“En la serenidad de la calma, los reyes encuentran la fortaleza para gobernar con sabiduría.” Un dicho que ha pasado de generación en generación, pero que había sido olvidado en el recinto. La desesperación se apoderaba de todos los presentes, como una llama oscura que los consumía.
— Fry, tienes razón en algunos puntos, la desconfianza entre los reinos ha llegado al límite. Lo mejor es someterse al detector de magia — Expresó Lerion, sosteniendo la mirada de todos como un cazador a su presa.
— Lerion, deberías dar el ejemplo y empezar tú primero — comentó Elis, mientras ordenaba traer el objeto.
El artefacto fue traído y con eso llegaría la esperanza para los reinos. Era lo que todos deseaban en el fondo de sus corazones. La mirada de Lerion hacia el artefacto era amenazadora, quizás un poco nerviosa, pero como él había iniciado esto de alguna forma necesitaba reconstruir la confianza de los reinos.
El pequeño artefacto de magia era un sensor de piedra de "Montedragón", la más fuerte de este continente. Era especial porque atraía la magia de su alrededor. Además de ser difícil de extraer, se necesitaban magos y guerreros fuertes para llevar a cabo esta operación. No se extraía más de mil kilogramos al año. Esta roca extraña crecía en los bosques de Herion, el mismo reino cuyo rey, Patz Herion, había fallecido.
Parece que nadie en la cámara quiere nombrar nada relacionado con Herion, a pesar de que su arbiter y director de defensa se encuentran ahí, su silencio parece comprometedor hasta tenebroso. ¿Acaso había sido una traición de su propio reino?
Mientras el arbiter de Herion, Frederick Costume , revisaba incisivamente las prendas del rey, todos mirando fijamente esperando el resultado. Unos cuantos segundos después de que haya terminado, no se le encontró nada, absolutamente nada.
— Magnífico — Replicó Lerion —, ¿Quién será el siguiente? — mientras posaba su mirada a Elis.
Está bien, iré yo, ¡malditos cobardes! — Con una mirada narcisista observaba los destellos de luz que provocaba el artefacto, mientras pasaba por sus finas prendas de algodón. Al finalizar el resultado fue negativo, también.
Esto fue mejorando el ánimo en el lugar, mientras cada rey pasaba las pruebas con fervorosidad. Unos minutos después, los resultados de todos los sobrevivientes fueron negativos. A medida que las dudas se disipaban lentamente, los directores de defensa encontraron el cadáver de uno de los mozos. Las pruebas realizadas confirmaron que había sido un asesinato instantáneo y limpio. En esos momentos todos voltearon y las sospechas se hicieron mucho más fáciles, el primer sospechoso en esta sala sería el reino de tártaros. Mientras enunciaban los demás signos encontrados, se reveló que fue atacado con un arma corta muy puntiaguda como un fino alfiler en un punto crítico del cuello.
Los únicos con el arte de la esgrima arcana eran los habitantes del reino de Herion, “el bello arte de la esgrima arcana”, cada paso era una estocada a algún punto crítico del cuerpo. Este podía dejarte inmovilizado o dejarte en los abrazos de la muerte. Era un arte por la forma que atacaba a su rival, como si lo envolviera en una tormentosa pista de música mientras te complementas en el compás, al ser ágiles buscan armas mucho más afiladas y cortas.
Esta noticia generó un silencio tenso. Algunos presentes mostraban sorpresa, mientras que otros reflejaban sospecha.
— Esto es muy interesante. Y pensar que podría ser alguno de nosotros nuevamente. Todos los caminos nos llevan al mismo lugar — habló Fry en tono reflexivo.
— Podría ser realmente cierto, todo lo que estamos pensando — sostuvo Reguluz mientras miraba al arbiter y director de defensa de Herion.
—¡Alak Mazek, Ebra Teran ¡— resonaron fuertemente las palabras de Daren.
En ese mismo instante, luces doradas en forma de cuerdas aparecieron, sosteniendo las extremidades del arbiter y el director de defensa. La desesperación se reflejaba en sus rostros mientras intentaban liberarse de esa prisión mágica. Era inútil, ya que esta prosa pertenecía a uno de los siete cánticos del antiguo reino de Keria. La sorpresa se apoderó de muchos al escuchar estas palabras, ya que usar ese cántico le restaba años de vida. Sin embargo, parecía que a él no le importaba, su rostro mostraba la intoxicación de un rencor que había arraigado profundamente en su ser.
— Ustedes lo sabían todo este tiempo. ¿Qué es lo que realmente buscan? ¿Cuáles son sus deseos? ¡Por qué no hablan! — exclamó Daren.
— Por favor, no nos maten. No sabemos nada, estamos igual de impactados — con una voz temblorosa y llena de miedo, habló Patrick.
— Lo que dice Patrick es cierto. He tenido la oportunidad de revisar el cuerpo y el lugar donde se encontró la herida. Es muy alto para que no se haya dado cuenta. Es como si hubiera sido “alcanzado” desde el aire por encima de la albarrada — planteó Edrick Jerez, director de defensa del reino de Herion.
— Lo que dijo acaba de salvar su vida— reconoció Elizabeth.
— Las sospechas también recaen en Tártaros — opinó Elis, mientras se acercaba a Natania. Con un simple gesto en su mentón, concluyó — y en Herion también.
— ¡Quítame tus manos sucias, bruja! — exclamó Natania, con una expresión de angustia. Se notaba en la forma en que fruncía el ceño y en sus ojos que irradiaban un intenso odio.
— Lo mejor será poner fin a esto aquí. Continuaremos con las investigaciones hasta el día del funeral de Patrick — declaró Reguluz.
— Aunque suene extraño, estoy de acuerdo con el pequeño "príncipe" — afirmó Klazius.
— Bueno, Daren, ¿podrías detener el cántico, por favor? — comentó Lerion.
De mala gana y con desgano, Daren accedió. Se dio cuenta de que no valdría la pena si todos los representantes del reino morían en un solo evento. Él solo quería descubrir quién había asesinado a su mejor amigo.
#6358 en Fantasía
#2445 en Personajes sobrenaturales
fantasia aventura y magia, estrategias y misterio, drama . muerte odio alegría sueño
Editado: 23.08.2023