*Narra _______*
Era un día tranquilo, Hermione y yo cortabamos plantas que nos servirían para hacer té. Este nuevo estilo de vida, me gustaba, todo era tranquilo y no había miedo por pensar que nos encontrarían en cualquier momento.
De día todo era casi perfecto, lo malo empezaba en la noche cuando no podía conciliar el sueño y pensaba en mi madre, Draco y muchas veces, en Cedric. Me era difícil tener un buen sueño o dormir sin las mejillas húmedas por haber llorado tanto.
Hermione me había ayudado a desarrollar mi habilidad de leer mentes, era bastante increíble, más porque descubrí que no necesitaba ningún hechizo para hacerlo, era natural, solo debía ver a la persona y pensar que quería leer su mente.
Había notado a Ron muy distante de sus amigos, así que decidí buscar la forma de ayudarlo. Entre a la casa de acampar y lo vi acostado. Escuchaba la radio donde nombraban a las personas desaparecidas. Al leer sus pensamientos vi que estaba preocupado por su familia y solo esperaba que no fueran nombrados en aquel aparato. Intente hablar con él pero estaba molesto y quería estar solo.
Salí con Harry y Hermione y escuché su platica. Al parecer Voldemort había entrado en la mente de Harry. Explico que buscaba algo con desesperación y que tenía que ver con Ollivander.
- ¿Que crees que sea? - le preguntó Hermione.
- No lo sé, pero lo busca con desesperación. Al parecer no se ha enterado de que estas desaparecida. - me miró.
- Probablemente Bellatrix y los demás sirvientes lo oculten, ¿Hasta cuándo? No lo sé. No les conviene decirlo, porque entonces él los torturaria por ser idiotas y dejarme ir teniendo tanta información sobre sus planes y que piensa hacer.
- ¿Sabes que planes tiene? - preguntó Hermione.
- Si, solo sé que está reuniendo un ejército más grande para poder atacar en caso de que haya una guerra. Sabe que la orden del fénix te protege y que probablemente todo hogwarts estará de tu lado.
- ¿Como sabe eso?
- Snape se lo dijo en la última reunión que tuvimos de mortifagos.
- ¿Snape?
- Si... es parte del ejército de Voldemort. Crei que lo sabían.
- No, lo único que sabíamos es que era parte de la orden. - respondió Hermione
- Ahora entiendo de dónde sacó tanta información... - agache la mirada. - Diría que no debí decir eso, pero es muy tarde... A esta altura ya estoy condenada a muerte por traición. - bromee.
- Tenemos que irnos ya... ¿Ya podemos viajar Hermione? - indicó Harry.
- No, Ron aún no puede.
- ¿Hasta cuándo? - preguntó molesto.
- Hago todo lo que puedo.
- ¡No haces lo suficiente! - miré el cuello de Harry.
- Harry quitátelo. - le ordené.
- ¿Que?
- Quitate el guardapelo ahora. - repetí y extendi mi mano para que me lo diera y así lo hizo.
- ¿Estas mejor? - le preguntó Hermione.
- Si...
Nos sentamos fuera de la casa y escuchamos a Ron subir el volumen de la radio.
- ¿Por qué escucha eso? ¿Está esperando buenas noticias?
- Más bien no espera malas noticias.
- Está preocupado por su familia. - dije mirando la entrada de la tienda. - Se entiende, yo también estoy preocupada por mamá.
- ¿Crees que Voldemort le vaya a hacer algo?
- No creo... Ella no tuvo la culpa, no estaba el día de la boda. Probablemente sólo a Draco y a los que llegaron a atacar.
- Es por eso que debemos irnos. - interfirió Harry. - Mientras más sigamos aquí, más fuerte se hará.
- ¿Y cómo viajamos entonces? - preguntó Hermione.
- Tendrá que ser a pie... - propuso él.
- Está bien... Pero yo diría que mejor mañana, estamos cansados y no llegaríamos muy lejos.
- _______ tiene razón, Harry, por lo menos sería esperar hoy.
- Además, si Corban ya avisó que estuvimos en el ministerio los mortifagos estarán más fuertes en su búsqueda.
- ¿Y qué podemos hacer?
- Creo que tengo algo que puede servir. - entré a la tienda y busqué mi bolsa. Salí nuevamente y saqué un pergamino. - Digamos que lo tomé prestado del despacho de Lucius Malfoy. Juro solemnemente que mis intenciones son malas y solo son para servir a mi señor. - coloque la varita al centro del pergamino. - Es como el mapa del merodeador solo que este te muestra cualquier lugar en donde estés. Lucius lo usaba para no ser descubierto en las misiones que le otorgaba Voldemort.
- Brillante. - exclamó Hermione.
Ron salió de la casa y el mapa empezó a vibrar.
- Es una señal de que alguien que está cerca. - apunte con la varita el nombre de Ron y dejó de vibrar. - Con ustedes no lo hizo porque les estoy mostrando como funciona.
- ¿Por qué no lo habías usado antes? - preguntó Ron.
- Olvidé que lo traía, hemos estado tan ocupados estos días que no he podido revisar bien mi bolso. Recién recordé que lo traía.
- Pero te avisó de Ron cuando estaba muy cerca. - dijo Hermione preocupada.
- Bueno, eso es por la casa, si por alguna razón logran pasar los hechizos de protección de afuera, hay uno en la casa. Lo más difícil es cuando hay algún hechizo de protección, el mapa no identifica a nadie solo cuando está cerca.
- ¿Y cuándo no hay hechizo? - preguntó Harry.
- Avisa cuando otra persona está a una hora de nosotros y nos va indicando el tiempo de cercanía y si esa persona decide acelerar el paso, vibra con más intensidad. Mañana temprano daré un recorrido antes de quitar la protección, solo para asegurarme de que no haya nadie.
- Te puedo prestar la capa de invisibilidad. - sugirió Harry.
- Gracias, me será muy útil. - le sonreí.
En la noche estaba junto a Ron escuchando la radio, salí para ver si no había alguien cerca en el mapa y me senté en una roca. El mapa empezó a vibrar de pronto y se escucharon pisadas fiera del hechizo protector. Miré el pergamino y aparecieron los nombres de Greyback y Scabior. Hermione se levantó y se acercó a ellos.
- Carroñeros... - susurre y también me acerqué.