-No... No por... favor ya basta... Duele. Me duele.
-¿¡Te duele, ¿Enserio. Y por qué dejaste que nuestros padres se fueran, por qué no los detuviste, por qué no hiciste algo? Por tu culpa ya no están, pero eso no te dolió ¿verdad!?
-Eso no... Es ciert-
-¡Cállate. Excusas, puras excusas y ¿Sabes qué? Te seguiré "disciplinando" hasta que me confieses todo y te disculpes por lo que hiciste!
-Por favor... Alguien... Quien sea...
-Hey ¿sigues allí arriba? Sabes es el único baño, ya pasaste mucho tiempo. ¿Te sientes bien?
Aquellas palabras me sacaron de aquel trance de viejos y... Desagradables recuerdos.
-S-si, enseguida bajo, solo me estoy refrescando un poco.
No recibí respuesta alguna. Me estiré y salí del baño con mi mochila en la mano y cambiada con la ropa de dormir. Iba a bajar hasta la planta baja. Cuando escuche un áspero chirrido que paraba en seco, al darme la vuelta no había notado bien el largo y ancho pasillo dónde finalizaba con una ventana. Allí habían dos puertas; a la derecha estaba una puerta marrón dónde podía verse un haz de luz saliendo por abajo de la rendija. Estaba cerrada pero pienso. (ademas de que no pudo ocasionar aquél chirrido) es de mi compañero. Al frente estaba una puerta parecida a la anterior, solo que estaba mas cuidada, parecía nueva. Está fue la que se había abierto. Estaba muy oscuro y era difícil ver su interior, por lo que me picaba mas la curiosidad y proseguí a acercarme un poco. Mientras me acercaba se podía sentir el aire cada vez mas pesado y frio por lo que me costaba acercarme. Sentía miedo y tristeza sin saber el por qué. Solo me habían llegado aquellos sentimientos, cuando llegue a la puerta al punto de tocar la perilla, (a pesar de estar muy cerca de la entrada, no podía ni siquiera ver su interior) la voz de mi compañero que provenía de la planta baja me hicieron reaccionar y retroceder apartando de golpe la mano de la perilla. Como si me la hubiese quemado, no cerré la puerta. Solo retrocedí lentamente hasta llegar a las escaleras, sin apartar la mirada de la enigmática puerta. Ya al bajar estaba Cross sentado en el sofá con un aspecto decaído y una triste expresión en su rostro.
-Hey ¿que ocurre, te cayo mal la comida?
-No, no es eso. Son solo problemas de un extraño. Dudo mucho que te
interesen.
-Si me invitaste a comer. . .
-No lo hice.
-Y me invitaste a tu hogar. . .
-Tampoco lo hice.
-¡DA IGUAL! Lo importante es que ya nos conocemos, no mucho pero al menos somo conocidos ¿No?
-Eso Creo. . .
-¡Ves! Ahora dime ¿que te ocurre?
-Bien pues. . . Casi todo mi dinero se fue en esas pocas cosa. Lo que me queda es casi nada.
-¿Y por qué no trabajas?
-Bueno... no tengo muchas habilidades que puedan destacar en un ambiente social, mis padres no me enseñaron muchas cosas. Excepto por mis enseñanzas en casa. Ademas, no me agrada la gente, ¿sabes? Me hubiera gustado que...
Dicho esto. Cruzó sus manos. bajo la cabeza y de pronto el ambiente se empezó a invadir del sentimiento de tristeza y soledad.
-Todo fuera igual que antes sabes, igual que cuando mis padres estaban conmigo.
-Bueno. La verdad no sé que decir, -decía mientras me sentaba junto a Cross- mis padres no fueron exactamente los mejores sabes, quizá no entienda por lo que estas pasando o quizá no sienta tu dolor. No soy buena con este tipo de consuelo pero... Sabes. Siempre soy optimista, a pesar de todo. Me duela o este completamente sola, yo sonrió. Eso me lo dijo una vez mi madre. Así que si no tienes dinero, de alguna forma podrás conseguirlo ¿no?
En ese momento Cross volteo y me miro con una sincera sonrisa. No de esas sonrisas donde muestras los dientes. No, sino una donde solo mostrabas la sonrisa con los labios haciendo un gesto de felicidad con los ojos cerrados, llena de confianza y alivio. Luego no tuve mas palabras para decirle y solo le devolví la misma sonrisa, le acaricie la cabeza desordenando su cabello, (mas de lo que estaba) me dirigí a la cocina, tome un vaso con agua y me aproxime a la mesa. Me senté por una de las cabezas de la mesa y quede pensativa, solo tenia la mirada perdida en la nada, pensando aun con el vaso en la mano derecha. ¿Que hubiera pasado si él me adoptaba? Esa pregunta me rebota en la cabeza una y otra y otra vez, me era muy difícil quitármela de la cabeza, como un gusano o una canción pegajosa que no se te quitan, y aun mas cuando estoy en esta casa. La verdad no sé por qué me negué, honestamente pasaba por un mal momento, uno muy malo. Pero ¿qué me habrá hecho decirle que no? Mientras pensaba en aquella pregunta, escuche la voz de Cross llamándome desde la sala y solo me levante de la silla, sabia que tarde o temprano me llamaría, pero pensé que yo reaccionaria de diferente modo. Pensé que menearía la cabeza suavemente de un lado a otro de modo que vendría en mi, pero no fue así, solo escuche el llamado y me levante con toda normalidad como si esa pregunta no existiera y solo estuviera tranquila tomando agua. Me dirigí a la sala donde Cross me esperaba al lado del sofá convertido en una cama acomodada con una manta y una almohada, con una mirada de felicidad. Como si le hubiera arreglado la cama a su hermanita.
-¿Y todo esto es... para mi? -lo dije como si tuviera un nudo en la garganta.
-Pues claro ¿y donde crees que ibas a dormir?
-Bueno... yo... jeje gracias (Creo que me sonrojé)
Editado: 06.01.2024