El pequeño omega lloraba, su lobo no paraba de repetir que su alfa no lo amaba, haciéndole cada vez más daño hasta el punto de toser sangré.
-Alfa...-
Su mirada estaba en aquella ventana que mostraba que era de noche, la luna estaba por la mitad, estaba cansado de estar tan solo así que agarro aquel estúpido palo que tenia conectado y se levanto de la camilla, al asomar su pequeña cabeza rubia hacia el marco a ver si había alguien se encontró con su alfa, el omega gruñía al verlo hay, hasta que algo lo dejo asustado, el alfa empezó a toser sangré, el omega empezó a temblar, eso solo le pasaría si fuera rechazado...
-Mierda- el omega se escondió entre el marco al escuchar la voz gruesa del alfa -Si mi mamá me viera, me sacaría arrastrando de aquí- dice limpiando su mano con su ropa.
Jimin se quedo mirando a su bello alfa.
-Alfa...-
El omega sentía que algo malo pasaba con el alfa, algo que tenia que ver con el.