Arcanum: Otro Infinito

Capítulo 6

A lo largo de nuestra caminata, Eifion y Price iban colocándose al día de todo lo que había pasado después de la desaparición del ultimo. Al parecer tenían muchas cosas de que conversar, ya que el rubio ni siquiera sabía de qué Eifion ya no estaba con la chica tetona del bar.

Caminé en silencio detrás de ellos mientras comenzaba a sumirme en mis pensamientos, se notaba que ambos habían pasado por muchas cosas, su vida ha sido muy diferente a la mía, lo que no sabían es por todo lo que pasé para sobrevivir después de todo el caos que su raza causo.

Recuerdo que después de toda la catástrofe que habían causado en mi vecindario, después de ver a gente que yo conocía, muerta, aplastada por las ruinas de sus propias casas, me fui caminando por las calles que apenas reconocía en ese entonces. Ni siquiera sabía cómo había salido viva de entre todos los escombros, tan solo me había escondido debajo de un simple escritorio, sabía que aquella pieza de madera no resistiría demasiado, pero me había salvado la vida.

Vagué muchos días por las calles para buscar comida y poder tener energías, ahí fue cuando encontré un par de ratas corriendo entre las ruinas de los edificios, tenía tanta hambre que no me pude a abstener a atrapar una y rostizarla en una pequeña fogata que había formado. Esa rata me había dado un par de energías para seguir avanzando.

—¿Cierto Amira? —La voz de Eifion me sacó de mis pensamientos.

Miré a ambos que me estaban dirigiendo la mirada fijamente a mí, yo simplemente sonreí sin entender nada.

—Lo siento, no estaba escuchando, ¿Qué habías dicho?

—Le estaba contando a Price nuestra anécdota en la taberna en donde fuimos a comer y Cailin nos atendió—Habló el peliblanco con una gran sonrisa en su rostro

—Ah, sí. Estaba esa chica ahí y le hicimos creer que Eifion era mi pareja. —Respondí con una leve sonrisa.

Price río a lo que yo había respondido, no podía creer lo que había hecho con Eifion para que Camile o Cailan o como se llame la chica se creyera nuestra pequeña mentira. Yo solo me limitaba a sonreír y asentir a todo lo que él le contaba a su amigo.

Antes del anochecer llegamos a las fronteras de una ciudad completamente hermosa, mucho más hermosa de lo que era el reino en donde vivía Eifion, se podía ver como poco a poco iban saliendo las luciérnagas que iluminaban las calles de distintos colores; como un arcoíris, había muchas flores alrededor, ¿No se suponía que aun estábamos terminando el verano? Al parecer estas flores perduran todo el año, de todas maneras, los contrastes de los colores eran totalmente hermoso.

—Bienvenida a Vennel—Susurró Eifion en mi oído.

Price se despidió de nosotros en la frontera de la ciudad, ya que no podía entrar por el tema que había pasado hace año atrás y me prometió que buscaría a mi Madre mientras los ayudaba a ambos. Eso me dejo mucho más tranquila de lo que esperaba.

Eifion y yo nos fuimos a buscar algún lugar donde pasar la noche, ya habíamos perdido un día entero para poder practicar las demás cosas que él me tenía que enseñar, pero ahora que estamos en búsqueda de algún lugar para dormir, podre practicar lo que me había enseñado Price.

Encontramos una pequeña casa en donde arrendamos una habitación, al parecer pensaron que éramos pareja porque al entrar, había solamente una cama en todo el lugar. La anciana que nos atendió desapareció antes de poder protestar.

—Vamos a tener que hacer lo mismo que la noche pasada— Comenté sin mucho ánimo

Eifion ni siquiera se inmuto por lo que había dicho, se acercó a la cama y de un salto se acostó en esta.

—Yo tan solo quiero dormir, prefiero con la ropa puesta por si pasa algún problema. —Respondió indiferente

Un alivio recorrió mi ser al escuchar eso, me acosté al otro lado de donde él estaba. Pero no quería que ocurriera lo mismo de esta mañana, así que recurrí a las almohadas que había las puse entre nosotros, como una barrera protectora.

—Parece que no te gustó amanecer casi encima mío esta mañana— Y con ese último comentario me dio la espalda para poder dormir.

Yo me quedé perpleja ante tal información que había soltado, pensé que no se había dado cuenta de nuestra comprometedora posición en la mañana, pero el muy estúpido se había hecho el dormido.

¿Estaría bien golpearlo con las almohadas? o mejor aún, asfixiarlo para que nadie sepa que pasó entre los dos. Creo que era lo mínimo que se merecía, pero esta vez no lo haría.

Esperé a escuchar que la respiración de Eifion fuera más despacio, ahí supe que se había quedado completamente dormido, además de que roncaba como un cerdo.

Me senté en la cama para poder concentrarme bien, sin hacer ningún ruido comencé de nuevo a concentrarme e imaginar que las moléculas del fuego viajaban a través de mis venas, de mi sangre y que se iban acumulando una a una en mis manos. Chasquee los dedos y nuevamente... nada.

Comenzaba a creer que simplemente no tengo nada más que mi destreza peleando con cuchillos.

Practiqué varias veces ese mismo método hasta que no pude más, me rendí por completo y muy dentro de mí alma, me pedía disculpas por hacerlo.




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