Aria y la Melodìa de las islas.

Capitulo 06. Re-encuentro.

_Tenía la vista nublada y el cuerpo muy adolorido. Me era muy difícil levantarme por lo que solo me apoyaba en mi pierna derecha, Solarys con la mano aun sujetando su muñeca emanaba una fuerte ira en mi dirección que con solo verlo quedaba claro cuál es su objetivo, con una gruesa y lenta voz dijo

-¡¡¡Tu... maldito mocoso, co-mo te atreves a romperme la muñe-ca... Pagaras por esto NHGAHHHH!!!

Gritó fuertemente apuntando al cielo, pareciendo que el mismo compartiera su furia. Tornándose gris y formándose grandes nubes que cubrían por completo aquel cielo azul. Enseguida soltó su llanto sobre nosotros. Volvió a verme y con una fuerte pero rápida voz dijo moviendo la cabeza velozmente.

-¿¡¡¡Crees que puedes romperle la muñeca a un prestigioso miembro de la familia Van Heist y salirte con la tuya sin recibir el más apropiado castigo? Te mostraré un infierno!!!

Dejo de tomarse la muñeca, estiro su brazo hacia un lado abriendo la mano y a los segundos empezó a emanar una energía de color rojiza asemejándose a una larga vara que poco a poco empezó a tomar forma ¡se había convertido en una espada! ¿Cómo es eso posible? Solo abrió su mano y una espada se formó de la nada, la tomo junto a una macabra sonrisa que me hizo helar la sangre, solo fue unos cuantos segundos cuando su silueta desapareció y re-aparecio frente a mí. Recibiendo un fuerte puñetazo en el estomago ¿No se supone que le rompí la muñeca. Como hizo para golpearme? Quedando estático para luego recibir uno más en la cabeza impactando en el suelo y rompiéndolo, tomo mi boca con su mano y dándome un fuerte cabezazo para al final lanzándome hacia la entrada de la puerta estrellándome no con el marco de la misma sino con la pared que estaba al lado. El impacto no me hizo atravesar el muro, solo paré en seco cayéndome todos esos escombros. Mi adolorido cuerpo quedo debajo de todos esos trozos de piedra y madera del techo, nunca había sentido antes este tipo de dolor. Ya mi cuerpo no podía mas, con lo que me sobraba de fuerza abrí los ojos no solo para ver a Solarys, sino también para chequearme un momento. Toqué alguno que otro lugar donde me dolía, mi frente junto a mi labio están sangrando. Concentre mi miraba en Solarys que se acercaba hacía mí, tenía un ojo lastimado así que mi sentido de la profundidad estaba inhabilitado. Por lo que no supe con exactitud a qué distancia estaba, al llegar pensé que entraría a la casa, no fue así. Escarbo en los escombros y tomándome por el cuello me levanto, con una mirada molesta dijo.

-¡No me llevare nada hasta verte agonizando de dolor justo en frente de mi hasta que mueras!

Luego inserto la espada en una de mis alas y antes de que pudiera soltar un solo grito apretó mi cuello con tanta fuerza que me lastimo la garganta y junto al grito de dolor solo lo empeoro. No podía si quiera hablar, me había quitado la voz casi por completo. Tome rápidamente la oportunidad de ver su brazo con el cuál me estaba tomando por el cuello que es el mismo que le había roto, tenía pequeñas grietas alrededor de su herida donde se lograba ver algo parecido al fuego y estaba palpitando, me lanzó hacía atrás impactando otra vez con el suelo. Se acerco parándose encima de mí y dando una frenética patada hacía el hueso de mi ala. Trate de gritar pero solo empeoraba la situación de mi garganta, solo exhale un poco, luego de unas patadas hacia el pecho me tomo por el brazo, con todo el dolor que sentía se me hacia casi imposible moverme o reaccionar bien, parecía un muñeco de trapo al alzarme por el antebrazo.

-¿Qué se supone que esto, una broma? Esperaba más del hijo del maestro Devon. Qué desperdicio darte la vida ¿Qué se supone que le pasó por la cabeza cuando quiso tener un hijo así? Levántate y hazle honor al maestro Devon peleando.

Sus palabras resonaron en todo mí ser. Me dolía todo el cuerpo, mi ala está rota, mi visión no me ayuda, dudo que puedo emitir un leve sonido y sentía que iba a morir. Pero, quería hacer todo lo posible para poder cumplir lo que Solarys dijo. Me sentía patético, admiraba a mi padre por lo amable y valiente que era, pero en cambio solo he sido debil y cobarde ¡quiero hacerle frente al apellido Grileth! Solarys soltó mi brazo haciéndome caer, traté de levantarme apoyándome en mi rodilla y poniendo los brazos arriba y dar un mísero golpe. Pero al hacerlo caí de rodillas, llorando con mi borrosa visión, viendo el suelo marrón y mis lagrimas cayendo. Solarys tomo mi barbilla, la levanto suavemente y diciendo las únicas palabras que probablemente serían las ultimas que escucharía antes de dar mi ultimo respiro de vida.

-Me das lastima ¿Sabes? Yo una vez fui como tú en un tiempo atrás... Terminaré con esto rápido, que Aria se apiade de tu alma y encuentres felicidad en el canto de los dioses.

Esas palabras me hicieron llorar aun mas. Solarys me acostó en el suelo y se arrodillo cerca de mi pecho.

-No... Quie-ro mo-rir.

Ignorando mis casi inaudibles palabras solo prosiguió, atravesó mi brazo con su espada y aunque dolió mi cerebro no pudo responder bien y solo exhale un poco.

-Sin... Ver a...

Puso su mano en mi corazón e inmediatamente sentía una presión tan inmensa que creía el corazón me iba a estallar. Y Solarys estaba diciendo algo pero no podía escuchar, sintiendo como mis últimas fuerzas abandonaban mi cuerpo. Las lágrimas desbordaban de mis ojos tal cantaros, recordando lo que siempre dicen las personas sobre ver tu vida pasar ente tus ojos al morir. Aunque yo no diría toda tu vida, yo solo pude recordar unas pocas cenas, pequeños momentos con mis padre y... aquel  momento donde por mucho tiempo pude disfrute una noche con una gran persona. Mi único deseo es volver a hablarle, no importa que sea lo último que haga, de la nada mi corazón dejó de palpitar por un momento. Lo que observe a continuación fue que del cuello de Solarys se veía un objeto que no pude identificar. Mi visión hacía ver todo tan borroso pero estoy seguro de que algo goteaba, Solarys empezó a caer hacia mi lado derecho y una voz empezó a llamarme desesperadamente, aunque solo escuchaba todo como si fueran golpes en mi cabeza que poco a poco disminuía, al oírla sentía paz y todo dolor empezaba a desaparecer.



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En el texto hay: fantasia, alquimia, fantasia comedia y mas

Editado: 06.01.2024

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