Capítulo 56: tiempo
Cinco años pasaron, Hana y valentina decidieron retomar sus clases después de dos años de ausencia y al final todos logramos graduarnos de la academia con honores. Yo me convertí en el rey del reino de hielo, Nat y Sven se casaron y formaron su familia, quedando bajo mi cuidado en el reino.
Estaba en el jardín del castillo del reino de hielo buscando a mi pequeño, lo encontré observando el hielo donde Aqua y mi hermano se encontraban. A pesar de que mucho tiempo había pasado no encontrábamos la manera de traerlos de vuelta, pero constantemente me los imaginaba en aquel hermoso jardín tomados de la mano y sonriendo.
- Frederick, hijo. Tu madre no debe tardar, debemos esperarla en el castillo – no era difícil encontrarlo, su cabello rojo era único en el reino.
- Ya voy papa, solo estaba saludando al tío y a la tía antes de irme – a pesar de tan solo tener cuatro años era un niño muy listo y bien educado. Lo cargue en brazos y lo lleve conmigo al castillo.
Cuando llegamos al salón principal Aideen ya nos estaba esperando, su cabello había crecido y lo tenía atado en dos coletas caídas con varios broches dorados he incrustaciones de gemas, desde que se convirtió en la reina de fuego había adquirido la elegancia que ameritaba, usaba un hermoso abrigo de piel y un vestido rojo brillante.
- ¿puedo saber dónde estaban? Los he estado esperando, espero que no se distrajeran en una de esas peleas de nieve – pero su actitud no cambio, seguía siendo muy brusca al hablar y fácil de hacer enojar.
- ¡Mama! – Frederick salió corriendo a sus brazos y ella lo recibió felizmente, tenía ya casi un mes que no lo había visto.
- Como has crecido ¿te has portado bien? ¿estás listo para volver a casa? – mi hijo asintió felizmente.
- Veo que Connor no te acompaño esta vez y ¿dónde está Brigitia? Pensé que vendría contigo –
- Connor se quedó atendiendo asuntos reales en el castillo, además nuestro viaje es un tanto exclusivo, fue difícil convencer a Kali dejarme llevar a Frederick y Brigitia. Pero Brigitia no quiso venir, dijo “mama, papa y Fred pueden ir, yo me quedare a cuidar de la abuela, es importante para ustedes vallan sin demora” ¿de dónde saca tanto para decir? Puede que sea la mayor por tres minutos pero no se de quien ha heredado esa actitud.
- Definitivamente no de ti, pero puede que sea mi culpa, cuando está aquí no hacemos más que leer y contar historias. Frederick prefiere jugar y salir a saludar a los del reino.
- Son gemelos ¿Cómo pueden ser tan diferentes?- hice un gesto de incertidumbre.
- Son nuestros hijos, algo especial debían de tener -
Después de la muerte de Fred, Aideen y yo sostuvimos una relación durante dos años, pero con el tiempo descubrimos que eso no ayudaría a nuestra perdida y decidimos separarnos. Nos apoyamos tanto uno en el otro que fácilmente confundimos eso con amor y nos dejamos llevar, sin embargo eso no afecto nuestra relación actual y ella ahora está casada con Connor. Además de eso otra razón por la cual nos separamos fue la constante presión social, ninguno de los dos podía gobernar si manteníamos esa relación.
- Iré por mis cosas, te espero en el carruaje. Todavía debemos pasar por el reino de la vida para recoger a Hana.
Cuando por fin derrotamos a Dean, la diosa oscura pudo liberar las memorias de todos y aceptaron a Hana como la reencarnación de la diosa luminosa. Ahora ella era llamada “la santa dorada”. Aun que ese nombre no le gustaba, era mucho mejor ser considerada “la santa” a que la presionaran para tomar el lugar de reina, sin embargo, quien tenía esa posición era Leeroy que se convirtió en un joven justo y admirable.
Las cosas en Arcania habían cambiado, los noirs formaron parte de nuestra sociedad y cada vez había más mestizos. Aun así, en los reinos existía el conflicto de dejar entrar a quienes no fueran de la misma facción o que alguien que no fuera parte del reino gobernara. Nuestros hijos Frederick y Brigitia a pesar de ser llamados príncipes no eran candidatos a gobernar en el futuro ninguno de los reinos.
Estábamos en el carruaje rumbo al reino de la vida cuando decidí preguntar a Aideen por Valentina.
- ¿Tienes alguna noticia de Val? –
- Ella dijo que lo mejor era no acompañarnos, a pesar de que los elegidos restantes fuimos los únicos invitados a la isla, ella cree que es algo más íntimo y que nosotros como mejores amigos somos los que deberíamos ir; además ha estado muy ocupada tomando el puesto de reina, no es algo que ella quería pero ha tenido que hacerlo, las cosas no estaban marchando bien y sus hermanos se negaron a realizar algo.
- Es una mujer muy fuerte y determinada, alguien de admirar sin duda –
- Lo sé, creo que esa es la única fuerza en la que no competiré con ella – Aideen sonrió ligeramente.
Cuando llegamos al reino de la vida, Hana e Itzyana nos estaban esperando en la entrada. Itziyana vestía un vestido holgado de color lavanda, mientras Hana vestía uno color rosa esponjoso y lleno de encaje (esa era la vestimenta tradicional del reino de la vida, grande y extravagante, pero antes del viaje decidió cambiar su atuendo a un vestido mucho más sencillo del mismo color). Desde que ella regalo su cabello a Tsubasa aquel día había decidido no dejárselo crecer nuevamente así que usaba una melena dorada hasta los hombros y sobre de ella una tiara de plata. Ambas nos saludaron mientras bajamos del carruaje.