_Sus ojos. Sus hermosos ojos color avellana son tan preciosos y tranquilos a la vez. Nuestra pausa duro alrededor de dos o quizá tres minutos. Nadie hacía nada solo nos miramos el uno al otro, la larga pausa finalizo con mi reacción. No supe que hacer en ese momento así que con un rápido movimiento me aparté lo más que pude de ella hacia atrás del todo, (el callejón no era muy largo) me cubrí lo mejor que pude con mis alas dejando una abertura para vigilara. Ella no hacía más que estar allí parada mirándome con la boca entreabierta y la mano derecha en el pecho. Después de un rato ella reacciono parpadeando un par de veces. Preocupada dijo si me había lastimado e incluso trató de disculparse por haberme asustado, que estúpida preguntándome eso. Y entonces fue la primera en hablar.
-¿E-estas herido, puedo ayudar en algo? S-soy buena tratando heridas.
No dije nada. Solo la mire esperando alguna otra reacción.
-V-veo que se te han caído las compras ¿Quieres qué te ayude? Yo no tengo ningún tipo de problema. Ademas tengo otra bolsa de repuesto.
Por alguna razón me sentía tranquilo, relajado ¿Por qué será eso? Su voz es muy dulce y me es familiar.
-S-si... si me gustaría. -dije esto mientras relajaba los músculos de las alas bajándolas poco a poco.
-Me alegro.
Me aparté a un lado para dejar que pasara. Esto sin bajar la guardia, ella al llegar a las bolsas rotas se agachó poniendo sus manos en las rodillas. (ya había dejado sus bolsas más atrás) Examinó los artículos con sumo cuidado para ver cuáles tenían salvación y cuáles no, mientas lo hacia. Pude examinarla con mas detalle, su vestimenta por ejemplo; llevaba una falda blanca con medias negras largas que le llegaban a los muslos, una chaqueta de color beige y una camiseta oscura. Pero lo más hermoso de todo su ser es ese color de cabello marrón avellana claro, este le llegaba hasta la cintura. Sin darme cuenta ya había bajado la guardia por completo. Al cabo de un rato ella se levantó.
-¿Tienes más espacio en tu bolsa? Pude recuperar algunas cosas. Claro, no estarán llenas pero servirán ¿no?
-Si, tengo más espacio -dije esto abriendo mi otra bolsa.
-Ten, otra bolsa extra por si se te hace otro agujero, siempre traigo una de repuesto. Ya sabes, por si acaso.
Tome mi bolsa y la junté con la que me había dado. Con su ayuda me levante y le dí las gracias, ya saben. Por educación, hubo un incómodo silencio entre nosotros. Ella lo rompió diciendo.
-¿Qué harás de cenar? Ya que llevas los mismos ingredientes que yo.
Respondí que haría un espagueti. Respondió si la haré bien debido a que casi todos ingredientes estaban medio vacíos, con mi rostro un poco molesto y la mirada cabizbajo dije que me las arreglaría yo solo. Dí medía vuelta y camine hasta la entrada del callejón e hice un gran salto para orientarme, pude ver varios edificios pero nada referente a dónde vivía. No conocía para nada la zona, al aterrizar la chica ya estaba atrás de mi (¡que rápida!) sorprendida me comenta "¿cómo hiciste eso?" le respondí que tenía fuertes piernas, como era de esperarse no me creyó.
-¿Que estás buscando?
-La calle dónde vivo. No conozco esta zona.
-¿No conoces esta zona, pues en dónde vives?
Tuve miedo al decirle porque pienso que buscaría más gente para causar problemas.
-Vivo cerca del Boulevard Handsock, en la calle trece.
-Mmmmn... ¡oh yo sé dónde está! ¿Si quieres te puedo guiar?
¡¿Por qué le dije? No quería hacerlo?! Después de eso me dijo su nombre, Kate. Que lindo nombre, luego me preguntó el mio y por cortesía lo dije, soltó una carcajada y dijo que era extraño.
-¡Mi nombre no es extraño. Es único!
-Si si. Lo que tu digas.
De inmediato se sonrojó.
-¿O-oye puedo preguntarte algo?
La mire con un poco de indiferencia, la verdad no quería responder nada. Fácilmente pude decirle que no.
-Como te voy a guiar hasta tu casa. Me preguntaba si... Bueno es que mis padres salieron por negocios, mi hermano en un viaje escolar y no estarán en casa por un tiempo así que yo... no lo se ¿podría quedarme hoy en tu casa?
-Claro que no.
-¡¿Por que? Vamos no seas así, sera divertido! Yo podría hacerte la cena. Soy muy buena cocinando jeje.
-No me interesa... ¿enserio?
-¡Claro que sí. Yo cocino todos los días en mi casa!... además no creo que te salga muy bien ese espagueti.
-(¡Me descubrió!) Argh está bien. Te dejare quedarte solo por esta noche. Pero no molestes.
-¡Claro no estorbare, lo prometo!
Después de eso ella saltaba y corría de alegría ¡si solo es la casa de un extraño que acabas de conocer hace treinta minutos y probablemente te secuestre o algo peor!
-Pero queda muy lejos ¿como vamos a llegar tan rápido? Y ya está anocheciendo. -dijo ella.
Luego me miro.
-¿Por qué no usamos tus alas? Llegaremos más rápido.
Demonios olvidé que las tenía afuera. Dije que no. No tengo suficiente fuerza para llevar a alguien más, aunque no lo e intentado. Afirmo que no pesaba mucho. Me dio sus bolsas y subió a mi espalda. Se sentía extraño, nunca me habían tocado las alas excepto mi madre pues mi padre no le gustaba, decía que son muy sensibles... pues tenía razón, al tocarlas se sentía raro. Daba cosquillas y escalofríos, es una sensación nada agradable, le dije que se sujetara fuerte. Tenía razón no pesaba mucho. De hecho, todo lo contrario. Di unos cuantos pasos hacia atrás del callejón (para tomar impulso). Luego corrí recto para al final dar un gran salto. Me mantuve unos segundos suspendido intentando estabilizarme pero Kate tenía mis alas fuertemente apretadas. Me era difícil moverlas. Le grité que las soltara y me tomara por el cuello, de lo contrario podríamos caer. Obedeció mi orden y al fin nos pudimos estabilizar. Le dije a Kate que abriera los ojos y me guiara, obedeció nuevamente, quedo fascinada por aquel hermoso paisaje, según ella nunca había volado "¿Por donde es?" pregunté. Ella empezó a señalar por el lugar dónde tenía que ir y, aunque ella estaba hablando supuestamente conmigo. No le presté atención alguna.
Editado: 06.01.2024