Mi madre había curado sus heridas y de alguna le ayudó a recuperar la sangre que había perdido con un encantamiento. Ahora solo estaba inconsciente y tardaría un poco en despertar.
- Ahora si la torturó hasta casi matarla. - susurró mi mamá.
- No tenía que hacer eso, si tan solo me hubieran dejado protegerla...
- Si te hubiéramos dejado. - interrumpió mi madre a Lincy. - Ahora no estaríamos curando sus heridas, si no más bien arreglandola para su ataúd.
- Gracias por curarla. - miré a mi mamá sonriendo con levedad. Ella me guiñó un ojo.
- Tu quédate aquí hasta que despierte, le daré algo a Lincy para que calme sus nervios. Si despierta, avisanos. - salieron las dos dejándome solo con ella.
Me senté en una pequeña silla a lado de su cama y la admiré. Era tan hermosa...
- Mírate... - acomode un mechón de su cabello que cubría su rostro. - Todo esto es por mi culpa, no debí obligarte a hacer nada. - me acerqué a darle un beso corto en sus labios. - Este tiempo sin ti ha sido un tormento, meses enteros sin poder mirarte a los ojos. De verdad perdóname por ser tan idiota. - acaricie sus mejillas.
Su mano se levantó y tocó la mía que estaba pasada en su mejilla. Sus ojos se abrieron lentamente, dejando ver su hermoso color y sus pestañas largas.
- Draco... Draco. - se lanzó a abrazarme sentándose en mi regazo y correspondí. - ¿Dime de verdad eres tu? - me miró a los ojos.
- Si _______. - puse una mano en su cuello.
- ¿Pero que pasó? Yo solo me acuerdo que estaba en la casa de señor Lovegood con Harry, Hermione y Ron. ¿Como es que llegué aquí?
- Los carroñeros te trajeron...
- ¿Y dónde están los chicos? ¿Están bien? - preguntó preocupada.
- Tranquila, lograron escapar. Tu los ayudaste.
Me miró a los ojos y después apartó la vista, se levantó de la cama y caminó hacia la puerta.
- Gracias por ayudarme a que ellos escaparan. - dijo dándome la espalda.
- ¿Todo sigue igual con nosotros? - pregunté después de un largo rato de silencio.
- No. Creo que no quiero volver a repetir algo como aquella escena de celos y si ser tu novia implica alejarse de mi mejor amigo, entonces lo voy a escoger a él. - salió de la habitación cerrando de golpe la puerta detrás de ella.
*Narra _______*
No pude verlo a los ojos... No pude guardarme mis palabras... Probablemente ahora mi papá querría venganza y si se llega a enterar de que la escena que me hizo Draco fue la verdadera razón por la que me fui, se iría contra él y su familia y ellos ya sufrieron bastante.
- ¿Mamá? - bajé las escaleras hasta la cocina.
- Hija. - salió ella rápidamente y me abrazó. - No sabes cuanto me alegro que estés aquí, aunque no en esta situación.
- Lamento haberte preocupado mamá. Supongo que él está furioso. - me referí a Voldemort.
- Si... Pero ahora parece que le preocupa algo más...
- ¿Habrá una guerra verdad? - pregunté con un hilo de voz.
- Si las cosas no se dan como tu padre espera, todo indica que si.
- ¿Y tienen que pagar inocentes? Lo lamento mamá, pero si hay una guerra no me voy a unir a él.
- Me da mucho gusto escuchar eso. - me sonrió.
- Mejor cambiemos de tema, ¿dónde está Ney?
- Oh... Draco lo ha estado cuidando muy bien. - me respondió.
- ¿Draco? - pregunte confundida y ella asintió. - Seguro está en su habitación dormido, ve. - me dio un leve empujón.
De mala gana subi y al tocar la puerta Draco me abrió, dándome paso para entrar. Miré a Ney dormir en su cama y su jaula estaba en la mesa del centro. Me acerqué lentamente y acaricie al hurón ignorando totalmente la presencia de Draco.
- Mejor lo dejo dormir, está muy agusto aquí. - me dije a mi misma. - Gracias... por cuidar de él. - mire al chico y sonreí forzada.
*Narra Draco*
Después de agradecerme camino hasta la puerta y cuando la abrió empuje para que se cerrara.
- Tenemos que hablar. - dije y ella me miró confundida.
- Tu y yo no tenemos nada de que hablar. - escuche como la voz se le cortaba. Puse un hechizo para que la puerta no pudiera abrirse. - Déjame salir. - ordenó apretando la mandíbula.
- No, hasta que me escuches.
- Draco no quiero hablar, entiende que tu y... - la interrumpi besando sus labios.
Por un momento intentó empujarme pero después empezó a corresponder el beso. Puse las manos en su cintura y ella en mi pecho. Quise demostrarle lo mucho que la necesitaba y que la amaba a través del beso que se fue intensificando. Puse la mano en su cuello sabiendo lo mucho que eso la enloquecia.
- Draco... - gimio y volví a besarla.
Bajé los besos por sus cuello y escuché suspiros que salían de su boca. Sus ojos se cerraron y una sonrisa se formó en su rostro.
*Narra _______*
Había perdido el control ante el roce de sus labios tocando los míos, su mano en mi cuello hizo que me derritiera ante su tacto y las rodillas se me debilitaron.
- Draco... - suplique.
- ¿Que es lo que necesitas darling? - preguntó con la voz ronca provocando un escalofrío en mi cuerpo. No respondí. - No sabes cuanto te extrañé... - me abrazó.
- Draco lo siento... - me separé del abrazo y tomé a Ney en mis brazos.
- ¿Cómo que lo sientes?
- No podemos estar juntos. - intenté abrir la puerta. - No mientras esto continúe. - lo miré fijamente. Tomó mi mano juntando nuestros anillos y suspire. - No entiendes, ahora Voldemort va estar furioso conmigo, no dudes que también me hará lo mismo que Bellatrix y si ve que me estás defendiendo te hará daño a ti y no quiero eso.
- Sé que estás enojada por lo que pasó en la boda, lo lamento, es solo que no soporté como Fred te miraba...
- Lo que pasó ese día ya fue historia, ahora debemos concentrarnos en lo que está pasando ahorita.
- Promete me algo...
- ¿Que cosa Draco?
- Que ante cualquier cosa que suceda, los dos vamos a sobrevivir. - caminó hasta uno de los cajones del mueble cerca de la ventana. - Aún tengo que cumplir algo que te he venido diciendo desde hace unos meses. - tomó algo en sus manos y se acercó nuevamente a mi. - Y es que aceptes convertirte en la señora Malfoy. - se puso de rodillas ante mi y mostró una pequeña caja aterciopelada la cual abrió mostrando un bello anillo. - ¿Aceptas?