Mucho calor.
Acababa de llegar a New York. Es un gusto volver a pisar esta ciudad, la última vez que vine, recuerdo que fue con mi hermana. Vinimos para ver el concurso de baile que realizan todos los años. Hoy, no vengo a verlos, vengo a enfrentarlos, seré parte de ese concurso que tanto he soñado. Soy un apasionado el baile, en realidad, bailo desde que tenía doce años, hoy tengo veintidos, podría decir que llevo diez años bailando, en realidad, en muchos concursos, pero este es el mas grande e importante para mi. Mi objetivo principal es ganar el baile para recibir los cinco mil dolares y poder seguir mis estudios en San Francisco, la universidad me espera, voy a terminar mi carrera si o si.
New York es hermoso. A donde quieras que mires se observan elegantes edificios. Mucha gente, mucho rudio, mucho movimiento, para mi, eso no es problema, me gusta sentirme rodeado de gente. Las casas estan rodeadas de arboles, se hacen ver mas elegantes, pistas en perfecto estado.
Cuando llegué a una esquina, con mi maleta en mano, observé el famoso taxi amarillo que se suele ver en esa ciudad, Alcé la mano haciendo señas de alto. El taxi se detuvo. Mire desde la venta y pregunte al chofer con mucha educacion.
_¡Buenas tardes!, ¿conoce usted algún departamento cerca donde alojarse?.
El chofer puso su mano sobre su boca como haciendo recuerdo de algo. Giro su mirada y me respondio:
_conozco uno muy cerca, esta a pocos metros de la casa del baile.
Pues subí de inmediato, la casa del baile es donde realizan los concursos todos los años, y a pocos metros habia un departamento donde alojarme, me senti despreocupado y muy tranquilo.
El chofer encendio su radio a alto volumen y me pregunto si me sentia comodo. En realidad puso rock antiguo.
_¡no hay problema! - le dije, en realidad, no me importaba mucho. Yo viajaba con la vista hacia afuera mirando las calles.
Cinco minutos despues.
El taxi se detuvo.
_¡llegamos joven! - oí. El chofer doblo su mirada hacia atras del asiento para darme el aviso.
Cogí mi maleta y empecé a bajar del taxi.
_¿cuánto es por el viaje? - le pregunte, mientras el chofer limpiaba su ventana con una franela. Parece que no me escuchó, la radio seguía a todo volumen.
_¿cuánto es por el viaje? - volví a cuestionar en tono mas alto.
El chofer fijo su mirada en mi.
_¡ah, disculpa! ... no lo habia escuchado, son dies dolares.
Saqué el billete y se lo entregue. Antes de que el chofer arrancara el taxi, le pregunte si era buen lugar alojarse aquí. Noté una sonrisa muy apenada.
_este departamento solo tiene tres habitaciones - me dijo - creí que sería lo mas comodo para ti. A parte, cobran muy barato y sus cuartos son muy limpios y grandecitos.
Me di cuenta que el chofer me estaba mirando con pena.
_¡suerte! - me dijo mientras arrancaba el taxi.
Abrí la reja del depa. En si, parece mas una casa. Entre y toqué el timbre. Mientras esperaba la salida de alguien, observé todo alrededor. A los costados habian mas casas, todas con rejas. Frente a las veredas, plantados varios arboles gigantes que daban sombra al inmenso calor. Me empezó a gustar el lugar. El viento soplaba suavemente generando ruidos en las hojas de los arboles, consecuencia de ello, llovían unas cuantas hojitas al piso. Maravilloso.
De pronto, salió un señor.
_¡buenas tardes! - saludo. Era un barbudo, vestía con ropa vieja, pareciera que estuvise arreglando algunas cosas.
_¡hola! - dije. Tenia algo de nervios, el señor mostraba serio y muy rapido al hablar. - vengo por una habitación, ¿habra una desocupada?
_claro que si. - dijo, empezo a tocarse la cabeza y su seriedad se comviertio en un rostro con poco de vergüenza..
se hizo un largo silencio.
Alcé las cejas como diciendole ¿entonces...que?
Sonrió. Se le fue la seriedad.
_¡a ver muchacho! - reaccionó. - esta casa solo tiene tres habitaciones, pero, son muy ...
_limpias y grandecitas .... - interrumpí. Me acorde lo que el señor del taxi me habia informado.
Se sorprendio. Me miro como preguntandome ¿como sabes?-
_en realidad - seguí diciendole - un señor me recomendo este depa.
_¿fue un taxista?
_si.
_¡vaya! ... era de suponerse. - dijo, al parecer habia descubierto algo. - ¡vamos, pasa! -
Cuando entre, observe que era el primero en alojarse a esa casa. Las tres habitaciones se enumeraban: 75, 76 y 77. Preferí alojarme en medio, en la 76.
_¡esta es tu llave! - me la dio.
_¡espero tener vecinos pronto! - le dije riendo.
_¡tendras que rezar mucho! - me respondio siguiédome el chiste.