyo por fin te dejo venir? – no sabía que contestarle - ¿El gato te comió la lengua? ¿te has escapado?
Estaba a punto de responderle que estaba equivocada cuando Tsubasa entro en la habitación, tenía aun puesto su uniforme, pero ahora su cabello era más corto, más arriba de los hombros y se notaba un poco incómodo con la ausencia de su largo cabello.
- ¡Masato! Qué bueno que estas aquí, déjame presentarte a Marguerite, ella fue mi mejor amiga en la academia. Marguerite él es mi hijo Masato.- ella aprecia tan feliz de presentarnos que ninguno de los dos se atrevió a corregirla.
- Abuela… digo madre, es bueno que se reencuentren pero no crees que deberías descansar, has tenido un día muy largo.
- Tonterías, el día acaba de comenzar, llevo años sin ver a Marguerite deberías ser más respetuoso con nuestra invitada.
- De acuerdo abue… madre ¿me podrías permitir enseñar a Marguerite los alrededores?
- De eso nada, ¡yo se los enseñare! Puedes acompañarnos si gustas.
Al final terminamos los tres dando vueltas por el castillo, la reina madre caminaba entusiasmada señalando los lugares, mientras que Tsubasa y yo caminábamos unos pasos detrás de ella susurrando.
- Lo siento Hana, mi abuela puede ser una persona difícil, desde hace algún tiempo a estado teniendo un problema con sus recuerdos y confunde las épocas y a las personas, son estragos que se presentan al ser una mujer de más de cien años, ¿podrías aunque sea solo por hoy seguirle el juego? Yo tengo otros asuntos que atender.
- Realmente no quisiera que me dejaras sola con ella, ¡no sé nada! Qué tal si me pregunta algo y yo no sé qué contestarle.
- El nombre de mi abuela es Sora, creo que eso es lo más importante, ahora mismo ella piensa que tiene la edad en la que mi padre era joven, debido a que me parezco a él, pero puede que cuando me valla este en otra línea de tiempo, no conozco a Maguerite y nunca la he oído mencionar así que no puedo ayudarte mucho. Si ella hace algún comentario del pasado te recomiendo que uses una de estas tres frases “si, lo recuerdo, no lo recuerdo, podrías decirme que paso para refrescar mi memoria” y cambiar el tema por mi padre, a ella le encanta hablar de él, menciona eso y cambiara de inmediato el tema.
Finalmente el príncipe tuvo que retirarse y me quede con la reina madre quien me confundía con su antigua compañera. Paseamos por todo el castillo me mostro el comedor, la sala del trono, los baños, jardines, etc. Pero para el final dejo lo que considero más importante, subimos por una gran torre que se encontraba alrededor de un extenso jardín, al parecer era una habitación donde ella solía pasar el rato, aunque estaba en orden se miraba un poco polveada, había una cama mullida, varios cuadros, estantes, libros y flores. Ella me pidió que me sentara junto a una mesita de madera y trajo consigo una pequeña caja de porcelana.
- He querido darte esto desde que me dijiste el nombre de la niña – ella abrió la caja y dentro de ella había un collar con una delgada cadena y un medallón, de un lado tenía una flor y del otro un nombre grabado “Bellarose”.