Ariel despertó un poco adolorido, observó que ya no estaba arriba de la muralla. Ahora estaba en una celda. Un cuatto con una celda. Observó a un hombre descanzando en una silla. Parecía estar mas dormido que despierto, así que aprovechó eso para tratar de escapar.
Observó que las barras de la celda estaban en mal estado. Intentó cortarlas con su espada, pero no logró nada.
No era tan flaco como para pasarla, y no obervaba un espacio arriba por el que pudiera salir. Estaba encerrado.
Pero no recuerda que hizo mal, tal vez haber dormido arriba de una muralla, o el hecho de no haber dormido.
Ariel abrió sus ojos completamente. No recordaba haber dormido en la noche, no recordaba lo que había sucedido. Todo era un mar lleno de confusión.
El guardia parecía inmovil por lo dormido que estaba. Ariel se sentó en el suelo, intentando recordar algo, pero era imposible.
No sabía el paradero de sus amigos,pero sabía que estaban bien. Algo en su ser lo sabia.
La puerta del cuarto se abrió rapidamente. Un hombre con la cara cubierta por vendas entró.
–ese es el chico?–dijo el hombre voltando a ver a Ariel.
El rostro de el hombre estaba cubierto, pero las vendas tenían espacios para ver, lo que le dejaba ver a Ariel esos ojos de asesino que tenía ese tipo.
Ariel estaba horrorizado. Ese tipo le daba mas miedo que los monstruos del bosque. Algo en ese tipo aparte de sus ojos te hacía morir de miedo. Podían ser las vendas que cubrían toda su cara, o esa gran guadaña que cargaba detrás de el. No se sabía.
El guardia despertó rapidamente y acintió. El tipo se acercó a la celda, y con unas llaves empezó a abrir la puerta.
–Mirel estará maravillado de verte–dijo el tipo mientras abría la puerta.
Ariel no podía responder nada, el miedo que le causaba ese tipo era grande.
Ariel se negaba a salir, pero no era tan fuerte como el tipo, así que el lo agarró del brazo y se lo llevó.
Ariel intentaba soltarse, pero no lo logró.
El tipo salió junto con Ariel fuera de ese pequeño cuarto. Donde Ariel pudo observar que estaba dentro del pueblo que había visto cuando estaba arriba de las murallas.
Ariel observaba a la poca gente que se podía ver. Sus caras estaban llenas de tristeza, muchos tenían miedo. Ariel no solo podía ver que tenían miedo, también lo sentía en el ambiente.
El tipo no parrcía querer hacerle daño. Mas bien lo llevaba a algún lado, eso es lo que intrigaba mas a Ariel.
–a Mirel le encantarán sus nuevos amigos– dijo el tipo mientras soltaba una pequela risa.
Ariel empezaba a asustarse mucho más. No sabía quién era ese tal Mirel, y no tenía ganas de conocerlo.
El tipo llegó a una gran casa al centro del pueblo junto con Ariel. Tocó la puerta y mientras esperaba a que le abrieran se aflojó las vendas de las manos, es ahí donde Ariel pudo observar lo que ocultaba dentro de las vendas.
La puerta se abrió dejando ver a una señora un poco vieja en su interior con una gran sonrisa.
–asegurate de que los dos estén listos para la llegada de Mirel– dijo el tipo dejando a Ariel dentro de la gran casa.
La señora asintió y cerró la puerta. La casa era grande y bella comparada con el departamento donde vivía Ariel.
–tal vez quieras ver a las demás personas– dijo la señora agarrando a Ariel de la mano.
Mientras lo llevaba a un pequeño cuarto de la casa no soltaba la sonrisa de su cara, lo que la hacía ver como una loca. Ariel sintió que la mano de la señora era demasiado fria, eso le pareció un poco raro.
–los dejaré para que puedan hablar y después lo harás con los demás– dijo la señora entrando al cuarto con Ariel.
Ariel observó que en el cuarto estaba Drake, observando a una ventana que daba al exterior.
– ¡Drake!– dijo Ariel mientras iba a abrazarlo.
Drake volteó a ver a Ariel para luego ir a abrazarlo rapidamente.
Ariel lo abrazó con todas sus fuerzas, parecía que núnca lo iba a soltar. Drake le acarició la cabeza, estaba feliz de verlo.
–donde están Sergio e Iker– dijo Ariel rapidamente.
–están arriba– dijo Drake.
Ariel rapidamente fué al segundo piso. La señora de la sonrisa trató de decirle que no fuera rapido, pero Ariel no hizo caso.
Subió rapidamente y cuando observó a Sergio e Iker los abrazó rapidamente.
Sergio lo abrazó fuertemente, Iker odiaba los abrazos, pero este era una excepción.
–pensabamos que te habían llevado con Mirel– dijo Sergio.
Ariel dejó de abrazarlos, tenía una pequeña sonrisa, estaba alegre de verlos.
–claro que no, pasé la noche en una celda– dijo Ariel.
–pasaste todos los cinco días en una celda?– dijo Iker.
Ariel quedó confuso.
–cinco días?–
–hace 5 días que estamos secuestrados en esta casa–. Dijo Iker.
Ariel no entendía lo que pasaba, necesitaba que le explicaran muchas cosas.
............
Ariel había pasado un largo rato pensando en todo lo que le habían dicho.
Ariel se recostó en la mesa. Quería entender completamente lo que estaba pasando.
La noche ya había caido. La señora estaba sirviendo la comida. En el transcurso de la tarde habían aparecido muchas mas personas que custodiaban la casa y no paraban de observarlos, esa era la razón por la que no escapaban.
Drake y Sergio se sentaron en la mesa. Tenían la misma cara que Iker. Estaban preocupados.
–donde esta Aiden?– dijo Drake.
Ariel se acordó de Aiden. En toda la tarde no lo había visto, nisiquiera se había acordado que el estaba en la misión junto con ellos.
–iré a verlo– dijo Iker mientras se levantaba de la silla.
Fué al segundo piso y se acercó a una habitación.
Cuando entró a la habitación cerró la puerta rapidamente y le puso seguro.
Iker agarró una daga y la lanzó al techo.
–lanza la escalera para que pueda subir–. Dijo Iker.